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EditorialPor una Coordinadora de LuchaLa lucha de las trabajadoras y trabajadores de Kraft-Terrabusi ha sido heroica, ganándose un lugar entre las tantas de importancia que ha protagonizado nuestro movimiento obrero (ver páginas centrales). La misma obliga a los trabajadores, luchadores y a la izquierda a sacar conclusiones. La patronal yanqui tenía claro, desde un inicio, que había que echar a la Comisión Interna y a los delegados para aplicar un plan de achique, ajuste y flexibilización. Fue un caso testigo. Pero ese plan le fracasó, fruto de la heroica lucha de sus trabajadores y la enorme solidaridad nacional de sectores populares que, a pesar de la traición de la burocracia sindical, juntó dinero a través del fondo de huelga, realizó asambleas solidarias, festivales e importantes movilizaciones junto a la izquierda, en Plaza de Mayo y el resto del país. Esta es la primera conclusión que hay que llevar a los compañeros de Terrabusi y al conjunto de los trabajadores: ¡Que con lucha se pueden frenar los planes antiobreros de las patronales! Más aún, cuando en este caso, la multinacional estuvo apoyada por la UIA, la embajada de Estados Unidos, el gobierno de los Kirchner y la falsa oposición de los Solá, Macri-Carrió, la justicia, el sindicato de la alimentación de Daer y la CGT de Hugo Moyano. “Los empresarios están de acuerdo con la ejecución del desalojo frente a una ocupación ilegítima, y creen poco imaginable reincorporar a sus puestos, con inmunidad, a gente a la que se le imputa haber cometido delitos contra la empresa”, señaló el abogado patronal y miembro de la UIA, Daniel Funes de Rioja (Crítica, 13-10). Ese era el pensamiento empresarial por entonces, pero sufrió un traspié.
¿Quién creía que después del violento desalojo el ministerio de Trabajo, la patronal y el gobierno iban a reincorporar a la Comisión Interna y a parte de los despedidos, a no eliminar un turno, a no provocar nuevos despidos y a no cambiar las condiciones laborales dentro de la planta? Es que la llama encendida por la lucha en Terrabusi amenazaba con seguir propagándose, avivando el conflicto social en momentos en que hay una oleada de luchas que en ocasiones desborda a los dirigentes burocráticos. Esto puso en aprietos al gobierno nacional que, viendo agotadas todas sus maniobras pro-patronales, incluida la represión, tuvo que “convencer” a la empresa para sentarse a dialogar y a la CGT a cambiar su discurso. El terror de los de arriba se sigue manifestando aún hoy. La Cámara de Comercio de los EE.UU. (AmChan), acaba de señalar: “El conflicto de dos meses entre su asociada Kraft Foods de Argentina y la Comisión Interna gremial atenta contra las inversiones en el país (…), contra la convivencia pacífica, dañan la democracia…”, llamando a que estos hechos “no se repitan”. (Clarín, 20-10). Si ellos chillan, es porque les sigue doliendo. Es evidente que ha quedado la tarea pendiente de seguir peleando por la reincorporación de todos los despedidos. Como en toda lucha, hay logros que no son totales. Por eso la pelea de los trabajadores de Kraft no ha terminado, ni mucho menos. Se siguen haciendo festivales, marchas de apoyo y se viene la elección de la comisión interna, donde hay que llamar a que haya lista única de la actual interna para ganarle a Daer.
Las ansias de las patronales, el gobierno y la burocracia sindical de ir contra los dirigentes combativos, va a continuar. Miremos el caso de los trabajadores del subte. Después de varios meses desde que decidieron formar su sindicato propio ante las traiciones de la UTA, el gobierno les niega el reconocimiento. O el caso de los ferroviarios de TBA -encabezados por el “Pollo Sobrero-, contra quienes, el 9 de diciembre, hay una audiencia en los tribunales de Morón para intentar juzgarlos por luchar. Por eso es urgente que los luchadores, los cuerpos de delegados combativos y la izquierda impulsemos una Coordinadora de Lucha, para lograr un polo sindical alternativo ante las traiciones de la CGT y las agachadas de la CTA. Que sirva para coordinar las luchas y defender a los dirigentes combativos. Para rodear de solidaridad a los que luchan. Como lo dijimos en el encuentro convocado por los compañeros de Zanón (ver páginas 8 y 9): “Nuestra propuesta es que esa Coordinadora unitaria priorice estos puntos: 1) Apoyo a la lucha de los trabajadores de Kraft-Terrabusi y a todos los sectores en lucha; 2) Por una ley que prohíba los despidos y que expropie a toda empresa que no cumpla (ya existe el proyecto de la diputada Liliana Olivero que ha recibido el apoyo de delegados de Terrabusi, de la CTA de Córdoba, entre otros); 3) Defensa de las nuevas direcciones combativas y antiburocráticas, 4) Contra la criminalización de la protesta (contra el intento de desafuero a los delegados de Kraft-Terrabusi, contra los juicios a los delegados ferroviarios de TBA y otros luchadores).” Lamentablemente, los convocantes de ese evento no estuvieron de acuerdo en impulsar esa iniciativa, la cual hay que seguir proponiendo para que se concrete. Porque las luchas y los dirigentes combativos la necesitan. |
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