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Escribe:
Miguel Lamas
El doble discurso del ex obispo
Lugo no cumple con el pueblo
El “padre”, ex obispo y presidente Fernando Lugo, resultó papá de varios hijos no reconocidos con mujeres diferentes. El supuesto progresista “obispo de los pobres”, resultó ser otro neoliberal.
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Lugo en problemas |
Fernando Lugo asumió la presidencia el 15 de agosto del año pasado, con gran apoyo e ilusiones en que realizaría un cambio profundo. La derrota del Partido Colorado, después de 61 años de gobierno, incluyendo 35 años de feroz dictadura de Strossner, fue un gran triunfo popular.
Una de las cartas fuertes de triunfo de Lugo fue su condición de “obispo de los pobres”, en un país en el que la Iglesia tiene enorme poder. Para el pueblo aparecía como una garantía de que gobernaría en su beneficio.
Por eso la revelación de que es papá de varios niños fue como una evidencia de su doble discurso moral de una Iglesia que dice prohibir el sexo de sus sacerdotes. Y Lugo no solo engañó a humildes adolescentes, sino a todo el pueblo paraguayo, haciendo todo lo contrario de lo que prometió.
Una de las principales promesas de Lugo fue hacer la reforma agraria. La distribución de la tierra en Paraguay es la más desigual del mundo. El último censo muestra que el 1% de propietarios tiene el 77% de la misma y sólo 351 de ellos concentran 10 millones de hectáreas. La producción de soja y algodón, parte importante en manos de terratenientes brasileños, va expulsando campesinos que emigran a las “villas miseria” urbanas o a Argentina, Brasil y Europa. En Paraguay, de los seis millones de habitantes, el 63% son pobres y el 26% indigentes.
Lugo encabezó la “Alianza Patriótica para el Cambio” que incluye desde el PLRA (Partido Liberal Radical Auténtico), del vicepresidente Federico Franco, hasta el Bloque Social y Popular (partidos de izquierda P-MAS y Tekojoja, junto a varios sindicados y organizaciones campesinas). El PLRA es un partido tradicional, dirigido por terratenientes y grandes empresarios.
Represión brutal a los que piden reforma agraria
Los campesinos tomaron en serio las promesas de reforma agraria, y comenzaron a ocupar tierras de grandes terratenientes. Lugo dijo que “no se podía” avanzar en la reforma agraria hasta cambiar la Constitución (lo cual ni siquiera está previsto). Por eso ordenó represión. En los primeros 100 días de gobierno fue asesinado por la policía el dirigente campesino Bienvenido Melgarejo; fueron presos e imputados 240 campesinos en Alto Paraná y heridos otros 70 por exigir tierras. El propio Lugo declaró, como si se tratara de un “logro” de su gobierno, que en 100 días hubo “80 ocupaciones y 80 desalojos” (La Nación 23/11/08).
Tomando como excusa el asalto a un “destacamento militar” (dos soldados durmiendo la siesta) por un supuesto y desconocido grupo guerrillero, Lugo decretó la militarización del norte del país. El ejército hizo lo único que sabe hacer. Fue asesinado, en Concepción, Martín Ocampos Páez, director de la Radio Comunitaria Hugua Ñandú FM. Hasta el Obispo de Concepción, Zacarías Ortiz, y médicos independientes denunciaron que los detenidos por militares, policías y fiscales fueron torturados brutalmente. También fue ejecutado Juan Ramón González, dirigente campesino de Itakyry.
Política económica neoliberal
Ante las primeras consecuencias de la crisis mundial en Paraguay, el gobierno decidió una virtual congelación salarial, se decretó aumentar la jornada laboral de los empleados públicos de seis a ocho horas, se adquirió deuda con el BID para dar 2.000 millones de dólares a los empresarios y se anunciaron privatizaciones de rutas, puertos y aeropuertos. Después de una amenaza de huelga general de todas las centrales, el gobierno decretó un 5% de aumento salarial, muy inferior a la inflación. La semana pasada hubo una manifestación de 2.000 enfermeras estatales porque le quieren aumentar la edad jubilatoria y desconocen su convenio laboral.
En suma, el gobierno de Lugo- PLRA, aunque incorporó a dirigentes populares, es un gobierno al servicio del capital, que ni siquiera tomó algunas medidas parciales en defensa del interés nacional, como hicieron en su momento Evo Morales en Bolivia, Chávez en Venezuela o Correa en Ecuador.
Ahora sus oponentes de derecha, como el Partido Colorado e incluso sectores del PLRA, piden la renuncia del ex obispo. Pero son aún más proimperialistas, y el PLRA es cogobernante y responsable de la política económica.
Es hora de que las organizaciones obreras, campesinas y de izquierda rompan con el gobierno del ex obispo Lugo-PLRA, la falsa alternativa de centroizquierda bendecida por la Iglesia, y construyan una opción independiente, para luchar por una salida política al servicio de las mayorías trabajadoras del país, peleando por expropiar a los latifundistas para producir alimentos para el pueblo, no pagar la deuda externa y estatizar los bancos para proteger la economía popular.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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