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Gabriel Catalano

Por la reincorporación de todos los despedidos

Al cierre de esta edición, y terminada una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo, la empresa sólo acepto reveer la situación de 20 trabajadores despedidos y suspendidos, que regresarían a trabajar. Pero se mantiene firme en no permitir el reingreso de la Comisión Interna y el resto de los despedidos.

Ramón Bogado, dirigente de la comisión interna, en la marcha frente a la embajada de Estados Unidos

Ramón Bogado, dirigente de la comisión interna, en la marcha frente a la embajada de Estados Unidos

Obreros de Terrabusi en uno de los cortes

Obreros de Terrabusi en uno de los cortes

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, intenta ahora aparecer defendiendo a los trabajadores despedidos de Terrabusi. Se acordó un poco tarde, ya que durante los casi 40 días que se mantuvo el paro no dijo una palabra a favor de los trabajadores en lucha. Se escuda en que “las dos posiciones son intransigentes”, cuando esta claro que es la patronal yanqui la que no respeta las leyes de nuestro país y cuyo gran objetivo en este conflicto es descabezar a los trabajadores de su combativa comisión interna.

Es más, después de que la patronal de Kraft rompiera la conciliación obligatoria, el ministerio de Trabajo se declaró “fuera del conflicto”, es decir, le dejo las manos libres a la empresa para concretar los despidos y preparar el desalojo. De igual manera actuó el gobierno de Scioli. La mejor demostración es el operativo que se montó para desalojar y reprimir a los trabajadores de la planta. Sólo la complicidad del gobierno nacional y de la provincia de Buenos Aires explica cómo se movieron cientos de policías y gendarmes. Por eso suenan muy poco creíbles las versiones según las cuáles “el gobierno mete presión a Kraft por lo despidos” o que Tomada cree que la empresa “viola” la ley al impedir el ingreso de los delegados.

En el mismo sentido, es ridículo que amenacen ahora con multar a la empresa con 14 millones de pesos, ¡después que ya despidieron a delegados y trabajadores! ¿Qué le hace a esta multinacional que factura miles de millones de dólares anuales pagar ese monto? Estamos seguros que muy poco, si a cambio logran sacarse de encima a delegados combativos y aumentar los ritmos de producción, superexplotando a los trabajadores. Todo esto si es que diésemos crédito a la versión de que efectivamente multaran a la empresa, y ese pago se concretara, cosa que es dudosa.

En síntesis, tanto el gobierno nacional -vía el ministerio de Trabajo- como ahora Moyano, quien recibió a la comisión interna, sólo intentan lavarse la cara apareciendo ahora como defensores de los trabajadores, después de que avalaron diariamente todo lo actuado por la empresa durante el conflicto.

Es que hasta a los más pro K les resulta imposible justificar los despidos y “palos progres” de la represión y el desalojo de la policía bonaerense. Claro, no estamos ante los “piquetes” de la abundancia del campo. Acá el gobierno y la traidora CGT le dieron la espalda al legítimo reclamo de los trabajadores de la ex Terrabusi, por un conflicto que comenzó exigiendo elementales medidas de seguridad e higiene contra la gripe A.

Es por esto que llamamos a todos los trabajadores y sectores populares a seguir apoyando a los despedidos en la lucha por su reincorporación. Las organizaciones estudiantiles de las Federaciones de la UBA, Córdoba, La Plata y Comahue realizaron tomas de sus respectivas facultades y en todo el país se realizan medidas en solidaridad con los trabajadores. La situación del conflicto es difícil, por eso la solidaridad es clave, por lo que hay que redoblar el esfuerzo, participando de todas las acciones que decidan los trabajadores de Kraft-Terrabusi.


Juan Carlos Giordano
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Juan Carlos Giordano

¡Defendamos a los dirigentes combativos!

Las patronales quieren barrer a los dirigentes combativos de los lugares de trabajo. Todo en complicidad con el gobierno y la burocracia sindical. El conflicto en la ex Terrabusi se ha convertido en “caso testigo”: quieren dejar afuera a la comisión interna y a los delegados. “Si ocurre eso la fábrica va a ser un campo de concentración, sin nadie que defienda a los trabajadores y con policías adentro”, denunció un delegado.

