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Escribe:
Juan Rivera

Con Cristina crece la pobreza

La ausencia de datos oficiales confiables ha provocado la explosión de índices alternativos. Lo cierto es que, a contrapelo del discurso oficial, todos ellos reflejan un notable aumento de la pobreza.

Hay provincias donde la pobreza supera el 50%

Hay provincias donde la pobreza supera el 50%

La pobreza ha pegado un salto en el último período. Según Ernesto Kritz, director ejecutivo de SEL Consultores, la pobreza alcanza “a 37% en el Gran Buenos Aires (GBA), es decir, igual que en mayo de 2001 y mayor al promedio de la década de 1990”. Eso significa que, sólo en GBA, hay 3,5 millones de pobres, de los cuáles 1,2 millones son indigentes. Otros, como la consultora Ecolatina, señalan que el 31,8% de la población es considerada pobre, y que el 11,7% se encuentra dentro de los límites de la indigencia, cobrando un ingreso familiar -para cuatro personas- inferior a los $809. Según un informe de la UCA, 7 de cada 10 personas tienen dificultades para llegar a fin de mes.

Todos los números, provengan de donde provengan, chocan con la verba “progresista” del matrimonio presidencial que, frente a este crudo escenario, se limita a ocultar la realidad. Así lo hacen, por ejemplo, desde la intervención del INDEC. Según este organismo, la canasta básica de una familia tipo -padres y dos hijos- se encuentra en $443,68. Es decir, bastaría con percibir alrededor de $14 diarios por familia para dejar de ser considerado indigente. En cambio, para deja de ser pobre se necesitarían $1.025 mensuales. No hace falta ser especialista para afirmar que eso no alcanza siquiera para alimentarse. Ni hablar de pagar impuestos, transporte, vestirse, comprar medicamentos o pagar alquiler. De esta manera, excluyen de sus estadísticas a un sinnúmero de personas que, aunque superiores a los de estas canastas, también perciben ingresos miserables.

El “asistencialismo” oficialista y opositor

A los fenómenos ya estructurales, como el colapso completo del sistema sanitario y educativo, se suman otros que son propios de la crisis y que agravan los índices de pobreza. Así sucede con la caída en los ingresos de los trabajadores, los masivos despidos, la creciente inflación y las políticas anti-populares del gobierno, como la suba en las tarifas de ciertos servicios. Todo esto ha ido engrosando los ampulosos números de la pobreza e indigencia. Hoy, incluso un amplio sector de quienes trabajan -tanto en el sector público como privado- perciben salarios inferiores o similares a los de la línea de pobreza.

La negativa del kirchnerismo por reconocer la magnitud del problema evidencia, además, su negativa por resolverlo. Frente a esto, sectores de la oposición -desde la Iglesia hasta la centro-izquierdahan salido a esbozar una serie de propuestas para “resolver” el problema. Así surge el debate sobre la “asignación universal por hijo”. La versión más miserable es, sin duda, la del kirchnerismo, que ha salido a responder ofreciendo $135 mensuales por hijo de trabajadores informales y desocupados. La Iglesia, por su parte, propone $180. Carrió, en cambio, propone que la suma se “extienda” a los $200 y que sea de carácter universal. Y Claudio Lozano, CTA-Proyecto Sur, propone una asignación universal de $300 (ver recuadro).

Movilicémonos por una salida real a la pobreza

Las cifras no dejan de ser miserables, incluso en la mejor de las propuestas. Pretender que con ello “se eliminaría el hambre”, como dijo Lozano (Clarín, 24/10), es sencillamente una ridiculez. Hoy día, se estima que una familia tipo necesita alrededor de $4.500 para vivir dignamente. Lo peor de todo es que no sólo pretenden hacer frente a la pobreza con cifras irrisorias, sino que además, para hacerlo, ninguno propone afectar los intereses de los grandes ganadores del modelo kirchnerista. Todas las propuestas coinciden en absorber dinero de otros planes sociales para trasladarlo a éste. En el caso de Lozano, su propuesta incluye, además, la eliminación de ciertas exenciones impositivas y la reducción de los subsidios a las petroleras y el transporte (Clarín, 24/10). Sin embargo, nada dicen de los millonarios pagos de deuda anunciados por el kirchnerismo o de los subsidios que reciben el conjunto de las patronales y privatizadas.

Está claro que no van a ser estas propuestas las que resuelvan este terrible flagelo. Por eso es que los trabajadores y el pueblo debemos movilizarnos para imponer medidas de fondo para terminar con el hambre y la pobreza, tal como lo proponemos en estas páginas.


Escribe:
Carlos Bach

Claudio Lozano: Con $300 por hijo no alcanza

El diputado de la CTAProyecto Sur, Claudio Lozano, plantea que con 300 pesos de asignación familiar por hijo - como él propone- se eliminaría el hambre en el país (Clarín, 24-10). En caso de darse, dice, se llegaría a un “Bicentenario sin pobreza”. Pero cualquier trabajador sabe muy bien que por más que le den 300 pesos a sus hijos menores de 18 años no va a salir de la pobreza. Ya que ese monto ni siquiera alcanzaría para cubrir las necesidades básicas de un niño o joven en edad escolar.

