|
|||
|
|||
Compartir esta nota en
|
|||
La mano dura no es soluciónLos Kirchner defienden a la policía y culpan a los jueces. La derecha reclama más policía y mano dura. Scioli pretende igual tratamiento a los menores que a los delincuentes adultos. Mientras tanto, seguimos padeciendo el terrible flagelo de la inseguridad. ¿Qué hacer?
La inseguridad afecta en especial en las barriadas populares, donde la pobreza y la desigualdad social son caldo de cultivo de la violencia. Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, en vez de combatir la marginalidad, anunció la entrega a la Bonaerense de 1800 nuevos patrulleros. E impulsa un proyecto de ley que reduce la edad de imputabilidad de los menores y limita las excarcelaciones. Manifestó que “las villas son aguantaderos”, metiendo en la misma bolsa a los que delinquen con quienes se ganan la vida honradamente aún viviendo allí. A su vez, muchas marchas son aprovechadas por personajes de la derecha que piden permanentemente “mano dura” y “gatillo fácil”. El pasado domingo se movilizaron frente a la Quinta de Olivos organizaciones que responden al falso ingeniero Blumberg, Constanza Guglielmi (hija del general retirado Alejandro Guglielmi y seguidora de Cecilia Pando), y Marcelo Bragagnolo (padre de Matías, muerto tras una pelea callejera en Palermo Chico, vinculado a militares y financistas ligados a la última dictadura); todos amigos del diputado peronista Francisco De Narváez. Está mundialmente demostrado que la política de la “mano dura” es un fracaso. Estados Unidos, donde rige la pena capital, es uno de los países con mayor delincuencia. Y en Argentina, desde que Néstor Kirchner implementó las leyes Blumberg, la misma creció. Kirchner miente Por su parte, Néstor Kirchner pidió “que la justicia se ponga los pantalones largos. Por mucho que haga la policía, la justicia libera y libera”, señaló (Clarín, 31/10). El juez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni, le contestó: “hay hipócritas que pretenden que se encierre a todo el mundo y que los jueces se conviertan en verdugos de los pobres y excluidos. Piden que se condene a niños para meterlos en cárceles donde sean violados y de las que salgan como psicópatas asesinos” (Crítica, 02/11). Otro tanto hizo Carmen Argibay, también jueza de la Corte: “los jueces que excarcelan cumplen con la ley. La prisión preventiva es la prisión de un inocente, hasta que se diga lo contrario tras un juicio”, señaló (Clarín 09/11). Nada podemos esperar de un gobierno nacional que elude su responsabilidad y sale en defensa de la policía. ¿Acaso los Kirchner no saben que casi no existen delitos mayores (narcotráfico, redes de prostitución, juego clandestino, desarmaderos, secuestros) donde no estén involucrados miembros de las cúpulas policiales, jueces, políticos y empresarios? Hay que tomar medidas de fondo El primer paso para combatir la inseguridad, pasa por desmantelar estas bandas mafiosas que motorizan los principales crímenes y utilizan a niños de la calle como “mano de obra”. Además, no es verdad que “la justicia es una puerta giratoria” y que “los delincuentes entran por una puerta y salen por otra”. Las cárceles e institutos de menores están abarrotados. Aumentar el encarcelamiento es someter a más personas a condiciones infrahumanas, a más niños a situaciones de violencia extrema, de las cuales sin duda saldrán convertidos en delincuentes infinitamente más agresivos y peligrosos que cuando ingresaron. Lo que se debe hacer es, principalmente, sacarlos de la calle. Sólo en la provincia de Buenos Aires hay 400.000 niños y jóvenes de entre 14 y 25 años que no estudian ni trabajan. ¿Qué “respeto a la convivencia social” le van a pedir a quienes fueron expulsados de la sociedad y condenados a sobrevivir con lo que los demás desechan? Mientras no se termine con la miseria y la desocupación, cualquier intento de solución al problema será meramente superficial. Sólo tendremos seguridad, cuando esté garantizada la igualdad de oportunidades para todos. Mientras tanto, debemos ser los vecinos de cada barrio quienes nos autoorganicemos para defendernos de quienes han caído en la delincuencia. Debatiendo y buscando nuestros propios métodos para disuadirlos. Convocando en nuestro apoyo a los organismos de derechos humanos, sindicatos, entidades barriales y otras organizaciones sociales. Y movilizándonos para reclamar a los gobiernos nacional y provinciales verdaderas medidas de fondo para acabar con la violencia callejera, los robos y la inseguridad. Mansión Seré: Más condenas a represoresLa semana pasada fueron condenados los represores de Mansión Seré y los responsables de “La noche de las corbatas”. Se trata de los ex brigadieres Hipólito Rafael Mariani y César Miguel Comes, por privación ilegal de la libertad y tormentos; y del ex coronel Alberto Barda, por asesinatos y torturas. El emblemático caso de Mansión Seré dio lugar a la película “Crónica de una fuga”, basada en la novela “Pase libre-La fuga de la Mansión Seré”, donde Claudio Tamburrini, uno de los sobrevivientes, narra como él, junto a otros tres detenidos, logran escapar de aquel centro clandestino de detención. “La noche de la corbatas”, otro caso conocido, consistió en el secuestro de once personas, seis de ellas abogados, de las cuales sólo cuatro sobrevivieron. Si bien Barda fue condenado a prisión perpetua, y Mariani y Comes a 25 años de prisión, ninguno de ellos irá a una cárcel común. El primero cumplirá arresto domiciliario, mientras que los otros dos están libres, pese a que su culpabilidad ya ha sido demostrada. Sin duda la reapertura de estas causas es en sí misma una conquista, producto de la constante movilización popular y de los organismos de derechos humanos que no ha cesado en más de 30 años. Sin embargo, la política kirchnerista de llamar a que actúe “la justicia” ante el genocidio, sin unificar las causas y manteniendo los indultos, sigue mostrando que su política es la impunidad. Por eso hay que seguir luchando por cárcel común y efectiva para todos los represores de ayer y de hoy. |
|||
|
|||
Izquierda Socialista en Internet: |
|||