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Paro agropecuario¿Por qué ahora no lo apoyamos?Las cuatro entidades del campo han concluido el paro con escaso eco. Reclamaron un “plan agropecuario nacional”. Buzzi de la Federación Agraria Argentina (FAA) pide un dólar a $3,50. El MST y la CCC apoyaron. ¿Tiene algo que ver esta lucha con la que volteó a la 125? Nuestro partido opina que no. Por eso no hay que apoyarla.
Durante los cuatro meses que duró el anterior conflicto contra el aumento de las retenciones sin diferenciar, nuestro partido acompañó el reclamo de los pequeños productores “contra Cristina y la oligarquía”, levantando un programa de fondo, como la nacionalización del comercio exterior y reforma agraria. La Resolución 125 iba a terminar fundiendo al pequeño productor (el único que paga la totalidad de las retenciones mientras los grandes evaden la mayor parte); favorecía la concentración de la tierra en manos de la oligarquía y los pooles de siembra; no impedía que los precios de los alimentos subieran, ni tenía como fin recaudar para construir escuelas y hospitales, sino para pagar la deuda externa. Los reclamos actuales La resolución 125 cayó, pero quedaron muchas cosas pendientes para los pequeños productores. En especial, las retenciones diferenciadas, ya que hoy paga lo mismo un gran productor que uno pequeño de cien o doscientas hectáreas. La sequía, la caída de los precios internacionales, la falta de subsidios y el aumento de los insumos, se agregan a la difícil situación de los chicos del campo. Pero la Mesa de Enlace y en especial la FAA, no han vuelto al reclamo por esas urgentes necesidades. Sino que sus actuales demandas tienden a apuntalar las ganancias de los grandes propietarios y productores del campo. Plantean igualar los precios de la leche y la carne al valor del mercado internacional, lo que significaría un inmediato aumento de los alimentos. Eduardo Buzzi pide un dólar a 3,50 pesos, igual que los industriales y grandes exportadoras. Una nueva devaluación significaría menos salario real y más inflación. El grupo Pampa Sur, por ejemplo, por su parte, reclama que los estancieros paguen menos impuestos y aportes previsionales. Más precios, más subsidios, más compensaciones, más créditos, sin diferenciar entre grandes y chicos del campo, siempre se sabe para quiénes quedan: para los primeros. Por eso, ante los anuncios parciales del gobierno, Biolcati, titular de la Sociedad Rural, los señaló como “muy buenos y positivos”. Por este motivo, esta vez el reclamo no contó con la simpatía popular que tuvo la lucha contra la 125. El equivocado apoyo del MST y la CCC El MST y la CCC han movilizado a sus desocupados en apoyo. Al igual que en el conflicto anterior, el mismo ha sido incondicional, como si la Sociedad Rural, los terratenientes o pooles de siembra no existieran. El MST se movilizó encabezado por Vilma Ripoll y Gustavo Giménez del Teresa Vive en apoyo a la Mesa de Enlace. En un artículo titulado “Los chacareros volvieron a las rutas”, firmado por Giménez (Alternativa Socialista N° 485), además de señalar que “la crisis internacional deja a la mayoría de la producción agropecuaria sin ninguna rentabilidad” (sic) y que la actual protesta fue “masiva y contundente”, señala que “esta vez los chacareros le han dado mucha importancia a incluir el reclamo social” porque aceptaron que su organización, junto a la CCC, acompañaran la carpa frente al Congreso. ¿Le habrán explicado Ripoll y Giménez a sus desocupados que lo que reclaman las entidades agrarias es lo opuesto? ¿Que el dólar a 3,50 y la libertad de precios subirán los alimentos básicos y bajarán los salarios? Justificando de esa manera la movilización de sus filas bajo un supuesto “contenido social” del actual reclamo, el MST y la CCC no hacen más que lavarle la cara a los grandes productores que aprovechan la actual situación para pedir por su rentabilidad y no se solidarizan con ninguno de los reclamos de los trabajadores y el