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Pino SolanasLas “medias tintas” no sirvenEn la Ciudad de Buenos Aires, Proyecto Sur lleva como candidato a diputado nacional a Pino Solanas. Nosotros respetamos y compartimos muchas de las denuncias que realizó Pino a lo largo de estos años contra la entrega del patrimonio nacional. Junto con nuestros delegados ferroviarios opositores a la burocracia de Pedraza, hemos compartido la campaña contra el Tren Bala e incluso varios de nuestros compañeros dan testimonio en su película más reciente, “La próxima estación”. Pero su programa se queda a mitad de camino. Veamos. En vez de plantear que hay que dejar definitivamente de pagar la deuda externa y romper con el FMI, propone “investigar quién la contrajo, porqué y cuánto se debe”. ¿A más de 30 años de su origen durante la dictadura, y con tres canjes de por medio, alguien piensa que todavía es viable delimitar la deuda “legítima” de la “ilegítima”? Solanas plantea en su programa “recuperar nuestros recursos”. ¿Qué es esta “recuperación”? ¿Por qué no figuran la reestatización sin pago y puesta en funcionamiento de esas empresas bajo control de los trabajadores y usuarios? Con respecto a la monopolización y extranjerización de la economía argentina, la propuesta de Solanas es “revertir los abusos de las grandes corporaciones exportadoras y promover un área de empresas sociales en el sector rural e industrial”. Ni una palabra de la reforma agraria, ni de expropiación alguna a la oligarquía y los monopolios. Toda la propuesta de Proyecto Sur está recorrida sobre estas ambivalencias. Y ese es justamente su problema: con medias tintas no hay ninguna posibilidad de redistribución alguna de la riqueza. Esto ya se demostró justamente con la política de los Kirchner y su doble discurso. Y, más atrás en el tiempo, con el Frepaso, que terminó en el desastre de la Alianza. Son justamente estos planteos que se quedan a mitad de camino los que llevaron muchas veces a Solanas y sus aliados (Claudio Lozano, Macaluse, María América González, Fabio Basteiro) a apoyar políticas del gobierno, como cuando el propio Solanas apoyó la creación de la fantasmagórica Enarsa, porque la veían “como un paso” en la recuperación de nuestro petróleo. O como cuando Lozano aceptó la “estatización trucha” de Aerolíneas, que se demostró meses después, es un negocio a la medida de Marsans. Si no se expropia a la oligarquía y los grandes monopolios, si no se nacionaliza la banca y el comercio exterior, si no se deja ya de pagar la deuda, no se terminará con el desempleo y la pobreza, ni se mejorará nuestra destruida salud y educación pública. Tampoco va a haber ninguna posibilidad de cambiar de raíz la situación de dependencia y entrega que vive nuestro país. La candidatura de Pino y Proyecto Sur es un callejón sin salida para los trabajadores, que los llevaría en el corto plazo a una nueva frustración. Por eso proponemos un de cambio de fondo, de unidad de la izquierda, con un programa claro para lograr la segunda y definitiva independencia. J.C. |
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