“Violentos, delincuentes, desestabilizadores”: así fueron calificados por la patronal yanqui días previos al desalojo. “Ultraizquierdistas”, por Moyano y Daer. En los 70 el “democrático” Ricardo Balbín hablaba de “guerrilla fabril”. Y Álvaro Alsogaray de “soviet en las fábricas”. En esto están todos unidos: patrones, gobierno, burócratas sindicales y la oposición burguesa (ni Carrió, de Narváez o la UCR apoyaron a los trabajadores de Terrabusi), contra el sindicalismo antipatronal y antiburocrático que no responde a los pactos sociales que siempre acuerdan a espaldas de los trabajadores.

Que surjan dirigentes sindicales que se apoyen en las decisiones de las bases es el gran temor que cunde entre empresarios y dirigentes sindicales traidores. “Es más fácil negociar con la CGT o el cacique del sindicato”, dicen a coro empresarios y gobierno. Es lo que no ocurrió en Terrabusi, donde desde hace años hay una comisión interna que no acepta llevar a los trabajadores de Pacheco a jornadas extenuantes y flexibilizadoras como en las otras dos plantas que tiene Kraft en Argentina, en Tres Arroyos y Villa Mercedes.

Otro tanto ocurre en otros gremios. Por ejemplo, en el subte, al calor de la fuerza de la base se ha ido forjando un cuerpo de delegados que ha logrado reivindicaciones históricas, como las 6 horas y terminar con las tercerizadas. Por eso no les quieren reconocer el nuevo sindicato. Otro caso es Zanón, donde los obreros lograron la expropiación y producen sin patrones.

Por su parte, los ferroviarios del Cuerpo de Delegados del Sarmiento, encabezados por el “Pollo” Sobrero, Edgardo Reynoso y tantos otros compañeros, vienen mostrando que con dirigentes antipatronales, honestos y combativos que practican cotidianamente la democracia sindical, se puede lograr que no haya despidos y tener salarios dignos. En los últimos meses los ferroviarios hicieron asambleas y marchas masivas, y eligieron los paritarios en asamblea. Todas prácticas opuestas a la vieja burocracia patronal de la Verde de Pedraza. Otro tanto ocurre con la lucha de los hospitales de Tucumán, a cuya cabeza se encuentran los “autoconvocados” que vienen implementando un plan de lucha fuera de los sindicatos tradicionales.

En las elecciones a consejeros en docentes de Neuquén, como mostramos en la página 9, acaba de ganar en Capital una lista encabezada por compañeros combativos. Lo mismo ocurrió en las de docentes bonaerenses. También hay delegados e internas opositoras que vienen cumpliendo roles muy importantes en las luchas como en los Telefónicos, Garrahan, INDEC, estatales de varias provincias, Pilkington, CIVE y tantos otros lugares.

Estos dirigentes combativos que se vienen fogueando (muchos de los cuales se referencian en la izquierda), son la punta de un proceso antiburocrático que, si bien embrionario, va adquiriendo cada vez mayor fuerza. En internas y cuerpos de delegados. Combatiendo a las patronales y a las agachadas traidoras de los burócratas sindicales. Un proceso continental que hay que desarrollar y apoyar, siendo Venezuela la vanguardia (ver páginas centrales y 8).

Dirigentes que muchas veces son procesados por luchar. A muchos se les pide el desafuero como a Segovia en el Subte o a los directivos de FATE, entre otros. O directamente se los intenta despedir. Terrabusi es el ejemplo, donde ya venían intentando sin éxito despedir a Ramón Bogado. En diciembre tiene fecha el inicio del juicio contra el Pollo Sobrero por encabezar la lucha de los ferroviarios contra TBA. Mientras el gobierno mantiene a más de 4.000 procesados por luchar que vienen desde la época del menemismo.

Llamamos a defender a los dirigentes que practican el sindicalismo combativo. En el camino de ir conformando una nueva dirección antipatronal y antiburocrática en el movimiento obrero que sirva para barrer a la burocracia traidora de todo color y pelaje.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

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