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EditorialApoyemos a los que luchanDocentes, estatales, profesionales y trabajadores de la salud siguen luchando en gran parte del país por aumento de salario y otras urgentes reivindicaciones (ver páginas 8 y 9). También lo hacen distintos trabajadores contra los despidos, como los de la UOCRA de Pico Truncado, en Santa Cruz. Y organizaciones de desocupados no oficialistas cortaron la 9 de Julio, en Capital, contra los empleos prebendarios del gobierno kirchnerista. Por salario, contra los despidos y trabajo genuino. Ese es el reclamo central de miles y miles de trabajadores para que la crisis no la paguen ellos, sino las patronales, multinacionales y grandes capitalistas. En vez de dar un aumento de salario de emergencia para quienes sostienen cotidianamente la educación de nuestros hijos y curan a nuestras familias, el gobierno nacional -acompañado por los gobernadores e intendentes-, siguen destinando fondos para beneficiar a grandes empresarios y pagar la deuda externa. Y en vez de imponer una ley que prohíba los despidos y suspensiones, el gobierno sigue subsidiando a las patronales sin obligarlas a mantener la estabilidad laboral. La prueba fue la lucha de Kraft-Terrabusi. Se unieron Cristina, la multinacional yanqui y la burocracia sindical para hacer pasar los despidos. Pero se encontraron con la heroica lucha de los 2.700 trabajadores, que logró reincorporar a la comisión interna y parte de los cesanteados, frenando parcialmente las ansias negreras de la explotadora patronal estadounidense. Es que el modelo económico kirchnerista está muy lejos de beneficiar a los trabajadores. Mejor dicho. Es un plan para acrecentar las ganancias patronales. Por ejemplo, los bancos aumentaron un 65% sus ganancias comparado con el año pasado. “Los quince bancos que cotizan en la Bolsa de Comercio pasaron de ganar 1555 millones de pesos en el primer semestre de 2008 a 2533 millones en el mismo período de este año” (Suplemento Cash-Página12, 1-11). ¿Quiénes son? El Citibank, el HSBC, Santander Río, Francés, entre otros. Por su parte, “en el primer semestre de este año -el punto más fuerte de la crisis-, las empresas que cotizan en la Bolsa de Buenos Aires distribuyeron dividendos de nivel similar a los repartidos en igual período de 2007, año de bonanza. Y los dividendos de empresas extranjeras enviados al exterior no dejan de crecer: 1.423 millones de dólares en 2008 y 1.029 millones en el segundo semestre de 2009”. (Página12, 31-10) A su vez, con el nuevo canje que está negociando con los bonistas, el gobierno sigue endeudando a los trabajadores y al pueblo vía el reconocimiento de la deuda externa que estaba en default. Y se ha facultado a las provincias para que puedan endeudarse, no para destinar a salario, salud o educación, sino para seguir haciendo frente a los rojos déficits provinciales, que llegan a los 15.000 millones de pesos. Si a esto le agregamos que las patronales mineras como la Barrick Gold no pagan el 35% del impuesto a las Ganancias, ni el 10% de retenciones, ni el 3% de regalías provinciales, ni Ingresos Brutos, ni pagan tampoco el derecho de importación, suficiente ilustración devela para quién gobierna la presidenta. Los 180 pesos destinados a los hijos menores de 18 años, lejos de combatir la pobreza, la consolidan. Y los 30.000 puestos de trabajo que el gobierno ya dice que se habrían logrado con el plan de empleo vía cooperativas que manejan los intendentes del conurbano a discreción, no son más que medidas clientelares y parciales con el intento de disciplinar a las huestes peronistas para que sigan siendo afines al kirchnerismo y no se vayan a las faldas de los Solá, Duhalde o De Narváez. Mientras el gobierno habla de una mayor transparencia y democracia con la reforma política, su verdadero objetivo es beneficiar al kirchnerismo, al PJ y a la UCR, intentando dar impulso a un malherido bipartidismo que tanto mal trajo en sucesivas décadas de gobierno con hambre, ajuste, miseria y saqueo. E intentar, con el mismo, proscribir electoralmente a la izquierda (ver página 3). Todo esto acompañado de los buenos oficios de Hugo Moyano de la CGT y Hugo Yasky de la CTA, quienes siguen poniendo esas organizaciones obreras al servicio de apoyar los distintos proyectos kirchneristas, llevando al movimiento obrero a ser furgón de cola de un gobierno que nada tiene de nacional y popular, con el verso que está combatiendo a la derecha. La incorporación de Luis D`Elía a la corriente sindical peronista moyanista abona en ese sentido.
Nada podemos esperar de estos dirigentes propatronales y progobierno. Desde cada lugar de trabajo hay que reclamar asambleas u otras instancias democráticas para debatir y tomar medidas por el salario y el empleo. Son miles los que ya están luchando. Hay que coordinar esas luchas en el camino de darles más fuerza para que triunfen. Llamando a conformar una Coordinadora que las unifique ante el vacío que deja la burocracia sindical. La CGT y CTA deben abandonar el pacto con el gobierno y las patronales y tomar alguna medida de apoyo. Un paro nacional hoy es una necesidad para poder ganar. Apoyando y coordinando con los que luchan, y exigiendo que se fije una medida nacional y un plan de lucha, son las tareas que tienen por delante los luchadores obreros y populares. Para que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores. |
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