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Moyano con la embajadora yanqui y a favor de pagar la deuda
El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, ha dado sobradas muestras en el último mes de cuán lejos está de los intereses del conjunto de los trabajadores. Por primera vez en la historia de la central obrera, un embajador de los Estados Unidos fue recibido en su sede central por la cúpula cegetista. Y no se trató de cualquier representante. Vilma Martínez utilizó su puesto en la embajada yanqui para presionar sobre el ministerio de Trabajo a favor de la empresa Kraft en el conflicto por el despido de cerca de 150 trabajadores. La otra perlita del camionero líder de la CGT, la dio cuando salió a apoyar la creación del Fondo del Bicentenario y pidió enfáticamente la renuncia del presidente del Banco Central Martín Redrado, de quien recién ahora parece haber descubierto su pasado neoliberal. Moyano se lanzó con todo a apoyar al gobierno y su plan de seguir pagando miles de millones de deuda mientras los salarios de más de la mitad de los trabajadores están por debajo de la línea de la pobreza y la inflación real, no la que mide el INDEK, se come día a día el poder adquisitivo de los trabajadores. Mientras voceros de la CGT han anunciado que no habrá “sobresaltos” en las discusiones paritarias que se avecinan. La burocracia sindical de la CGT sigue sumando galardones en su vasto curriculum de entregas y traiciones. Y la dirección burocrática de la CTA parece haber optado por ser cómplice del gobierno a través del silencio, ya que nada se le ha escuchado decir acerca del escandaloso pago de la fraudulenta deuda externa ni ha participado de ninguna acción exigiendo el no pago. Una vergüenza. P.D. |
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