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¡Que la crisis no la pague el pueblo!
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El kirchnerismo ha definido como “madre de todas las batallas” la que librará en las próximas elecciones del 28 de junio. Pero ante su gran debilidad, cualquier escollo, sea grande o chico, se le ha transformado en una batalla madre: que le voten el adelantamiento de las elecciones, que la oposición no logre quórum para debatir las retenciones, que se encarrile el conflicto con el campo, que los docentes no paren por salario, que se logre un pacto social para garantizar la gobernabilidad, que el PJ y el Frente para la Victoria no pierdan su tropa en el Congreso, que las mentiras del INDEK sean creíbles, que las patotas y amenazas contra los docentes rionegrinos o los productores en las rutas metan miedo y frenen los reclamos...
El gobierno peronista se ha jugado a plebiscitar su gestión. Pero un plebiscito se gana con la mitad más uno, difícil resultado a lograr por el oficialismo. “Si no tenemos el apoyo popular dejemos que gobiernen Cobos, Carrió y Clarín”, señaló el piquetero oficialista Emilio Pérsico. Enseguida fue desmentido. Muchos recordaron cuando el propio Néstor Kirchner le planteó a su esposa dejar el poder y volver al Sur, después de la derrota con la 125, decisión abortada tras un operativo clamor de gobernadores, diputados y senadores afines a la Rosada que lo hicieron desistir. Al todo o nada juegan los Kirchner. Táctica que les está jugando una mala pasada.
Pero a todo o nada ¿de qué? ¿Este es un gobierno, como nos quieren hacer creer, que impulsa grandes transformaciones, y la derecha y los grandes intereses se las impiden? No. Una Argentina más justa, que ataca el saqueo de los años 90 y redistribuye la riqueza, sólo pasa por el doble discurso de los Kirchner. El gobierno del PJ fue el que más deuda externa pagó (25.000 millones de dólares) y dice que nos estamos desendeudando. El gobierno mantiene las privatizaciones menemistas. El gobierno sigue entregando el petróleo y demás recursos naturales a Repsol, la Barrick y otras multinacionales depredadoras. ¿Cuándo los Kirchner prohibieron la extranjerización de la tierra? ¿Por qué nunca tocaron los intereses de Cargill, Bunge y Born, Monsanto o las grandes tierras en manos de oligarcas y terratenientes? Y cuando estatizó las AFJP fue para echar mano de fondos frescos ante la crisis mundial y un año electoral. Las “reestatizaciones” de Aerolíneas o la vuelta atrás con algunas privatizadas (Correo, Aguas Argentinas o Area Material Córdoba) se dieron después de que, como limón exprimido, las patronales querían venderlas y dedicarse a otra cosa.
El gobierno está en crisis al agotarse los recursos que le impiden seguir disciplinando voluntades de políticos del PJ y radicales K, antes menemistas o duhaldistas, mediante una billetera superavitaria de la que gozó durante años. Y está en crisis al fracasarle su doble discurso que ya no hace mella entre los trabajadores. Ya se habla de poskirchnerismo. Muchos dicen que de las elecciones de junio se perfilará el sucesor para 2011. O antes, si una gran lucha obrera y popular se hace sentir, unificando los reclamos populares, o el imperialismo, los industriales, banqueros y la CGT le empiezan a retacear parte del apoyo que le vienen dispensando.
La crisis está y es grande. Bajan la recaudación, los superávits y las reservas. El gobierno del PJ de Santa Cruz ha tenido que echar mano a los fondos que tiene en el exterior para pagar sueldos estatales. Catamarca está por enviar una ley a la Legislatura para implementar bonos provinciales. Buenos Aires puede volver a imprimir patacones si no le alcanzan los 1.383 millones de pesos que Cristina le ha coparticipado por la soja. Muchas provincias estarían en dificultades para pagar los aguinaldos.
