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Socialista es una publicación de Izquierda Socialista
Escribe:
José Roldán
Reunión sindical en el Bauen
Un debate entre luchadores
El sábado 17 de octubre se realizó la reunión nacional convocada por la nueva Comisión Directiva de los ceramistas de Neuquén, encabezada por Zanón. Una delegación de dirigentes sindicales de Izquierda Socialista llevó su propuesta de constituir una coordinadora, a través de una propuesta escrita que reproducimos íntegramente en página 9. Desgraciadamente, fue rechazada por la conducción de la reunión.
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La directiva de Zanón fue la que convocó la reunión en el Bauen |
En la reunión estuvieron presentes, además de los ceramistas de Neuquén, encabezados por Alejandro López y Raúl Godoy -de la directiva anterior, y por los nuevos directivos-, numerosos referentes de luchas actuales, como Kraft-Terrabusi y el Subte, entre otros. La mesa permitió una participación democrática de los presentes y se generó un rico debate, que en gran medida giró alrededor de la propuesta de formar una coordinadora nacional de lucha defendida por Izquierda Socialista.
El PTS llevó una propuesta equivocada
La convocatoria y la conducción de la reunión estuvieron en manos de dirigentes sindicales que son integrantes del PTS o simpatizan con esta organización, y que constituían la amplia mayoría de la concurrencia. Participaron dirigentes sindicales de Izquierda Socialista y algunos otros grupos sindicales y de izquierda.
El PTS había adelantado en su periódico, el 8 de octubre: “La propuesta del PTS es impulsar desde las propias organizaciones combativas y dirigentes antiburocráticos un movimiento político por un Partido de Trabajadores, con independencia de todas las fracciones patronales, que no vaya detrás de la UIA y la Copal como hace la CGT peronista, ni de la Mesa de Enlace agraria como sectores de la CTA, la centroizquierda y una parte de la izquierda como la CCC y Ripoll.” (La Verdad Obrera Nº346, 8/10/09). En el periódico siguiente lo formuló como “constituir una corriente sindical y política de los trabajadores”.
El debate por la coordinadora
Los miembros de Izquierda Socialista polemizaron con esta propuesta. Señalaron que en la realidad no se está dando un proceso político hacia un partido de trabajadores, que permita la confluencia de distintas corrientes en un proyecto de independencia de clase. Recordaron como ejemplo el surgimiento del PT brasileño en 1979, impulsado por la numerosa vanguardia metalúrgica del ABC paulista, que estaba encabezando importantes huelgas, y se transformó, en pocos años, en un partido obrero de masas. En aquel momento fue muy importante sumarse a él, aunque luego la conducción reformista de Lula y la Iglesia lo llevara a la capitulación. El PT se hizo fuerte cobijando desde su nacimiento distintas posiciones y corrientes políticas (entre ellos los trotskistas), dado que era un partido obrero amplio. El PTS se equivoca al llamar a formar un partido de trabajadores y al mismo tiempo establecer vetos o exclusiones, por ejemplo hacia el PCR-CCC o el MST, o quien sea. Con ese criterio, habría que haber rechazado la formación del PT encabezado por Lula.
Es muy necesario lograr una alternativa política de izquierda. Para eso fue muy positivo el frente entre el PTS, el MAS e Izquierda Socialista para las elecciones de junio de este año. Izquierda Socialista le propuso luego al PTS darle continuidad en las luchas a ese frente y ampliarlo al resto de la izquierda, pero la dirección del PTS se negó, argumentando, justamente, que ellos querían “formar un PT”. El resultado es que no hay PT ni sigue el frente de izquierda.
Varios dirigentes sindicales de Izquierda Socialista intervinieron para insistir en la propuesta de formar una coordinadora. Señalaron que hay experiencias positivas, de unidad de acción y coordinación, como ocurrió con la solidaridad con Zanón y la lucha de Kraft-Terrabussi, pero han sido puntuales y no permanentes. Se insistió en que hay que dejar de arrancar de cero ante cada conflicto, improvisando a partir de convocatorias de distintos grupos de izquierda, que es lo que viene ocurriendo. Y por supuesto, evitar todo tipo de vetos o exclusiones, dejando de lado los apetitos sectarios y divisionistas. Dar el paso de formar una coordinadora permanente, permitiría no sólo fortalecer el apoyo a los conflictos, sino también la lucha contra la criminalización de la protesta y los despidos. Y más que nada, significaría comenzar a formar un polo unitario que se vaya convirtiendo en un referente ante la vanguardia obrera para enfrentar a la burocracia, la patronal y el gobierno, y por una nueva dirección (ver editorial).
