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Los Simpsons cumplen 20 añosLa tira animada estadounidense batió récord de permanencia en la pantalla de televisión. Despierta simpatía en muchos jóvenes del mundo e indiferencia en tantos otros. Lo cierto es que con dos décadas al aire la polémica serie de dibujos animados se ha transformado en un fenómeno de masas. El 8 de septiembre de 1986, la tira de dibujos animados Los Simpsons hizo su debut televisivo con un “sketch” de dos minutos en el Show de Tracey Ullman, aunque oficialmente debutaron como una serie autónoma el 17 de diciembre de 1989. Rápidamente se consolidaron como el programa de mayor audiencia de la cadena de televisión yanky Fox. La serie lleva emitidos, a fines de 2009, más de 450 episodios en 20 temporadas,y es considerada una de las mejores de todos los tiempos. Su permanencia en la pantalla es inédita y ha ingresado en el libro Guinnes. La tira fue compuesta por Matt Groenning (confeso votante y aportante a la campaña de Barack Obama) hacia 1986. Según su creador está, de alguna manera, inspirada en su propia familia. Su padre se llama Homero, su madre Margaret (Marge) y las hermanas Lisa y Maggie. También está “Bart” (Bartolomeo). Su nombre es la modificación de la palabra “Brat”, que en ingles significa “mocoso”. Esta sátira de la sociedad estadounidense que en 2007 tuvo su estreno cinematográfico, narra la vida cotidiana de una familia típica de la clase media de ese país. El ingenio y la originalidad de la serie para criticar desde el sarcasmo a instituciones como la Iglesia, la escuela y la democracia burguesa, ha recogido enorme simpatía entre los jóvenes argentinos. Lo mismo sucedió en anteriores generaciones que se referenciaban en las historietas y los celebres personajes de Quino. Por eso no resulta extraño que a la pequeña Lisa Simpsons, hija de Homero, se la asemeje por sus inquietudes y cuestionamientos con “Mafalda”, la joven idealista creación del dibujante argentino. Imprecisiones, adaptaciones y el mito de la clase media estadounidense En un capitulo de la temporada número 9 del año 2008 (vista por alrededor 8 millones de personas), se denominó al presidente argentino Juan Perón como “un dictador que hacía desaparecer personas” y a la Argentina como “una provincia de Brasil”. El propio Groenning ha reconocido las imprecisiones políticas y el desconocimiento con el que trata a veces estos temas, evidenciando cierta subestimación de sus espectadores “Cada vez que hacemos un comentario de un país que no es el nuestro enojamos a muchas personas… por temas de los que no estuvimos del todo informados” (Clarín, 11/10/09). Por otro lado, pocas series televisivas de dibujos animados -por no decir ninguna-, han producido adaptaciones de textos artísticos como lo han hecho Los Simpsons: William Shakespeare, Edgar Allan Poe, Tennessee Williams, Orson Welles, Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick y Francis Ford Coppola, entre otros. Obras tales como Hamlet, El Cuervo, Un Tranvía Llamado Deseo, El Cuidadano (Citizen Kane), La Ventana Indiscreta (The Rear Window), El Resplandor (The Shinning) y Drácula, han sido bienvenidas por las masas, aplaudidas por los cinéfilos y admiradas por los intelectuales. En sus casi dos décadas en el aire, las producciones de Los Simpsons han tocado críticamente temas como las adicciones, lesbianismo, sistemas políticos, ecología, vejez deteriorada, infancia, abuso de poder, corrupción. La sociedad estadounidense se vio reflejada de tal modo en esta serie que, hacia 1989, George Bush padre dijo: “Vamos a alentar a los americanos para que sean más como los Waltons y menos como Los Simpsons.” Los Waltons eran una familia rural al estilo de los Ingalls. La preocupación de Bush padre era comprensible, ya que la popularidad de la tira creada por Matt Groenning hace hincapié en las condiciones socioeconómicas y educativas de un país cuyo mito reza que los estadounidenses son en general de clase media y herederos del “sueño americano”, cosa que los sucesivos gobiernos, como el de Bush hijo, lograron derrumbar llevando miseria y pobreza a su propio pueblo. TV y cultura de mercado El cine y la televisión