pueblo. Por todo ello es que Izquierda Socialista no apoyó la protesta. Y vuelve a llamar a la Federación Agraria a romper con el resto de las entidades, levantar un programa de defensa de los pequeños productores (retenciones diferenciadas, créditos blandos) y unir la pelea de los estos con la de los trabajadores y demás sectores populares. Cristina beneficia a la RuralHugo Biolcati es ahora el nuevo titular de la Sociedad Rural y uno de los principales receptores de los subsidios estatales. Sus tambos (El Broquel y Estancias la Doradita), principales proveedores de la multinacional Nestlé, han recibido 750 mil pesos de compensaciones desde 2007, sin que se suspendiera ni siquiera en el fragor del duro conflicto contra la 125 (Página 12, 5-10). ¿Dónde está “el combate a la derecha” de la señora presidenta? La Rural lucha para seguir ordeñando al Estado con más subsidios. Lamentablemente, Cristina cumple. El PTS insiste con su sectarismoEl conflicto agrario abrió un importante debate dentro de la izquierda sobre qué programa proponer para el campo y sobre cómo intervenir en procesos de luchas populares, donde se expresaron sectores medios, como los pequeños productores. Lamentablemente el PTS utilizó el debate abierto para intentar dividir a la izquierda y a los luchadores, fundamentalmente en el movimiento estudiantil, y atacar a nuestro partido, intentando mezclar nuestras posiciones con las del PCR-CCC y MST. En su periódico ahora plantean que Izquierda Socialista “traspasó los límites de clase y militó en el campo político de las patronales agrarias”, lo cual es completamente falso y así se lo han hecho saber al propio PTS distintos luchadores que se niegan a dividir a la izquierda y rechazan este sectarismo. Con esta campaña han llegado a dividir asambleas en el movimiento estudiantil donde mayoritariamente se rechazó este divisionismo. Izquierda Socialista viene defendiendo un programa transicional para el sector agrario, que partiendo de reclamos inmediatos, como la necesidad de retenciones diferenciadas, plantea propuestas de fondo como la reforma agraria y la nacionalización del comercio exterior. Es necesario leer nuestros materiales para evitar las tergiversaciones. En el campo peleamos para que los pequeños productores, en vez de aliarse con la oligarquía, como insiste la conducción de la Federación Agraria personificada en Buzzi y De Angelis, se alíen a la clase trabajadora para derrotar a los Kirchner e imponer medidas de fondo. De la mano de la oligarquía los pequeños productores no tienen salida. Con su campaña divisionista el PTS busca huir del debate programático sobre el campo, para ocultar que se oponen a levantar la necesidad de una reforma agraria para nuestro país. Trotsky en el Programa de Transición de 1938 planteaba la importancia que tenía esta consigna para disputar a los sectores medios del campo. PTS se niega a tener una política para los sectores medios y llegó a plantear “un plan de producción agropecuaria racional basado en estancias colectivas” (Christian Castillo, Junio 2008). PTS se negó a apoyar a los pequeños productores, haciéndole el juego al gobierno que los ataca con las retenciones sin diferenciar. Repiten el sectarismo que tuvieron con las asambleas populares en ocasión del Argentinazo del 2001, donde no intervinieron durante meses planteando que eran mayoritariamente “pequeño burguesas”. ¿Qué dirán cuando la crisis económica lleve a la quiebra a otros sectores medios, como a pequeños comerciantes y nuevamente a los ahorristas? ¿Hay que tener la misma política con estos sectores medios que con los grandes productores, terratenientes, empresarios y multinacionales? Ya en nuestra “Respuesta a la carta abierta de la dirección del PTS” de febrero de este año planteábamos lo importante que es para Izquierda Socialista combatir implacablemente el sectarismo dentro de la izquierda. Repetimos el llamado al PTS a cambiar. Nelso Bigo |
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