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Escribe:
José Castillo
Capitales en el exterior
¿Blanqueo o no pago de la deuda?
Cristina finalmente ha reconocido que la recesión mundial ya está teniendo efectos sobre nuestra economía. El “plan anticrisis” tiene como centro la vuelta de “capitales” del exterior. No servirá para evitar los despidos ni “reactivar”, pero sí para blanquear un montón de negocios turbios de los amigos del gobierno.
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Facsímil diario La Nación 30/11/08 |
Cuando a mediados de 2007 estalló la actual crisis económica internacional, el gobierno acuñó un término: “el desacople”. Insistía en que, con los altos precios de entonces en las materias primas exportables -soja, trigo, girasol-, no teníamos nada que temer. Mostraba como dato adicional las reservas y superávit récord.
Pero tomando una frase de la propia tradición peronista “la verdad es la única realidad”. Hoy la crisis arribó a nuestras tierras con suspensiones y despidos. Mientras Cristina de la mano de las patronales y la burocracia sindical quiere que la crisis la paguemos los trabajadores.
El “paquete” anticrisis
El actual conjunto de medidas anunciadas por la presidenta en la Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina apunta a un único eje: proveer de credibilidad, lanzar una “señal” al mundo empresario para que no reduzcan totalmente sus inversiones, despidan o suspendan lo menos posible y, tal vez, blanqueen a algunos trabajadores en negro.
El eje de las medidas es un amplísimo blanqueo de capitales. Todo aquel que declare capitales en el exterior, por el sólo hecho de hacerlo, sin ninguna exigencia de repatriarlos, sólo deberá abonar un 8% y quedará “legalizado”. Si, con ese dinero, compra bienes terminados en la Argentina -por ejemplo, inmuebles o automóviles- el monto a abonar para blanquearse será del 6%. En el caso que decida comprar bonos de la deuda pública (léase, le preste al Estado), el costo por blanquearse bajará a un irrisorio 3%. Y el “mayor regalo” será para los que inviertan en el país en nuevos emprendimientos inmobiliarios, industriales o agropecuarios: en ese caso nadie les preguntará de donde salió el dinero, a cambio de que abonen apenas el 1%.
¿De qué dinero estamos hablando? No nos queda otra que recurrir, con todas las dudas del caso, a los números del Indec: a fines de 2007, los fondos argentinos en el exterior se calculaban en 144.691 millones de dólares. Si le sumamos la fuga de capitales de este año, la suma pasa los 150.000 millones. Aunque resulte increíble, en ningún lugar consta cuánto de este dinero está blanqueado: estimaciones privadas calculan que lo no declarado asciende, por lo menos, a 100.000 millones de dólares.
El gobierno intenta confundir cuando dice que ese dinero no es otra cosa que el fruto de “honestos argentinos” que, ante la incertidumbre, escondían su dinero. Como mucho, los billetes mantenidos en cajas de seguridad por la clase media (medidos por la capacidad de las cajas publicitadas por los propios bancos) pueden oscilar entre 20.000 y 30.000 millones de dólares. Esto incluye montos declarados y no declarados. Estamos hablando entonces de más de 100.000 millones de dólares que no se conoce el origen. Ni de dónde se obtuvieron ni cómo o por qué se fugaron del país. Obviamente, mucho menos se sabe desde cuándo no pagan impuestos, o si alguna vez lo han hecho.
Seamos claros: es una fenomenal oportunidad para que una masa increíble de dinero de dudoso origen “se blanquee” en el país. En un momento donde hay cada vez más datos de que nuestro país está en la “ruta” del narcotráfico internacional, se trata de una medida peligrosísima. Ni qué hablar de los negocios sucios del menemismo o del propio Kirchner y sus testaferros.
No pagar la deuda y nacionalizar la banca
Más que “invitar” a blanquearse a supuestos capitales argentinos en el exterior, hay que evitar que se sigan fugando -este año ya se fueron más de 20.000 millones de dólares-. Para eso hay que empezar nacionalizando la banca y el comercio exterior. Y, por sobre todo, evitar la más grande salida de capitales que es el pago de la deuda externa.
Cristina quiere persuadir que vengan al país más de 100.000 millones de dólares para, supuestamente, invertir en la producción - cosa que no ocurrió nunca en la historia del país a pesar de decenas de iniciativas de blanqueos-, cuando pagó de contado 10.000 millones de dólares al FMI, anunció el pago de otros 6.000 millones al Club de París, intenta arreglar con los bonistas que se quedaron fuera del canje y así con los 150.000 millones de dólares a lo cual asciende la deuda Argentina.
El no pago, como anunció parcialmente el gobierno de Ecuador, es la salida para Argentina y los pueblos latinoamericanos. Cristina eligió otro camino. Debemos torcerlo con lucha y movilización.
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