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Sube todo
¡Que aumenten los salarios!
Mostrándose al mundo de la mano de Fidel Castro, visitando a Hugo Chávez o diciendo falsamente que la crisis sólo “viene de afuera”, Cristina Kirchner intenta encubrir que su política va en contra de millones de trabajadores y sectores populares, a favor de las patronales y de los usureros de la deuda externa.
El tarifazo despiadado descargado sobre miles y miles de familias humildes -¡aplicado en pos de la “distribución de la riqueza”!-, es un claro robo al bolsillo popular y una política directa a favor de los grandes empresarios y privatizadas. “Ningún salario de ningún trabajador, profesional o empleado ha crecido en la misma proporción. Este tarifazo es un disparate”, denunció el titular de Defensa de Usuarios y Consumidores (Economía y Negocios, La Nación, 18-01).
Las subas llegaron hasta un 400% en la luz y se vienen las del gas. Y así con los demás servicios. Todo sube. También los alimentos, aumento que el gobierno “nacional y popular” quiere esconder diciendo que hoy comer sale casi lo mismo que el año pasado. Según el patotero Guillermo Moreno, los productos básicos habrían subido sólo un 0,4% más en 2008, justo el año en que el oficialismo dijo que si no había retenciones móviles los precios se iban a quintuplicar.
“A aquellos que pudiendo consumir no lo hacen por miedo a perder el trabajo, les quiero decir que si no consumen van a terminar perdiendo el empleo”, señaló la presidenta. Una burla para aquellos que no tienen un centavo para gastar o, que teniéndolo, quieren reservarlo para lo que se viene. “Es el circulo virtuoso del que siempre hablo”, agregó Cristina. ¿Cuál, señora presidenta? ¿El “circulo virtuoso” de las ganancias empresariales?
La misma jefa de estado se encargó de dar el dato. “Durante 2008 las principales empresas distribuyeron entre sus accionistas ganancias por un total de 11.930 millones de pesos, entre ellas, petroleras, alimenticias, siderúrgicas y bancos -el 77,5% correspondió a Repsol-YPF-”, según datos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (Página12, 15-01). Señora presidenta ¿Las “ganancias” de trabajadores y jubilados fueron las mismas? ¿Dónde quedó la promesa kirchnerista de llevar el reparto de la torta mitad y mitad entre obreros y patrones, como lo hizo el peronismo del 45? En vez de hablar de la excepcionalidad que vivió Argentina en los años cuarenta, los Kirchner deberían terminar con la desigualdad social (la distribución del ingreso es peor que en 2001) y con los pilares menemistas de privatizaciones y pagos de la deuda.
A todo esto, siguen los despidos y suspensiones. En vez de prohibirlos por ley y obligar a las patronales a repartir las horas de trabajo como emergencia ante la crisis, Cristina y Tomada se dedican a pergeñar acuerdos de rebajas salariales y suspensiones, como en Paraná Metal, agitando el fantasma de la pérdida del empleo. Es la política que reservan para renovar el Pacto Social de este año: cambiar empleo por salario.
¿Qué ha dicho la CGT? Mientras Hugo Moyano habló de guiarse en las próximas paritarias por “el INDEC de las amas de casa”, señaló: “Después de cinco años de discutir paritarias, lo vamos a hacer con la responsabilidad con la que lo hemos venido haciendo” (La Nación, 20-01). ¿Qué ha hecho la CGT ante los despidos y suspensiones? Nada. ¿Qué hace ante la amenaza de un nuevo techo salarial? Nada. Justo cuando en estos días el INDEK informó que el poder adquisitivo de los salarios creció más del 10%, un informe del Banco Central lo desmintió, señalando que cayó 2,7%, proyectando que en 2009 los ingresos se incrementarán en menor medida que en 2007 y 2008 (Clarín, 27-01).
“Seria un disparate hablar ahora de aumento de salarios”, señaló el abogado de la UIA Funes de Rioja, que quiere un aumento del 10% para 2009. El gobierno dice que el mismo debería rondar entre el 12 y el 15%, un nuevo techo salarial por debajo de la inflación. Y mientras el adjunto de la CGT reconoció que “el sueldo va por la escalera y los precios por el ascensor”, dicha Central está dejando correr los tarifazos, los ataques a la estabilidad laboral y no hacen nada por el salario.
Para que la crisis no la paguen los trabajadores y sí las patronales, hace falta un plan de lucha para imponer medidas de emergencia. ¡No a los tarifazos! Que vuelvan los precios al estado anterior. En vez de subsidiar a las privatizadas hay que reestatizarlas.
Hay que impedir los despidos y suspensiones por ley, con fuertes castigos a las patronales -llegando a la nacionalización o provincialización de todo establecimiento que cierre o despida-. Repartiendo las horas de trabajo con igual salario, para que no haya ningún despido o suspensión.
¡No al techo salarial! Por un aumento de emergencia de $1000 para todos los trabajadores. Que se convoque a los técnicos desplazados y trabajadores del INDEC para que elaboren un índice real para hacer valer en las paritarias. Que se reabran las mismas para pedir una urgente recomposición salarial. Que se suspendan los pagos de la deuda para aumentar en forma inmediata los salarios a estatales, docentes y jubilados.
La CGT debe abandonar el pacto con el gobierno. La CTA habla de impedir suspensiones o de redistribuir la riqueza pero no llama a ninguna medida. Desde cada lugar de trabajo hay que debatir cómo enfrentar la crisis, las medidas de emergencia a tomar, exigir que la CGT y CTA rompan la tregua y llamen a alguna medida unificada. Porque la crisis llegó y hay que impedir que la paguen los trabajadores y el pueblo.
La deuda se lleva los salarios
El gobierno acaba de anunciar un superávit de 32.529 millones de pesos en 2008. ¿Cuentas holgadas para quién?
De esa plata, 17.896 millones (más de la mitad) se destinaron a pagar intereses de la deuda externa (sin contar capital). Ese monto equivale al 72% de los sueldos públicos. Para seguir garantizando el pago a los usureros internacionales, el gobierno nacional y los gobernadores, en los presupuestos 2009, no han fijado aumentos para los estatales. Sólo de esa forma tienen “asegurado el pago de la deuda este año”, como señaló el secretario de Hacienda Carlos Pezoa.
Además, el gobierno sigue adelante con el canje de títulos de la deuda, que significará más endeudamiento. “Canje de la deuda: la AFIP asegura el éxito”, tituló dicho organismo la operación. Está claro. Con Cristina, si no luchamos, habrá más pagos de deuda y menos salarios
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