Una encuesta dio que en el primer cordón del conurbano ganaría el peronismo disidente. Y que en el interior de la provincia de Buenos Aires el kirchnerismo perdería 400.000 votos respecto de 2007 (Clarín, 22/03). El kirchnerismo estaría hasta por postular en sus listas al corredor Juan María Traverso y al ex tenista Guillermo Vilas detrás del propio Kirchner, quien hará valer su domicilio provisorio de la Quinta de Olivos para encabezar la lista a diputados nacionales por ese distrito. Todo vale para intentar retener un distrito clave, cuando ya se sabe que pierde Capital, Córdoba, probablemente Santa Fe si el PJ va dividido, San Luis, Catamarca, Mendoza…
Haciendo referencia a la protesta conjunta de obreros e industriales en Armstrong, Hugo Biolcati, de la Sociedad Rural, señaló: “Estamos todos en la misma, por eso salimos juntos”. Miente. ¿Son los mismos los intereses de un obrero de la UOM con los de su empleador de la automotriz? ¿Qué tendrá que ver un trabajador de Arcor con las ganancias de su patronal? ¿Qué intereses comunes puede haber entre un obrero rural superexplotado con un terrateniente? La Rural, como las patronales del campo, llaman a una lucha conjunta pero para llevar agua a su molino. Hablan del campo y del interior como si sus habitantes fueran todos iguales. Como en la ciudad, hay grandes y chicos, patrones y empleados, ricos y pobres, que hay que saber distinguir. Lo que no hace la Federación Agraria, llevando a los pequeños productores tras un Plan Agropecuario Nacional en beneficio de los grandes productores y pools de siembra (ver página 3). Sólo un gobierno como el de los Kirchner y el PJ ha posibilitado que la Rural gane notoriedad y llame a movilizarse junto a los pequeños productores.
Los trabajadores y demás sectores populares deben pelear por lo suyo. Hay que hacer los máximos esfuerzos para solidarizarse con la heroica lucha docente de varias provincias. Si ganan los maestros estaremos en mejores condiciones todos los trabajadores para enfrentar el nuevo techo salarial y exigir paritarias ya. Tenemos que avanzar en la coordinación de los dirigentes para impulsar luchas en común contra los despidos y suspensiones, como se está haciendo en Córdoba (ver página 4). Llamar a enfrentar a la política que quiere salvar de la crisis a las grandes patronales y banqueros y descargarla sobre los trabajadores (como lo dispuso Obama, destinando un billón de dólares frescos para limpiar los activos “tóxicos” - pérdidas- de los banqueros). Política en la que coinciden tanto Cristina, el PJ en todas sus variantes, Carrió, Reutemann o Macri. Llamamos a que la crisis la paguen los de arriba y no los trabajadores. Y a conformar un frente de izquierda para dar pelea electoral contra todos ellos.
Para impulsar esas tareas vaya el compromiso, como ya lo venimos haciendo, de Izquierda Socialista.
La Mesa de Enlace a las elecciones
Muchos de sus dirigentes integrarán las listas de los partidos patronales opositores. Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), fue tentado para secundar a Margarita Stolbizer en la provincia de Buenos Aires (Página12, 23/03). Ricardo Navarro, también de CRA, está en tratativas con la Coalición Cívica. José Bustingorri, de la Sociedad Rural de Saladillo; Marcos Rebolini -vicepresidente de la Asociación Rural de Coronel Suárez-; Carlos Bilbao - ex presidente de la Rural de Trenque Lauquen- y Manuel Domínguez -presidente de esa entidad de Coronel Pringles-, serían candidatos en las listas de Francisco de Narváez. Ricardo Smith Estrada, de la Sociedad Rural, el mayor exportador de semen bovino y propietario del toro Cleto, la estrella de la Rural del año pasado, probaría suerte aunque no sabe en qué lista. El segundo de Carbap, Jorge Srodek, iría como candidato por la alianza de PRO y el peronismo disidente. Luciano Miguens, ex presidente de la Rural, y Pablo Orsolini, vicepresidente de la FAA, no dejan de sonar como posibles postulantes.
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