El Socialista

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Escribe:
Ricardo Cubeiros

Del peronismo K al peronismo disidente

No hay un peronismo “bueno”

Ante el desgaste del gobierno y el peronismo K, han surgido propuestas electorales en gran parte de las provincias que se presentan como peronistas disidentes, como De Narváez y Solá en Buenos Aires, Schiaretti y De la Sota en Córdoba, Reutemann en Santa Fe. Después de las experiencias con el menemismo, duhaldismo y kirchnerismo, ¿ahora aparecerá un peronismo “bueno”?

Una parte importante de la clase trabajadora está rompiendo con el kirchnerismo. La experiencia del gobierno de los Kirchner, comenzó a mostrar que gobiernan a favor de las multinacionales, como Repsol, Telefónica, Cargill, y la gran patronal, con funcionarios corruptos sometidos a estos poderes, igual que los gobiernos anteriores. Ni intentaron tocar las privatizaciones principales que hizo el menemismo y siguen pagando la deuda externa.

Por eso, ahora es posible que los candidatos del gobierno pierdan en distritos fundamentales e incluso en la Provincia de Buenos Aires. Con justa razón la gran mayoría de los trabajadores rechazan a la UCR y otras variantes de los partidos tradicionales provenientes del mismo tronco tradicional gorila como la Coalición Cívica. Pero, algunos se engañan, sin embargo, una vez más, con el discurso de un “peronismo bueno”. Se formó el frente Unión-Pro, encabezado en provincia de Buenos Aires por el multimillonario nacido en Colombia Francisco De Narváez, con el apoyo de Felipe Solá, que va de segundo en la lista; Eduardo Duhalde, Osvaldo Mércuri, todos aliados a Mauricio Macri, el cual desde el año pasado también se puso un disfraz peronista. Este peronismo disidente anti K, tiene otras expresiones en el interior con Carlos Reuteman en Santa Fe, los puntanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá, el salteño Juan Carlos Romero, el misionero Ramón Puerta y el entrerriano Jorge Busti. También incluye a otros notorios ex menemistas como Miguel Angel Toma, Jorge Matzkin y César Aráoz.

Más de lo mismo

Basta con conocer a algunos de estos personajes para saber que el peronismo disidente está conformado por los mismos que fueron parte o apoyaron en su momento al gobierno de Menem y luego a Kirchner.

Desde el gobierno de Menem con Alsogaray, el peronismo viene “reciclándose” cada 5 ó 6 años, tratando de aparecer como “verdadero peronismo” o “peronismo bueno”. Primero fue Duhalde, después fue Rodríguez Saa, Kirchner, y ahora tratan de presentar otra cara poniendo delante a Macri y De Narváez para que no aparezcan como “políticos tradicionales”. Pero siempre, en cada vuelta de la calesita, vuelven a aparecer los mismos intereses, e incluso muchos de los mismos personajes, como el propio De Narváez que apoyó a Menem. El kirchnerismo, aunque se disfrace y utilice alguna frase de centroizquierda, no es diferente.

Aunque vayan cambiando algunas partes del discurso, lo que tienen en común todos estos “reciclajes” es el apoyo a las multinacionales, grandes empresarios y oligarcas, para que sigan explotando a los trabajadores y saqueando al país. En el “nuevo” peronismo anti K, tienen enorme peso multimillonarios que nada tienen que ver con los intereses populares, como De Narváez o Macri, o estancieros como Solá o Reuteman. Todos de la mano de la burocracia sindical traidora de mil luchas. Mientras Moyano es peronista K, ya aparecen otros burócratas como Luis Barrionuevo o Gerónimo Vanegas de UATRE, que se anotaron en el peronismo anti K.

Es hora de cambiar

Lo que no va más es el peronismo, en cualquiera de sus variantes, encabezadas todas por millonarios, oligarcas, políticos corruptos y burócratas sindicales. Para cambiar el país, para terminar con la corrupción, los despidos, los salarios de hambre, la desocupación, es necesario terminar con el dominio de las multinacionales, oligarcas y grandes patrones. Y para eso necesario comenzar a construir una alternativa política que represente a los que nunca han gobernado, a los que producen toda la riqueza del país, a los trabajadores.

