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Elecciones venezolanasEl gobierno es el responsable del peligroso avance de la derechaEl domingo 23 de noviembre hubo elección de gobernadores y alcaldes en Venezuela. Reproducimos las conclusiones presentadas por los compañeros de la Unidad Socialista de Izquierda (USI), en vísperas de los asesinatos de Aragua. La USI llamó a la abstención, excepto en ese estado, donde presentó candidatos propios.
Los resultados saltan a la vista. Ahora son cinco las gobernaciones que han quedado bajo el control de los partidos tradicionales, entre ellas las de Zulia, Miranda y Carabobo, los estados más poblados del país; más el Distrito Capital (Gran Caracas) y decenas de alcaldías. El gobierno está maquillando la realidad. No es cierto que la obtención de 17 gobernaciones sea un triunfo o la consolidación del PSUV, y que el presidente Chávez se ha fortalecido. Así se intenta encubrir las causas reales del peligroso avance de la derecha, esa derecha que en 2002 fracasó en su golpe y su sabotaje petrolero. Es el gobierno y su política de concesiones a los enemigos de clase, expresada en la flexibilización de la normativa para importar; en la liquidación progresiva y a cuenta gotas del control de precios y el control de cambio; en la amnistía a los golpistas, que permite que cadáveres políticos con rostro fascista, como Antonio Ledezma y César Pérez Vivas, ganen alcaldías y gobernaciones, o un personaje como Henrique Capriles Radonsky, organizador del ataque a la embajada de Cuba, se convierta en gobernador del importante estado de Miranda. Los derechistas avanzan por la ausencia de soluciones a los más acuciantes problemas populares. El modelo económico chavista mantiene el marco capitalista, con la particularidad de que las grandes inversiones extranjeras no provienen sólo de multinacionales norteamericanas, sino que además favorece a esa nueva casta burguesa pro-imperialista surgida de la restauración capitalista en China, Rusia, y de países imperialistas europeos como España y Francia, o de los capitalistas de países emergentes, tipo India e Irán, entre otros. Este resultado puede tener repercusiones negativas para el curso revolucionario En diciembre de 2007, fue derrotado el intento de Chávez de imponer una reforma constitucional regresiva, y por eso decíamos que fue un triunfo de los trabajadores y el pueblo. Por el contrario, ahora avanzó la derecha. Una parte del electorado equivocadamente ha preferido opciones derechistas, lo cual sin duda podría tener repercusiones negativas sobre el curso revolucionario y sobre la conciencia de millones que, también por responsabilidad del gobierno, no encuentran una alternativa revolucionaria. Para eso se creó el PSUV, fracturando a las organizaciones revolucionarias de base y dividiendo al movimiento sindical, con una guerra frontal contra la Unión Nacional de Trabajadores. Por ello se han venido aplicando persecuciones políticas contra honestos dirigentes revolucionarios probados en largos años de lucha, y por eso se etiqueta como «contrarrevolucionario» a todo aquel que no comulgue con el gobierno y su nefasta política de acuerdos estratégicos con la oposición burguesa, pro-imperialista y golpista. La perspectiva es de lucha y de radicalización de la situación política y social Se abre un nuevo capítulo, en que los procesos de lucha deberán imponerse en un marco más complejo y combinado. Por ejemplo, el año 2009 estará surcado por los reclamos de dos millones y medio de empleados públicos que anhelan la negociación de un contrato marco que lleva cinco años en mora. Del mismo modo, 80.000 trabajadores de la industria petrolera deberán jugarse a fondo para reconquistar un contrato petrolero que le revierta las pérdidas ocasionadas por la traición de los dirigentes sindicales durante la negociación del año 2007. Construir una alternativa revolucionaria de los trabajadores y el pueblo Ante el desgaste del chavismo y su partido, más que nunca los trabajadores y el pueblo necesitan comenzar a construir una alternativa política, un partido revolucionario que acoja a los más dinámicos luchadores y activistas populares, estudiantiles y sindicales, un partido dispuesto a movilizar en dirección de la toma del poder para profundizar el proceso revolucionario hacia el verdadero socialismo, con democracia obrera, sin patrones y sin empresas mixtas. El principal antídoto contra un eventual resurgimiento de los partidos de la burguesía es que el proceso revolucionario sigue vivo, y es a lo que apostamos en la tarea de impulsar la construcción de ese partido que se erija en dirección de la revolución. Caracas, 24 de noviembre de 2008 |
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