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Escribe:
Miguel Lamas
Honduras
Un acuerdo que legitima el golpe y el fraude electoral
El pasado viernes 30 de octubre se firmó un acuerdo presentado como “solución” y “restitución del orden constitucional”, dictado por Thomas Shannon, enviado de Obama. Supuestamente volvería Zelaya a la presidencia. Pero, para que esto se cumpla no hay ningún plazo. Además, está supeditado al Congreso y a la Corte Suprema de Justicia que dieron el golpe. Mientras tanto, el acuerdo “legaliza” las elecciones organizadas por los golpistas para el 29 de noviembre, se habla de un gobierno “conjunto” con éstos y se establece que no puede haber Asamblea Constituyente.
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Zelaya dándose la mano con el representante del gobierno de Obama y del imperialismo yanqui , Thomas Shannon |
Este acuerdo es una burla al mundo y al pueblo hondureño. El presidente Manuel Zelaya firmó este acuerdo haciéndose cómplice de la maniobra imperialista y de los golpistas. Todo a cambio de nada concreto. Su restitución, exigida por el pueblo, es sólo una posibilidad, pero no un compromiso de nadie. El Congreso, que para dar el golpe se reunió de urgencia -pocas horas después del secuestro y expulsión de Zelaya para “aceptar la renuncia del presidente”-, ahora dice que no sabe cuando va a reunirse. La restitución de Zelaya queda subordinada a lo que diga el Congreso dominado por representantes de los empresarios, abogados de las multinacionales y terratenientes que dieron el golpe. Que, como se encargaron de “aclararlo” los golpistas, podría no restituirlo o hacerlo después de las elecciones.
Mientras tanto, sea o no restituido Zelaya, ambas partes avalarían las elecciones fraudulentas organizadas por los golpistas, cuyos dos “caballos del comisario”, el candidato del Partido Nacional y el candidato del Partido Liberal, fueron parte del golpe. En el mejor de los casos volvería Zelaya sólo para avalar la trampa electoral.
Lamentablemente la dirección del Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado avaló plenamente el acuerdo. “Celebramos como una victoria popular sobre los intereses mezquinos de la oligarquía golpista la próxima restitución del presidente Manuel Zelaya Rosales. Esta victoria se ha obtenido con más de 4 meses de lucha y sacrificio del pueblo… Exigimos que a los acuerdos que se firmen en la mesa de negociación se les de trámite expedito en el Congreso Nacional”, señalaron en un comunicado.
Una dura lección
El pueblo hondureño en su mayoría se opone al golpe y se movilizó por centenares de miles. Hizo huelgas, cortes de rutas y toma de barrios populares desafiando a la represión y los “toques de queda”, con 21 muertos causados por la represión, centenares de heridos y presos. Si no ha podido derrotar a los golpistas ha sido fundamentalmente por la política de Zelaya de subordinar todas las movilizaciones a una negociación que sólo podía favorecerlos haciéndoles ganar tiempo.
Obama dijo actuar “por la democracia”, pero en realidad sostuvo a los golpistas. El interés del imperialismo, secundado por la OEA y especialmente por Lula, estuvo en intentar desarmar la movilización popular mediante una política “acuerdista”.
Zelaya actuó subordinándose a esta política imperialista desde que aceptó la propuesta del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, dictada por Hillary Clinton, en el mes de julio: el llamado “pacto de San José”, que los golpistas no aceptaron en ese momento. La vuelta de Zelaya y su refugio en la embajada brasileña estuvo dentro de ese marco acuerdista. El pacto ahora aprobado fue impuesto por Obama y apoyado por Lula.
El motivo profundo de que Zelaya haya hecho el juego a esta política imperialista es que es un político tradicional, terrateniente, que sólo se proponía algunas reformas, pero de ninguna manera alentó a la movilización popular por un cambio de fondo que pusiera en peligro al capitalismo y al dominio latifundista de la tierra. La dirección del Frente de la Resistencia, al subordinarse a esta política, terminó desmovilizando al pueblo, que empezó a esperar que la OEA o Estados Unidos lograran el “acuerdo”.
La lucha continúa
La situación es aún incierta. El pueblo hondureño no fue derrotado. Quien se rindió fue Zelaya. Podría romperse el acuerdo por la negativa del Congreso a restituir a Zelaya y por la propia indignación popular ante este fraude. En cualquier caso, es muy importante que la propia militancia combativa llame a que el Frente de la Resistencia siga la lucha contra los golpistas y por la plena restitución de Zelaya, rompiendo con este acuerdo tramposo dictado por el imperialismo, convoque al boicot electoral y mantenga la lucha por la Asamblea Constituyente, que es una de sus principales banderas.
Es importante también esclarecer internacionalmente lo que está pasando y mantener la solidaridad internacional para con la lucha del pueblo hondureño hasta derrocar a los golpistas.
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