|
|||
|
|||
Compartir esta nota en
|
|||
HondurasLa negociación favorece a los golpistasEstá en curso la negociación con los golpistas, con la mediación del presidente Oscar Arias de Costa Rica, y la supervisión directa de Estados Unidos a través de su canciller Hillary Clinton. Hasta ahora no arrojó ningún resultado. El presidente Zelaya amenazó con romperla “en caso de que en una próxima reunión no se restablezca el orden institucional”. Mientras, el pueblo en Honduras sigue repudiando al golpe en las calles.
Ya son 17 las jornadas de resistencia callejera con miles de manifestantes en las calles. Por su parte, los maestros están en huelga desde el golpe. El gobierno de facto de Roberto Micheletti, acosado por la movilización popular y el repudio internacional, intenta ganar tiempo. El domingo 5 el ejército disparó contra la multitud que había ido al aeropuerto a recibir al presidente Zelaya que había anunciado su retorno, asesinando a un joven de 17 años. El sábado 11, en la noche, fueron asesinados por sicarios armados Roger Iván Bados, del Sindicato de Trabajadores de la Industria Textil y del Bloque Popular, y Ramón García, activista de Unificación Democrática. Pero estos repudiables hechos represivos no pueden ocultar la enorme debilidad de los golpistas que no logran sacar a los manifestantes de las calles. Hay distintas versiones de descontento en oficiales militares y policías (la policía se negó a reprimir en el Aeropuerto el domingo 5 de julio). Tampoco se atreven hasta ahora a una represión generalizada o a prohibir a sindicatos, organizaciones populares y partidos de izquierda. Ante esta situación, la negociación en curso, que supuestamente se reanudaría el próximo fin de semana, favorece la intención de los golpistas de cansar a los manifestantes, creando la idea de que el golpe es un “hecho consumado” e irreversible. Qué se negocia Obama y Hillary Clinton, mediante el presidente Oscar Arias, de Costa Rica, pretenden un acuerdo que salve al régimen, al Parlamento y a la Corte Suprema golpistas. Para eso apuntan a permitir el regreso de Zelaya, pero totalmente condicionado a abandonar la adhesión de Honduras al ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos, que incluye a Venezuela, Bolivia, Nicaragua, entre otros), no hacer ninguna consulta al pueblo sobre una posible asamblea constituyente y no castigar a los golpistas. Esto en el mejor de los casos. La otra “solución” del imperialismo, es que se quede Micheletti con algún acuerdo de adelantamiento de las elecciones. En ambos casos, salidas totalmente antidemocráticas. El “mediador”, Oscar Arias, en la década de los 80 fue el hombre del imperialismo para lograr que la guerrilla salvadoreña aceptara desarmarse (por eso le dieron el premio Nobel de la Paz). Y en los últimos años es el gobernante más fiel a los yanquis en Centroamérica y el impulsor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Manuel Zelaya, pese a su “ultimátum”, entró totalmente en ese juego de negociar lo innegociable. Chávez, por su parte, criticó la negociación y se pronunció por un regreso de Zelaya sin condiciones, pero dijo que Obama está “vacilando”, alentando así las ilusiones de que el presidente yanqui podría favorecer una salida democrática en Honduras. Mientras está negociando con los golpistas, no hay una convocatoria de Zelaya al pueblo hondureño a una huelga general y gran movilización que efectivamente podría quebrar al ejército y la policía y expulsar al gobierno de facto. Chávez tampoco está llamando a una gran movilización popular latinoamericana para respaldar al pueblo hondureño. Esta posición de medias tintas, termina favoreciendo el objetivo de los golpistas de ganar tiempo apostando al desgaste de la movilización. Es más necesaria que nunca la movilización latinoamericana, contra todo acuerdo con los golpistas, en apoyo al pueblo hondureño para que pueda expulsarlos y castigarlos e imponer el retorno de Zelaya y la soberanía popular. |
|||
|
|||
Izquierda Socialista en Internet: |
|||