Ante las elecciones la izquierda tiene una gran responsabilidad de unirse para ser parte de esta construcción, junto a los delegados y corrientes obreras antipatronales y antiburocráticas, con los sectores luchadores de docentes, del subte, ferroviarios, en un gran frente, para llamar al conjunto del pueblo trabajador a no votar más por candidatos patronales y votar por candidatos obreros y de izquierda.


¿Quién es el empresario De Narváez?

Nacido en Colombia, es naturalizado argentino. Antiguo dueño de Casa Tía (que heredó de su padre y abuelo), utilizó métodos de superexplotación y despidió a todo el viejo personal que venía del tiempo de sus ancestros. Ahora es dueño del predio de la Rural, compró el 50% de la empresa que controla América 2, es dueño del 20% de Ámbito Financiero, y socio de Clarín y de radio La Red, además también es estanciero. Se calcula que sus bienes suman 700 millones de dólares.

Comenzó a ser conocido en política apoyando a Menem contra Kirchner en el 2003. Cuando Menem se retiró, se pasó en 24 horas al kirchnerismo. Era uno de los que viajaba con Kirchner en el avión presidencial, fue junto con el entonces presidente a Alemania. Pero en 2005 ya integró la lista antikirchnerista que encabezaba Chiche Duhalde. Se dice “admirador” de Perón. En una subasta en Roma pagó 93.000 dólares por el traje de gala del general.


Escribe:
Atilio Salusso

Pino Solanas, Sabbatella, Macalusse

La centroizquierda ¿es alternativa?

La centroizquierda está presentando sus candidatos. La figura más importante de ese espacio es “Pino” Solanas, de Proyecto Sur, quien se presentará a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires. Claudio Lozano (economista de la CTA), en su momento obtuvo una banca de la mano de aquél. Por otro lado, en la provincia de Buenos Aires se presenta Sabbatella (actual intendente de Morón), apoyado por Hugo Yasky. Se sumaría Jorge Ceballos, de Libres del Sur, quien hasta hace poco era funcionario kirchnerista. Eduardo Macalusse, de Solidaridad e Igualdad (SI), lleva a María América González de candidata en Capital y a Raimundi en Buenos Aires. Aníbal Ibarra, Bonasso, Carlos Heller y hasta Luis Juez se saben tildar de “centroizquierda” o progresistas. Ante la crisis mundial que afecta al país ¿sus proyectos son alternativa para los trabajadores? Consideramos que no.

Pino Solanas es una figura muy conocida. Adoptó un discurso crítico al gobierno en los últimos años, aunque elogia al kirchnerismo en materia de Derechos Humanos y política exterior. Denuncia la entrega del petróleo e impulsó la campaña contra el tren bala junto a los cuerpos de delegados combativos ferroviarios. Participa de las marchas contra el tarifazo. Y con sus películas, como “La próxima estación”, aporta a la lucha contra el saqueo, en este caso de los ferrocarriles. Esto lo consideramos positivo y en muchas de esas acciones actuamos en unidad. Pero, lamentablemente, tenemos diferencias sobre cuál es la salida de fondo.

Su proyecto es el de un nacionalismo burgués que ya fracasó antes. El viejo peronismo, al no tocar a las multinacionales, a la oligarquía y no romper con el imperialismo, terminó en un proyecto al servicio de la inflación y los bajos salarios con el Rodrigazo en el 74, donde la clase obrera tuvo que hacer la primera huelga general contra un gobierno peronista. Querer reeditar las viejas conquistas sociales es imposible, sin aplicar medidas de fondo, de izquierda y socialistas. Solanas no las plantea. Por ejemplo, “Pino” es un férreo defensor del gobierno de Chávez y su “economía mixta”, de convivencia con las multinacionales y la gran patronal, sin romper los lazos con el imperialismo.

