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La crisis capitalista arrasa Europa OrientalLevantamiento popular en LetoniaLa pequeña Letonia -antes llamada “tigresa báltica”- está en bancarrota. Los grandes bancos europeos vaciaron su economía. Y su pueblo sale indignado a la calle. Ahora la rebautizaron “la Argentina del Báltico”, recordando la crisis de nuestro país que desembocó en el Argentinazo de 2001. Pero no es la única economía nacional en bancarrota. La crisis económica aguda se extiende por todos los países que restauraron el capitalismo en los últimos 20 años, la mayoría de los cuales entraron a la Unión Europea.
Letonia, Estonia y Lituania eran repúblicas pertenecientes a la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Las tres naciones vivieron la restauración capitalista, al igual que el resto de la ex URSS, y son, desde el 2004, parte de la Unión Europea. Letonia era una de sus economías “estrella”, por la rápida privatización del conjunto de sus empresas que eran estatales, llevando circunstancialmente a altos índices de crecimiento macroeconómico, por la entrada de capitales. Pero, como lo conocimos bien en Argentina, cuando los bancos y multinacionales tuvieron todo lo que querían en sus manos, retiraron sus capitales y ganancias, y se acabó la supuesta “prosperidad”. El “remedio” del gobierno y las empresas privadas fue la “austeridad”: despidos masivos, reducción de gastos sociales y fuerte disminución del salario de los trabajadores públicos. Todas recetas del FMI, para otorgar un nuevo préstamo. El Producto Interior Bruto (PIB) de Letonia cayó un 10,5% en el cuarto trimestre de 2008. En diciembre, el país socialistuvo que pedir un crédito de 7.500 millones de euros al Fondo Monetario y a otros acreedores. Muchos letones se endeudaron en euros, mientras se hunde su moneda. Durante semanas, protestas y manifestaciones ganaron las calles. Decenas de miles de personas se enfrentaron a adoquinazos contra la policía. La protesta tumbó al gobierno del primer ministro Ivars Godmani, que presentó su dimisión al presidente Valdis Zatlers. El nuevo primer ministro Valdas Dombrovskis, advirtió que el país se halla «al borde de la quiebra» y que es esencial recortar el gasto público. Al borde del estallido Este panorama de catástrofe económica y pronósticos de rebelión popular se generaliza en países del Este de Europa que restauraron el capitalismo, con promesas a sus poblaciones de grandes progresos; un viaje al “primer mundo”, como nos dijeran por aquí. Además de Letonia, también Lituania, Hungría, Bulgaria y Rumania han registrado protestas más o menos violentas. El presidente del Foro Nacional de Sindicatos de Ucrania (FNSU), Miroslav Yakibchuk, declaró que “la sociedad está al borde de un movimiento huelguístico incontrolable”. Advirtió que era posible una “huelga general que podría desembocar en un alzamiento colectivo y violento contra la autoridad”. El líder del FSNU aseguró que “los trabajadores de más de mil empresas están dispuestas a emprender acciones radicales. Los sindicatos podrían verse impotentes ante la agresividad masiva de personas desilusionadas, miles de las cuales se quedan a diario sin empleo y medios de subsistencia”. El PBI de Ucrania cayó el 20% en un año (Prensa Latina). La protesta es lo que precisamente está haciendo falta, aunque se está viviendo en sus inicios: la irrupción del movimiento obrero y popular para derrotar a los planes de hambre e imponer una salida obrera y popular a la crisis. Para que esta vez la paguen los capitalistas. En Letonia, y en todo el mundo. Contra el capitalismo: La salida es el socialismoLa crisis capitalista reactualiza el debate sobre la necesidad del socialismo. Ahora son precisamente los estados del Este Europeo, que restauraron el capitalismo en los últimos 20 años, los afectados por lo más violento de la crisis y recrean las peores lacras del capitalismo: desocupación, hambre, abandono de ancianos y de la infancia... Esos estados, que tenían una economía obrera, estatizada, estaban dominados por una siniestra burocracia originada en la antigua Unión Soviética de Stalin, que venía pactando con el imperialismo e introduciendo reformas procapitalistas desde hacía décadas. La dictadura burocrática fue derrocada por una revolución política, pero esta revolución, al carecer de una conducción política socialista revolucionaria, no pudo detener el curso procapitalista que ya habían iniciado los burócratas gobernantes. Hoy, son estados dominados por un neoliberalismo salvaje. Ahí no fracasó el socialismo, sino el régimen burocrático que liquidó la socialización de fábricas, bancos y tierras. Hoy las promesas de progreso capitalista se estrellan contra la amarga realidad:de gobiernos ajustando a los pueblos para ayudar a los banqueros, o para pagarle las deudas a esos mismos banqueros usureros y estafadores. Vuelve Marx En todo el mundo se demuestra una de las tesis básicas de Carlos Marx, el fundador del socialismo científico, quien afirmó que el capitalismo históricamente agravaría la miseria de los trabajadores. Hoy hay 926 millones de seres humanos que sufren hambre. La FAO -organismo internacional que depende de Naciones Unidas “que conduce actividades encaminadas a erradicar el hambre”, solicitó el año pasado 30.000 millones para combatir el hambre. Recordemos que el rescate bancario solo en Estados Unidos fue de 700.000 millones (23 veces más). Pero a la FAO solo le concedieron 7.500 millones, algo más de una centésima parte de lo que le dieron solo a los banqueros yanquis. Con 700.000 millones se podría eliminar el hambre en todo el mundo ya que se podrían duplicar la producción de alimentos en el orbe, según el director de ese organismo, Jacques Diouf. ¿Quién se opone a ello? El capitalismo, en su fase imperialista, organizado en todopoderosas multinacionales y bancos a los que solo les interesa aumentar sus ganancias hasta cifras casi incomprensibles. Y, cuando ganan menos, quieren que los “rescaten”. Esto no solo cuesta más hambre, sino se calcula que solo este año, habrá 50 millones de nuevos desocupados, llevando el total mundial de desempleados a 230 millones. Socialismo con democracia obrera Hay que enterrar a un sistema injusto y violento. Hay que colocar todos los avances tecnológicos al servicio de una economía al servicio de los desposeídos. Esto se llama socialismo: expropiar a banqueros, multinacionales, terratenientes y grandes capitalistas. Para colocar toda la economía bajo el control directo, mediante organizaciones democráticas, de las mayorías trabajadoras, que deberán planificarla al servicio de satisfacer sus urgentes necesidades. Hace falta socialismo con plena democracia de los trabajadores, que pueda defender la socialización, impedir privilegios y burócratas, impulsar la unidad de los pueblos y derrotar al capitalismo e imperialismo mundial. Sólo esta revolución internacional puede detener la catástrofe capitalista. La fuerza de los trabajadores y oprimidos lo hace posible. Falta construir una organización internacional socialista revolucionaria, lo suficientemente fuerte, para encabezar esa lucha hasta enterrar al capitalismo. |
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