Pongamos un ejemplo: un padre de una “familia tipo” que gane 2.000 pesos (el promedio de lo que cobran los trabajadores en blanco). Si tiene dos jóvenes menores de 18 años -por los cuales se le asignen 300 pesos a cada uno en caso de aprobarse el proyecto de Lozano-, pasaría a tener un ingreso de 2.600 pesos, con los cuales no superaría la barrera de la pobreza. Porque para vivir dignamente un matrimonio con dos hijos necesita entre 4000-4500 pesos, el valor de la canasta familiar, que muchas veces la CTA hizo valer como referencia pero no ahora en este debate (cosa que los gobiernos de turno dejaron de medir desde hace años).

A su vez, Lozano explica que para financiar su proyecto harían falta unos 22.000 millones de pesos, los cuales sacaría reasignando partidas de los actuales planes sociales, eliminando exenciones impositivas y reducciones de subsidios a las petroleras, entre otras. Pero no menciona la fundamental: el no pago de la deuda externa. Si la plata que el gobierno destinó para pagar esa deuda en lo que va del año se hubiera destinado a combatir la pobreza, se podrían destinar mucho más que los insuficientes 300 pesos que propone Lozano.

Lamentablemente Lozano -y la centroizquierda- vuelven a mostrar sus medias tintas. Proponiendo algunos retoques a este sistema capitalista que, supuestamente, podrían erradicar los grandes males de los trabajadores y el pueblo. No es así. Sólo con medidas de fondo contra las patronales, privatizadas, multinacionales y el imperialismo se podrá lograr.


Propuestas para combatir la pobreza

• $1.000 de emergencia para todo trabajador y jubilado

La mayoría de los salarios y jubilaciones son de pobreza. El Indek dice que una familia tipo (matrimonio y dos hijos) deja de ser pobre si tiene un ingreso de $1.025 ¡Que viva el matrimonio Kirchner con ese dinero! El parámetro para medir los ingresos debe ser el valor de la canasta familiar, que hoy ronda los $4.000-4.500.

Hay que otorgar $1.000 de emergencia para cada trabajador y jubilado, en el camino de llegar a ese monto. Que se reabran las paritarias. Y se otorgue el 82% móvil.

• Basta de trabajo en negro y precarizado

Casi el 50% de los trabajadores cobra en negro, sin obra social ni otros elementales derechos laborales. Hay que obligar al blanqueo de todo el personal y anular todas las leyes flexibilizadoras que vienen desde los 90.

• Prohibir los despidos por ley

La pobreza aumenta con la desocupación. En este último año hubo miles de despedidos. La patronal Kraft-Terrabusi, como muchas otras, despidió a 160 trabajadores, mientras su casa matriz ofertaba 20.000 millones de dólares para comprar Cadbury ¡En ese caso hay que obligarla a que tome a todo el personal, bajo apercibimiento de estatizar la planta para garantizar la fuente de trabajo y la producción! Como lo propone el proyecto de ley de nuestra diputada Olivero. Mientras tanto, todo trabajador desocupado debe cobrar un seguro de desempleo de $1.500 hasta que se le garantice trabajo digno.

• Plan de obras públicas

La construcción de viviendas, hospitales, escuelas, cloacas, pavimento, es fundamental para dar trabajo genuino. El gobierno ha anunciado 100.000 empleos vía cooperativas, a un sueldo de $1.200 y en negro (cuando se perdieron 80.000 puestos en blanco en la construcción). “Empleo” clientelar manejado por los intendentes kirchneristas del conurbano. Hace falta un inmediato plan de obras públicas, con salarios dignos y empleo en blanco, controlado por comisiones obreras y de desocupados.

• No al tarifazo. Derogación del IVA de la canasta familiar

El aumento de tarifas carcome el bolsillo popular. El gobierno, en vez de anular las privatizaciones, las premia con tarifazos y grandes subsidios. Hay que seguir luchando para anular los aumentos en la luz y gas. Y que se reestaticen todas las privatizadas bajo control de trabajadores y el pueblo. Si se anulara el IVA de la canasta familiar, los alimentos básicos podrían abaratarse entre un 10% y 21%.

• Salud y educación gratuita para todos

No sólo los ingresos son de pobreza, sino que los humildes, al estar colapsados los hospitales, no pueden acceder al sistema de salud y no tienen recursos para comprar remedios. Por un inmediato aumento del presupuesto de salud. Que el Estado garantice medicamentos gratuitos a todas las familias humildes. A su vez, el desmantelamiento que ha sufrido la educación pública hace que sólo los hijos de los ricos que pueden pagar una escuela privada accedan a los mejores puestos de trabajo. Hay que recuperar la educación pública y gratuita para todos a cargo del Estado.

• No al pago de la deuda externa

Mientras crece la pobreza, la desocupación, y no está previsto en el presupuesto 2010 ningún aumento de salarios para estatales, docentes y jubilados, el dinero del Anses, el Pami, y las reservas del Banco Central siguen destinándose para pagar una deuda externa ilegítima y fraudulenta. El gobierno está reconociendo 29.000 millones de dólares a los bonistas. Quiere pagarle al Club de París otros 7.000 millones. Va a volver el FMI. Y de la deuda global se siguen pagando cifras siderales. Hay que dejar de pagarla en forma inmediata, y saldar la deuda interna con nuestro pueblo. Ese dinero debe invertirse en salarios, jubilaciones, salud, educación y trabajo genuino. Proponemos un Movimiento Nacional por el no pago.

• Impuestos especiales a las grandes fortunas

Además del no pago de la deuda externa, el dinero necesario para aplicar estas medidas puede sacarse de un fuerte impuesto aplicado a multinacionales, banqueros, terratenientes y grandes empresarios. ¡Que la crisis la paguen ellos, no los trabajadores y el pueblo!


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