se tornaron dispositivos dominantes de la industria del entretenimiento. Los dibujos animados son parte de esto y, probablemente, sean uno de los fenómenos más importantes del siglo XX. Los Simpsons surgen en el marco de las denominadas “industrias culturales”, llamadas así por la característica general de reproducir “arte para la comercialización” y “cultura de mercado”. Estas formas de “industria” son una forma de colonización ideológica y cultural. Ya sucedió, posterior a la Segunda Guerra Mundial, con el desarrollo de la industria de Disney y el imperialismo cultural. Las novedades de los nuevos intentos de colonización son que ya no requieren de las caras de Pato Donald o el Ratón Mickey. ¿Cómo explicar entonces la continuidad y permanencia de Los Simpsons en una cadena televisiva cuyo dueño es el magnate conservador Rupert Murdoch? Por el cinismo del capitalismo de transformar en íconos a su crítica más despiadada, por un lado. Y por otro, porque no existe empresa que no haya lucrado con sus figuras: muñecos, chocolates, cajitas de hamburguesas, remeras, lápices y productos de librería. Otro ejemplo se dio en 1993 cuando salió a la venta el libro Bart Simpson: Guía para la Vida que lleva casi 400 mil ejemplares vendidos. En Angola, una agencia publicitaria decidió realizar una imagen cambiando el clásico color amarillo de la famosa familia de Springfield por el negro, para promocionar el estreno de la serie animada en un país africano. “¡Ouch!”, el clásico dicho de Homero cuando comete un error o para sustituir una palabrota, fue incluida en la versión 2001 del Diccionario Oxford de Inglés (en original: “D’oh!”). Homero popularizó también su afición por las donas –o rosquillas–, a tal punto que en muchos locales argentinos volvió a venderse el suspiro de monja, una antigüedad culinaria cuya receta es muy diferente a la dona norteamericana. Un fenómeno de masas Más allá de los gustos e independientemente de las referencias generacionales, Los Simpsons se destacan por expresar el humor de una época. Son la clara representación de una sociedad anestesiada por los valores capitalistas. La mirada sarcástica que utiliza el programa para abordar las miserias de un sistema en decadencia, ha convertido a la serie en un fenómeno de masas en gran parte del mundo. Es por eso que una importante generación de jóvenes estudiantes y trabajadores, concientes del origen de la tira y de sus limitaciones políticas, eligen mirarla, disfrutarla y reírse con ella. Al fin y al cabo, nada mejor que afrontar con alegría las enormes luchas que quedan por delante para derrotar al sistema capitalista- imperialista que, con tanta ironía, reflejan en sus capítulos estos simpáticos muñequitos amarillos. La otra cara de la industria americanaLas voces que dieron “vida” en las primeras temporadas a los personajes de la serie fueron los actores y doblajistas Humberto Vélez (Homero), Claudia Mota (Bart), Nancy Mackenzie (Marge) y Patricia Acevedo (Liza). En enero de 2007 estos protagonistas de carne y hueso iniciaron un reclamo salarial ante la compañía 20th Century Fox, propietaria de los derechos de reproducción de Los Simpsons, y la empresa Grabaciones y Doblajes Internacionales, quienes se negaron a renovar el contrato convencional con la Asociación Nacional de Actores (ANDA). El conflicto gremial culminó con el despido de los actores. Humberto Vélez, voz de Homero Simpsons, declaró: “Da asco ver como se manejan estos conglomerados multinacionales, donde no sólo quieren pagar lo menos posible, sino que encima imponen el individualismo y estan en contra de cualquier actividad sindical”. Estas modificaciones en el elenco de la serie trajo un notorio cambio en la calidad de la tira, llevando a sus seguidores a manifestar su descontento y crítica. Chávez los prohibióEn el año 2008 el presidente de Venezuela ordenó prohibir la serie por transmitir "mensajes que atentan contra la formación integral de niños, niñas y adolescentes". Lo curioso de la medida es que la tira animada fue sustituida por la serie estadounidense “Baywatch” (Vigilantes de la playa), protagonizada por Pamela Anderson. |
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