La oportunidad que se perdió
Consideramos totalmente válido que el PTS forme su “corriente sindical y política” con sus dirigentes y simpatizantes. No es ese el debate. Está en su derecho y tampoco necesitaba para ello convocar a una reunión a todas las organizaciones recuperadas a la burocracia. En la reunión del Bauen estuvo planteada la oportunidad de concretar un primer paso en la formación de una coordinadora con las fuerzas que confluimos en el llamado, es decir, representantes de Kraft-Terrabusi, ceramistas, del subte, de ferroviarios, docentes y muchas otras comisiones internas y delegados. Hubiera sido un paso, pequeño aún pero importante, que arrancaba sumando fuerzas más amplias a las de los convocantes y con los principales sectores en conflicto. Ojalá que la formación de su propia corriente no reafirme posiciones sectarias y divisionistas que suele manifestar la conducción del PTS (ver balance de Kraft en páginas centrales), sino que esté al servicio de la unidad de los que luchamos contra el gobierno, la patronal y la burocracia.
La experiencia de 1974 en Villa Constitución: Una polémica que se reitera
Vale la pena recordar la batalla que dio -sin éxito- el Partido Socialista de los Trabajadores (PST, que encabezaba Nahuel Moreno) por la formación de una coordinadora nacional de lucha en el ascenso de los setenta.
A comienzos de 1974 se produjo un importante triunfo de los metalúrgicos de Villa Constitución. Una dirección combativa encabezada por Piccinini ganó la seccional, formada por Acindar, Marathon y Metcon. Sus comisiones internas convocaron a un “plenario nacional antiburocrático” para el 20 de abril en Villa.
El PST volcó los máximos esfuerzos de sus dirigentes sindicales, en todos los niveles, para impulsar el plenario, llevando la convocatoria a asambleas y reuniones de todo tipo, y discutiendo la necesidad de que de él surgiera una coordinadora nacional, para rodear de solidaridad las numerosas luchas obreras y fortalecer al vigoroso sindicalismo antiburocrático. Era la manera de llevar a la práctica la propia convocatoria, que decía que existía “la necesidad impostergable de concretar un solo frente de lucha de todos los trabajadores sin distinciones partidistas”. Desgraciadamente, no se logró.
La convocatoria fue un gran éxito, ya que estuvo lo más representativo de la vanguardia obrera que enfrentaba al gobierno. La Juventud Trabajadora Peronista (ligada a Montoneros, que apoyaban al gobierno de Perón) fue la gran ausente. El Partido Comunista no iba, y cambió de posición a último momento, por el peso que adquirió el llamado. El representante de su corriente, la Intersindical, rechazó formar la coordinadora con el argumento de que había que hacerla con todas las corrientes (la que faltaba era la JTP). Alberto Piccinini (actual dirigente de la CTA) la rechazó diciendo que “había que tener muchas conversaciones, muchas reuniones”, que no se podía “hacer de un día para otro”, y llamó a la bancada del PST a no “destruir”. El dirigente del SMATA René Salamanca, del maoísta PCR (que hoy dirige la CCC), la rechazó diciendo que se debía lograr recuperando primero a cada sindicato de las garras de la burocracia. Agustín Tosco, afín al PC, en su intervención por lo menos alentó la coordinación zonal. Aunque no hubo debate, porque el plenario se convirtió en un acto, en las resoluciones finales el último punto hacía un compromiso para “impulsar la coordinación y la solidaridad con todas las luchas obreras”. La JTP por su boicot al plenario, y esas direcciones (Piccinini en primer lugar, con el PC y el PCR), impidieron que esa gran reunión obrera diera el paso urgente e imprescindible de establecer esa coordinadora nacional contra el gobierno y antiburocrática. Se pagó caro.
Ese año hubo una gran oleada de luchas encabezadas por direcciones combativas que no pertenecían a la burocracia sindical peronista. Muchas huelgas que se perdieron y dirigentes que fueron perseguidos o presos podrían haber sido apoyados con fuerza si se hubiera formado en abril aquella coordinadora. Se equivocaron los dirigentes, como Piccinini, Salamanca y otros, que la rechazaron y que alentaron a sus bases a que le cantaran al PST aquel cantito que resonó en el Club Rivera del Paraná de Villa Constitución: “No rompan más las bolas, con la coordinadora”.
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