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EditorialLos Kirchner cada vez más solosPor más que la presidenta haya cambiado el look Louis Vuitton de sus lujosas carteras, por el de las botas Pampero, listas para meterse en el barro como cuando aterrizó por algunas horas en Tartagal simulando estar consternada por la pobreza que el peronismo gobernante viene manteniendo en Salta desde hace más de 20 años, no logra remontar. Su gobierno se sigue cocinando a fuego lento entre los vaivenes de la crisis económica mundial que se entrecruza con la que ya traía su propio modelo económico; el malhumor social por los tarifazos, despidos, suspensiones y bajos salarios; los reclamos docentes que presagian un año movidito, y la tremenda crisis de su gobierno y el kirchnerismo, que se sigue deshojando como una margarita, y la del propio PJ, que es estructural y se realimenta permanentemente con bajas no sólo en sus alturas, sino también en parte de sus propias bases.
La crisis mundial es tremenda. El segundo rescate de 700 mil millones de dólares que está implementando Obama está lejos siquiera de amortiguar el derrumbe. La crisis entró hace rato y Cristina la utiliza para decir que todos nuestros males vienen de afuera, cuando es su propio gobierno quien distribuyó el crecimiento de estos años para los de arriba. Y quiere descargar sus consecuencias sobre el pueblo trabajador. La actividad económica del último trimestre de 2008 registró la primer caída desde 2002, reconocida hasta por el INDEC. La cual, de mantenerse en el primer trimestre de este año, confirmaría que Argentina está técnicamente en recesión. La sequía restó 3.500 millones de dólares de retenciones. Bajó la recaudación un 41% vía la menor actividad y el menor consumo. Cae el superávit comercial y muchas provincias están en rojo. Algunos hablan de crecimiento cero para el país en 2009. Las mieles por los altos precios de la soja, cereales y demás materias primas; y las altas recaudaciones y superávit récord, llego a su fin. Dato fatal para un gobierno acostumbrado a hacer funcionar la billetera de la Rosada para comprar voluntades, de políticos antes menemistas o duhaldistas, los mismos que, viendo el achique de la torta y el desprestigio del gobierno (en Córdoba casi el 80% repudia a Cristina y el 75% en Santa Fé), abandonan el barco oficialista como rata por tirante.
El gobierno está respondiendo con una política para “hacer caja” usando la plata de las AFJP que les corresponde a los jubilados; el tarifazo y un plan canje para alejar algunos vencimientos de la deuda para después de las elecciones de octubre. Trata de amortiguar los despidos y suspensiones con subsidios a las patronales, conciliaciones obligatorias y un pacto perverso con la CGT. Junto a la UIA y el aval de los burócratas sindicales está pateando las paritarias para más adelante y anunciará un plan de obras públicas, todo bajo un nuevo Pacto Social para fijar una tregua en precios, salarios y empleo con la UIA, las cámaras patronales, CGT, CTA y patronales del campo. Pero nada le alcanza para frenar la crisis. Las patronales del campo seguirán reclamando subsidios que el kirchnerismo vino destinando a privatizadas, sectores del transporte y la electricidad. Y el gran problema para el gobierno son los reclamos que empieza a haber contra el tarifazo y las huelgas docentes que ya existen en varias provincias y amenazan con extenderse a otras. Y si bien todavía en el movimiento obrero industrial no hay grandes reacciones ante los despidos y suspensiones, sólo es por el rol contenedor de los burócratas del Smata, UOM, Uocra y la CGT. A pesar de ello no hay que descartar que los trabajadores salgan a pelear, como los están haciendo los metalúrgicos de Tierra del Fuego ante ataques a su estabilidad laboral y salario, o los petroleros de Santa Cruz que paran por tiempo indeterminado ante el riesgo de perder sus fuentes de trabajo..
Ante este panorama el kirchnerismo tiembla ante las elecciones de octubre. Las listas del matrimonio presidencial, por más que las vistan de seda, casi seguro perderán en los grandes distritos como Capital, Santa Fé, Córdoba, como ya le pasó en contiendas anteriores. Y aún no hay seguridad si el oficialismo podrá retener la estratégica Provincia de Buenos Aires, donde acaban de distanciarse de Scioli, el ex diputado duhaldista Mércuri con diez diputados provinciales más que se fueron a la tropa de Solá. Los Kirchner no saben si postularán al ex presidente, al hermano de Scioli o a la ministra Ocaña, a pesar de haber dicho que “Cobos es un buen hombre”, sino renuncia antes. De perder en ese distrito, la gobernabilidad le resultará muy difícil en los dos años que le quedan para 2011 y en momento de mucha crisis. Se les fue Reutemann, un presidenciable al cual los Kirchner se jugaban influenciar para el recambio en 2011. Un productor agrario que rompió su escudería K por no quedar pegado a quienes vienen en franco declive. También se fueron Romero, Obeid y algunos otros. Una sarta de oportunistas que se van como ratas por tirante cuando el barco se empieza a hundir.
Ante ello los luchadores, trabajadores y la izquierda debemos dar respuesta. Primero, impulsando los actuales reclamos. Contra los despidos y suspensiones. Participando en la marcha del próximo jueves 5 de marzo contra el tarifazo en Capital. Y apoyando a los que luchan por salario, como los docentes, que a pesar del aumento del 15% firmado por Ctera en muchas provincias están luchando contra la miseria salarial. Segundo, hay que llamar a levantar un programa de emergencia para que la crisis la paguen los de arriba. Como lo plantea el proyecto de nuestra diputada Liliana Olivero -ver páginas centrales- para frenar despidos y suspensiones. Luchar por reestatizar a las privatizadas y dejar de pagar la deuda externa. Tercero, hay que bregar por la unidad para las luchas y para prepararse y dar batalla contra los candidatos patronales en las elecciones, dando paso a la constitución de un Frente de Izquierda y de los Trabajadores para enfrentar a los candidatos patronales. |
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