Su alianza con Lozano de la CTA, pinta de cuerpo entero los límites de su proyecto. Si bien Lozano pertenece a un sector distinto al que encabeza Yasky dentro de esa central, nunca se lo escuchó diferenciarse cuando el gremio del Neumático, perteneciente a la CTA, avaló los despidos en el conflicto del año pasado. O cuando CTERA y la CTA de Yasky no llaman a paros nacionales para unificar a los docentes que luchan en casi todo el país, como ahora, o dejando solos a los estatales, los gremios que más vienen luchando desde hace años. Tampoco ningún sector de la CTA llama a prohibir por ley los despidos y suspensiones, al reparto de las horas de trabajo, ni a estatizar toda empresa que cierre o despida.

El programa de Proyecto Sur, si bien habla de “recuperar nuestros recursos”, las empresas de servicios públicos y reconstituir el sistema ferroviario, no plantea la reestatización de las privatizadas, que incluye a Repsol, TBA y las telefónicas, entre otras. Dice que hay que suspender el pago de la deuda externa sólo “hasta que se establezca a quién, por qué y cuánto se debe”, cuando todos sabemos que es ilegítima desde sus orígenes por provenir de la dictadura. No plantea la reforma agraria para el campo. Habla de “revertir los abusos de las grandes corporaciones exportadoras” y “promover un área de empresas sociales de calidad autogestionadas y cooperativas”, sin llamar a expropiar a quienes controlan el 80% de nuestros alimentos.

Finalmente, llama a defender una “democracia integral”, sin plantear que hay que terminar con esta democracia para ricos. Y habla de conformar un bloque regional bajo las “experiencias transformadoras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador”, sin señalar que los gobiernos de esos países, si bien tienen roces con el imperialismo, no se han planteado la ruptura con él.

Solanas, fruto de esta política, nunca ha llamado a la unidad con la izquierda para debatir medidas de fondo para enfrentar al actual gobierno y a su modelo capitalista. Ha preferido seguir su unidad con sectores de la centroizquierda, intentando ahora un acuerdo con Macalusse y Sabatella, y en Córodoba, Proyecto Sur apoya a Luis Juez.

Los trabajadores necesitan medidas de fondo para que la crisis no la paguen ellos y sí los capitalistas. Lamentablemente, las distintas variantes de centroizquierda sólo ofrecen medias tintas que ya han fracasado.


Liliana Olivero

“Por un frente de izquierda en todo el país”

Liliana Olivero es legisladora de Izquierda Socialista en Córdoba y la figura de la izquierda más reconocida en la provincia. Su banca siempre está al servicio de las luchas obreras y populares. Recientemente ha presentado un proyecto de ley que prohíbe despidos y suspensiones. La entrevistamos para que nos dé su opinión acerca de las elecciones, en el marco de la crisis económica y social que vive nuestro país.

Liliana Olivero

¿Cómo ves la realidad nacional?

Cristina adelantó las elecciones para frenar el efecto dominó que podía generar en otros distritos su derrota en Catamarca. Y porque quiere aplicar cuanto antes un nuevo ajuste. Para eso, octubre quedaba muy lejos. Además, quiere encarrilar los conflictos vía las elecciones, lo cual es imposible. Convoco a los trabajadores a seguir luchando por salario y contra los despidos y suspensiones. Cuando pasen las elecciones, el peronismo y demás partidos tradicionales van a usar los votos para acordar nuevamente con el FMI y seguir beneficiando a las patronales, banqueros y terratenientes.

Cristina dice que está enfrentando la crisis…

Sí, la “enfrenta” salvando a las patronales con la complicidad de la burocracia sindical, prorrogando suspensiones, dejando pasar los despidos y subsidiando a los grandes empresarios. Aplicando tarifazos y pagando la deuda externa con plata de los jubilados. Una vergüenza.

Esta misma política ¿se está aplicando en la provincia?

