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MacriEspía, represor y hambreadorEl jefe del PRO se mostró en las elecciones como “eficiente y que venía a poner orden en la ciudad”. Algún desprevenido podrá haber creído que, como eran políticos ricos, iban a robar menos. Macri-Michetti le niegan aumento a los docentes, “han quitado los anticonceptivos de los hospitales y reducido las becas de los alumnos de bajos recursos, por sólo nombrar algunas de sus medidas”, denunció la periodista Sylvina Walter (Crítica, 22/11). Y lo más aberrante: puso al Fino Palacios a presidir su nueva policía, el mismo que reivindicó al genocidio. Una campaña terminó con Palacios en la cárcel. Lo sucedió otro represor con tal prontuario que tuvo que renunciar. Toda la cúpula de la policía porteña -que aún no entró en funciones- renunció porque se descubrieron escuchas telefónicas a granel. Lo que sí funciona es la patota de la UCEP, que sale vestida de negro por las noches a desalojar y golpear a indigentes que no tienen casas y duermen en la calle. Por todo esto está al borde de caer medio gabinete del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Macri es eso. PRO-espía, PRO-represor y PRO-hambredor. Encima tiene la caradurez de postularse para las presidenciales de 2011. |
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