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Honduras
Negociación a espaldas del pueblo
Este miércoles una delegación de la OEA está en Honduras para mediar en una negociación entre Zelaya y los golpistas. El marco de esta negociación es el denominado “plan Arias” o “acuerdo de San José”, que implica el desconocimiento de la soberanía popular.
La delegación de la OEA está integrada por cancilleres y embajadores ante ese organismo de Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Canadá, Jamaica, Guatemala, Argentina y Brasil; el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y un representante del gobierno imperialista español.
El llamado “acuerdo de San José” o “plan Arias”, fue propuesto por el presidente Oscar Arias de Costa Rica y es en realidad el plan de Hillary Clinton. Contempla la restitución de Zelaya, pero con una amnistía para los golpistas, renuncia a la convocatoria de la Asamblea Constituyente y que las Fuerzas Armadas sean comandadas hasta las elecciones por la Corte Suprema golpista. El punto implícito es el reconocimiento de la validez de las elecciones fraudulentas convocadas para el 29 de noviembre. Este plan, que fue apoyado hace dos semanas por los cancilleres de la OEA, con la sola abstención de Nicaragua y Venezuela, implica el desconocimiento de la soberanía popular, porque intenta impedir la convocatoria a una Asamblea Constituyente democrática.
Zelaya, entrevistado en la Embajada de Brasil, donde se encuentra, afirmó nuevamente que acepta el “plan Arias”. Los golpistas no lo habían aceptado. Pero ahora, después de 100 días de resistencia popular, hay presiones del imperialismo yanqui y de los propios empresarios que sostuvieron al golpe para un “arreglo”.
¿El diálogo es solución?
Por su parte, el líder del Frente Contra el Golpe de Estado, Juan Barahona, dijo el domingo: “tenemos esperanzas de que este diálogo pueda llegar a un acuerdo”. Y auguró que la OEA pueda "ratificar que es una organización de esperanza, de soluciones de los problemas de los países miembros".
El Frente Nacional Contra el Golpe de Estado acepta el diálogo, pero reclamando la “libertad de expresión, restituyendo inmediatamente el funcionamiento de Radio Globo, Canal 36 y otros medios que han sido clausurados… libertad inmediata de los Presos Políticos… la salida del poder de la dictadura militar-civil, la restitución del Presidente Manuel Zelaya a su cargo sin condiciones, de forma inmediata y segura. Definición de mecanismos para la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente…”. El Frente pone condiciones para el diálogo que recogen las aspiraciones democráticas populares. Pero el problema es que este diálogo está de antemano condicionado por el “plan Arias”.
Solo la movilización popular puede echar a los golpistas
Después de la enorme movilización, con centenares de miles de personas, del 15 de septiembre (día de la independencia centroamericana), y de las movilizaciones en los barrios en la semana que volvió Zelaya cuando la gente salía para echar a los golpistas, ahora hay una relativa desmovilización. El abrazo de Zelaya con los candidatos golpistas y la definición del presidente por el plan Arias, así como la posición ambigua de la dirección del Frente Contra el Golpe de Estado de alentar esperanzas en el “diálogo” con los golpistas, tuvieron como resultado la desmovilización popular en la última semana.
Ni la OEA, ni Estados Unidos quieren echar a los golpistas. Mediante el “plan Arias” quieren legitimar las elecciones fraudulentas e impedir la Constituyente. Sólo la movilización popular puede imponer una salida democrática derrocando a los golpistas, permitiendo la restitución incondicional de Zelaya y la convocatoria a una verdadera Asamblea Constituyente.
M.L.
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