Sí. El peronista Schiaretti hace lo mismo. Por eso los judiciales están reclamando un 25% de aumento y los obreros de las automotrices enfrentan los ataques a su estabilidad laboral. En este sentido, fue importante nuestra iniciativa de convocar a gremios, cuerpo de delegados y trabajadores a acompañar el proyecto de ley que estamos impulsando para prohibir despidos y suspensiones. Un paso muy importante porque es el único proyecto que plantea una salida de fondo para evitar el desempleo. No hay ninguno similar en el Congreso Nacional. Por eso la CTA de Córdoba lo llevó como propuesta al congreso nacional de dicha Central, que se celebró este lunes 30 y martes 31 de marzo en Buenos Aires.

En Córdoba hay mucha bronca contra el kirchnerismo. ¿Y con los otros candidatos?

Sí. Acá los Kirchner nunca ganaron. No sé si Cristina llega al 10% de aceptación. Pero los candidatos de la pseudo oposición están en serios problemas. Juez no logró convencer a los radicales. Por eso está obligado a ir solo con el ARI y con gran debilidad en el interior provincial. La UCR está fraccionada en varias corrientes, que van a una interna feroz. Giacomino, el “soldado de Cristina” -hasta hace poco aliado de Juez- armará una lista K por orden de Kirchner, encabezada por Vaca Narvaja. Por el lado del PJ todo es un cambalache. Encabezará aquel que mejor esté en las encuestas, sin descartar varias listas peronistas.

¿Que opinas de los candidatos nacionales?

El kirchnerismo es el más repudiado. Pero al recambio patronal que se está conformando sólo hace críticas electoralistas, sin ninguna salida para los trabajadores. Escucho a Reutemann, Solá, Carrió, De Narváez, la UCR o Macri, y todos defienden a la oligarquía del campo, los techos salariales, están en contra de los docentes y a favor de seguir con la dependencia del imperialismo. No hay que dejarse engañar, son más de lo mismo. Todos quieren que la crisis la paguemos los trabajadores y eso es lo que hay que impedir. Con unidad en las luchas, y también con unidad de la izquierda en las elecciones.

¿Que te parece nuestra propuesta de hacer un frente de izquierda?

Estoy completamente de acuerdo en reiterarla, en insistir en este llamado que viene siendo nuestra política desde hace años. Es necesario y urgente, para salir con más fuerza y entre todos, más allá de las diferencias, a hacer campaña para llamar a luchar para que la crisis la paguen los de arriba. Que el peronismo no va más, tampoco la UCR, el PRO o variantes como Juez, Binner o la centroizquierda. Hace falta unidad de la izquierda para dar esa pelea. Tenemos una gran oportunidad de hacer un frente nacional, unidad que es reclamada en todo el país. Por eso desearía que el resto de la izquierda dé pasos efectivos en ese sentido.


Pronunciamientos por la unidad de la izquierda

Laura Marrone

Laura Marrone, docente y militante socialista

“La crisis del capitalismo en nuestro país y en el mundo ha puesto en evidencia que su sobrevivencia nos está llevando a la destrucción de nuestra civilización y hasta la del propio planeta. La necesidad de un cambio revolucionario de la sociedad se hace urgente. La izquierda argentina tiene el desafío, en estas elecciones, de presentar una opción unitaria que lleve a todos los rincones sus propuestas por una salida anticapitalista a la crisis.

No es hora de autoproclamaciones ni mezquinas prácticas de aparatos. Es hora de unir esfuerzos para llegar a millones con una propuesta programáticamente clara. Cada uno de nosotras y nosotros, militantes socialistas por la revolución socialista, tenemos la responsabilidad de agotar las energías para romper todas las barreras para lograrla. Ninguna diferencia hoy justifica que no lo hagamos. En el propio proceso de esa unidad en un gran frente, podemos y debemos seguir debatiendo nuestras diferencias. Se trata de llevar al plano político la unidad que cada día tenemos en las luchas.

Entonces, el esfuerzo de cada uno será parte de un gran movimiento que multiplique la voz de cada uno y avance en el camino de ganar la voluntad de nuestro pueblo hacia el cambio de base que necesitamos”.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

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