Rosario

Que se estatice Mahle bajo control de sus trabajadores

La autopartista Mahle fue ocupada por sus trabajadores el 25 de abril de 2009, cuando la multinacional alemana decidió cerrar y dejar sin trabajo a sus más de 500 operarios. La solidaridad fue lo que mantuvo en alto la moral de los compañeros. A pesar de las mentiras de los políticos patronales, de los gobiernos provincial y nacional, de los burócratas de la UOM y la CGT, la voluntad siguió siendo la misma: la reapertura de la fábrica. Como dice la canción que los obreros no se cansan de entonar: ¡Mahle es de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode!

Mientras se desarrollaba una audiencia a la que fueron convocados, bajo amenaza de uso de la fuerza pública, los gerentes de Mahle, un sector de compañeros se manifestaba en Rafaela, frente a otra planta de esa firma en esa ciudad. Otro, acompañado por organizaciones sociales y partidos de izquierda, cortaba el ingreso a Rosario de la autopista Panamericana. La patronal violó todos los acuerdos. Tras negociaciones respaldadas con movilización y piquete, se llegó a un acuerdo de pago en efectivo de 1000 pesos de lo adeudado y el resto a la semana siguiente. Más allá de este pequeño triunfo, reina la incertidumbre, la bronca de no saber cómo se resolverá esta dura pulseada. El gobierno ha dicho que si en 30 días no aparece un comprador de la misma, el gobierno va a garantizar los puestos de trabajo. ¡Pero la única manera que eso ocurra es que ya se estatice y pase a funcionar bajo control de sus trabajadores!

Izquierda Socialista entrevistó a varios compañeros, quienes nos relataron lo siguiente:

Coty: El viaje a Rafaela fue votado por unanimidad en asamblea. No había otra. Nos habían dado solo $ 200 de nuestros sueldos. Fuimos 150 compañeros. ¡No te imaginas la sorpresa de la gente de Rafaela! Vos sabés, Rafaela es una ciudad chica… con pleno empleo, sin villas, una ciudad tuerca. Llegamos, prendimos fuego a las gomas y empezamos a hacer sonar los bombos y las bombas.

La respuesta de la empresa fue provocarnos. No respondimos a la provocación de la patota de José Cerra, gerente general de Mahle Argentina, a quien no le tiembla el pulso para cerrar la fabrica, puesto que ya cerró otras siete!

En Rafaela, fueron todos muy solidarios. Sostuvimos el acampe gracias a la inestimable ayuda de la gente, de los compañeros. A los compañeros de Mahle Rafaela tenemos que agradecerles infinitamente.

¿La siempre emocionante unidad de los trabajadores, no?

Exacto, también vimos la situación de los compañeros. Cuando nos contaron dijimos… los de Rafaela están igual que nosotros en enero. Mientras ellos no tienen insumos, la empresa los amontona en un depósito. “Fíjate que el galpón”, decía el compañero, “tenía insumos hasta el techo, en la fabrica no había un retén! y las máquinas estaban paradas desde hacía tres días”.

Esa solidaridad los potenció de verdad

Exacto… Pero la empresa no se quedó de brazos cruzados. Denunció que no dejábamos ingresar a los operarios, utilizando la violencia. Le juro por mis dos hijos, que nunca le impedimos la entrada a ningún compañero. Estábamos ahí protestando contra Mahle, que no nos paga los sueldos y nos deja en la calle.

¿Cómo se resolvió esta jornada de lucha y cómo ve las que se acercan?

Los compañeros en Rosario, habían ido a la UOM y conseguido el apoyo, (la UOM en todo el transcurso de la lucha escondió la cabeza como el avestruz). Vimos la necesidad de regresar, ya que la reunión con la patronal, la UOM y la CGT, requería ejercer presión frente a la Secretaría de Trabajo. Dimos otro paso: el compromiso de pago de nuestros salarios. Porque no hay nada más desmoralizante que el hambre, la tristeza de no tener para llevar el pan a casa.

No sólo peleamos por el salario y la recuperación del puesto de laburo; estamos peleando también por nuestras familias. Dígame compañero, ¿hay una razón más poderosa que la que sostiene nuestra unidad? Quizás usted crea que exagero, pero yo le digo que a mí, para sacarme van a tener que hacerlo con las patas pa’ adelante.

Luis C: En esta lucha descubrimos que los lazos de compañerismo que nos unen son más fuertes de lo que creíamos. Comprendimos la solidaridad de la sociedad al recibirla diariamente. Al principio, fue muy dura la incertidumbre de qué iba a pasar con nosotros, el atropello y la falta de respeto nos enredaron en el mal humor. Veíamos que el rumbo de la fábrica iba mal. Veníamos perdiendo la confianza, pensamos que esto terminaría mal pero no imaginamos esta lucha.

Mirna: El 24 nos enteramos que Mahle cerraba, el despido de un compañero (Pacheco) nos unió y dio la fuerza que tenemos entre los compañeros para no entregar nuestros puestos de trabajo, el reclamo a la UOM, que esta totalmente ausente. En estos primeros momentos nos preguntamos ¿Quién está hasta el final? Éramos 80 o 90… Trabajar en Mahle era que nos saquen las radios, las sillas para sentarnos, no nos dejaran hablar entre nosotros y el fundamento era que en Brasil se trabaja así…

Coty: En realidad lo que me está enseñando esta lucha, es que nunca fuimos débiles. Tuvimos que llegar a esta situación para reconocer nuestra fuerza. Y esto, ojo, a pesar de las diferencias con que vemos cada uno de los compañeros la salida al conflicto. Porque el centro donde reside nuestra fuerza es la unidad. Y como vimos los rosqueos de los gobiernos y los partidos políticos mayoritarios, nos unimos para resistir.

Alejandro: Es increíble lo que nos han hecho y eso es porque el gobierno es cómplice, nos mintieron en las elecciones.

Coty: Y hemos creído de más en las mentiras de ellos. Ahora la presidenta destina 600.000.000 de pesos para hacerse cargo del fútbol (que no está mal) y salvarle las papas al Padrino, y no para hacerse cargo de esta fabrica con 500 obreros. Pero el tiempo y la paciencia se acaban. Esta lucha es nuestra, somos una familia y los ladrillos de esta fábrica son nuestros… Mi sensación, yo les digo a todos los compañeros, es que a esta lucha la vamos a ganar.

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