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Confirmado: vuelve el FMIA Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI, un estudiante turco le arrojó un zapatazo durante una charla. Pero lo mejor vino después. Un periodista argentino le preguntó: “¿Cree que la posible resistencia del Gobierno a no avanzar en el artículo IV (revisión anual) se basa en la mala experiencia que ha tenido el país con el FMI en el pasado?”. Su respuesta fue antológica: “¿Y usted como sabe que la Argentina no quiere tener un artículo IV?...Yo tuve recientes conversaciones con el Ministro Boudou y la presidenta Cristina Kirchner… Por lo tanto, esta va a ser la última vez que usted me va a poder preguntar sobre este tema”. Confirmaba así un secreto a voces: la “vuelta” de la Argentina al FMI. Seamos claros: nuestro país nunca se fue, sólo canceló por adelantado 9.975 millones de dólares con reservas a principios de 2006. Ahora el gobierno volvió a pedirle prestado (algo que los Kirchner dijeron que no iban a hacer nunca más) y, peor aún, eso nos va a someter a su “auditoría” (que permite al FMI inmiscuirse en nuestra economía -de eso se trata el famoso artículo IV-). Las mentiras kirchneristas sobre la deuda van cayendo una a una en estos días. En 2005, con el canje con los bonistas, se nos dijo que se habían ahorrado miles de millones de dólares, y que los 20.000 millones de dólares de los bonistas que no habían aceptado el canje era una porción de deuda que no existía más. Mentira. Pasaron tres años. Los funcionarios oficiales siguieron realizando negociaciones para reconocer, y pagar esa deuda más los intereses que se seguían “acumulando”. Hoy ya se acepta eso abiertamente, y hasta se conocen los bancos (Deutsche Bank, Barclays y City) que se llevarán las comisiones por el negocio. También están muy avanzadas las tratativas para “normalizar” las relaciones con el Club de París, por casi 8.000 millones de dólares que supuestamente “le debemos” a los gobiernos de las grandes potencias. El gobierno dice que la misión del Fondo que vendrá a auditarnos sólo hará un control “macroeconómico” y no realizará comentarios políticos. Es que los Kirchner ya aceptaron los dos reclamos centrales del organismo: normalizar (léase pagar) las deudas con los bonistas que quedaron fuera del canje y con el Club de París. A cambio de eso, negocian que el Fondo no haga declaraciones muy “duras” sobre los números truchos del Indec. Quizás el gobierno lo logre: es que al FMI le importa tener estadísticas reales para sus publicaciones internacionales, pero, mucho más, cumplir su rol de policía del imperialismo y los grandes pulpos financieros internacionales. Y, en esto último, el gobierno de Cristina está haciendo bien los deberes. |
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