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Aumento de salario$1.500 de emergencia yaLa inflación, en especial el brutal aumento de los alimentos, se sigue comiendo los salarios, jubilaciones y demás ingresos populares. Están transcurriendo las paritarias en varios gremios. Hace falta un inmediato aumento de emergencia de 1.500 para todos los trabajadores para poder paliar el enorme costo de vida.
Los que más siguen aumentando son los alimentos, es decir, la comida de millones. Y quienes más sufren son los trabajadores y pobres, no los ricos. La plata no alcanza y el 80 o 90% de los ingresos se destinan a adquirir los productos básicos para subsistir. Encima, el gobierno miente. Por ejemplo, el INDEK dice que la canasta básica para que una familia tipo se pueda alimentar (matrimonio con dos hijos) asciende a 510 pesos. Pero expertos de la UBA consideran que para lograr una alimentación saludable se necesitan 1.576 pesos (Clarín, 21-03). Es que la canasta del INDEC, intervenido por la patota de Moreno, se basa en pan, aceite, papa, azúcar y carne de segunda, lo que genera en los niños retardo crónico de crecimiento y obesidad, llevándolos a lo que se denomina desnutrición oculta. Cuando Hugo Moyano se refiere a que hay que guiarse por el “INDEC de los supermercados” para pedir los aumentos de salarios, parece que se refiere al INDEC de Moreno, no a lo que necesita de verdad una familia trabajadora. ¿Cuánto hay que pedir? En estas páginas decimos que hay alimentos 300% más caros en Buenos Aires que en Miami. Entonces, ¿cuánto debe ganar un trabajador para vivir dignamente? Los montos que miden la canasta familiar para una familia tipo oscilan entre 3.800 y 7.200 pesos, según el lugar donde se viva. Las cifras más altas corresponden a las provincias del sur del país, donde el costo de vida es mucho mayor. Varios gremios están sacando sus propios números. Lamentablemente, aunque lleguen a la conclusión que esa canasta asciende a 4.696 pesos, como hizo la CTA, Ctera, su gremio que nuclea a los docentes, firmó un acuerdo por el 17%. Por eso es que los docentes luchan en varias provincias (ver página 9). Los petroleros de Chubut, por su parte, están reclamando $15.000 por única vez y un 30%. Sectores del subte piden un 35%. Los bancarios lograron un 23,5% y la UOM reclama el 25 por ciento. El 7 de abril hay paro nacional de Fesprosa (profesionales de la salud), con movilización al ministerio de Salud de la Nación. Y se movilizan los ferroviarios del Sarmiento-TBA por el salario. Al contrario de lo que dicen las patronales -que no pueden dar esos aumentos-, se supo, por ejemplo, que las multinacionales giraron a sus casas matrices 8.100 millones de dólares en 2009, 600 millones más que en 2008 (Pàgina12, 20-03). Los bancos están haciendo fortunas. Techint y las automotrices lo mismo. También las alimenticias, petroquímicas, entre un largo etcétera. Lamentablemente, la CGT está dejando que en las paritarias cada gremio negocie individualmente. Eso es un crimen, porque lo que hace falta es una lucha unificada en todo el país para arrancar un aumento de emergencia que contrarreste las nefastas consecuencias de la inflación. Esa política ya se sabe como termina: en arreglos por debajo de la inflación. ¡Plata hay! Todos los días vemos por televisión a Cristina diciendo que quiere destinar sí o sí millones de dólares para pagar la deuda externa. ¿Por qué no destinar ese dinero a aumentar salarios y jubilaciones, mejorar los hospitales y escuelas o construir nuevos establecimientos? Es que la prioridad del gobierno y de los grandes empresarios, bajo el capitalismo, no es, obvio, satisfacer las necesidades de los trabajadores. Por eso es que, para lograr alguna conquista, aunque sea mínima, hay que salir a luchar. Sin embargo, la preocupación de los dirigentes sindicales es otra. Por ejemplo, Hugo Moyano está preparando un acto para dentro de 15 días en Rosario. ¿Para llamar a pelear por salario? Acertó. ¡No! Es para lanzar “el partido político Movimiento Nacional Sindical Peronista con vistas a las presidenciales de 2011” (Crítica, 21-03). La CTA, por su parte, se la pasa reclamando su personería gremial mientras se niega a delinear un plan de lucha para que los estatales puedan lograr un aumento digno en las peleas que están llevando adelante en varias provincias (ver página 8). Queda en manos de los trabajadores y los luchadores intervenir de lleno en esta pulseada nacional por el salario. Exigir un aumento de emergencia de 1.500 pesos, en el camino de lograr el valor de la canasta familiar que ronda los 4.000 pesos. Para ello hay que reclamar asambleas, cuerpos de delegados con mandato, movilizarse y votar medidas de fuerza. Eligiendo paritarios en la base. Y reclamando que la CGT y CTA rompan el pacto con el gobierno y las patronales, y tomen alguna medida de lucha. Quieren reglamentar el derecho de huelgaEl gobierno, junto a representantes de la CGT, CTA, la Federación Argentina de Colegios de Abogados y el Consejo Interuniversitario Nacional, ha creado la llamada “Comisión de Garantía”, cuya función será definir qué servicios pueden ser considerados “esenciales” y, por lo tanto, no podrían se interrumpidos por huelgas o medidas de fuerza por parte de los trabajadores. Según ellos, la comisión es un instrumento para otorgar “garantías democráticas” a las expresiones sindicales. Sin embargo, aumenta la lista a varios servicios como “esenciales”, entre los que se encuentran los sanitarios y hospitalarios, producción y distribución de agua potable, energía eléctrica, gas y el control del tráfico aéreo. Y se reserva el derecho de considerar alguna otra actividad como esencial, no incluida en el listado, si se trata de un servicio público de importancia trascendental. Es decir, mientras Cristina deja que las privatizadas presten servicios deplorables (con cortes de luz, falta de gas, falta de inversión en medios de transporte), fija salarios miserables para docentes y estatales y reduce la inversión en salud y educación, busca limitar el derecho de huelga de los trabajadores cuando salen a pelear por aumento de salarios, mejoras en las condiciones de trabajo o en defensa de la salud y de la educación. Llamamos a repudiar esta medida antiobrera -justo cuando se están dando las paritarias- y revindicamos el legítimo derecho a huelga y movilización de los trabajadores. Crece el trabajo en negro• Hay más de 4 millones de asalariados en esas condiciones (sin aportes jubilatorios ni cobertura de asistencia social), según cifras del propio INDEC (Clarín, 18-03). El flagelo del desempleo• Hay 8,4% de desempleo. Y 10,3 de subempleo. Sumados, da un 19% de personas con problemas de empleo. Un modelo de pobreza• La última cifra brindada por el INDEK dice que hay 13,9% de pobres. ¿Y las expectativas?• Mediciones del Indice General de Expectativas de la UCA reveló que: 6 de cada 10 personas dijeron que la situación económica es mala o muy mala. Y que sus ingresos no les alcanzan para vivir. Los niños son los que más sufren• El 17% de los chicos sufre anemia por falta de hierro en su alimentación. |
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Cómo combatir la inflación Cristina Kirchner, durante su reciente visita a Neuquén y Río Negro, aseguró que no piensa hacer un ajuste. Pero ¿qué es la inflación sino un gran ajuste, descarado e injustificable, que está reduciendo de hecho los salarios, jubilaciones y pensiones, arrastrando así a más y más gente por debajo de la línea de pobreza? Cristina respondería -o tal vez por boca de Moyano- que la inflación se da “en un contexto de crecimiento debido a la ley de la oferta y la demanda”, ya que durante su gestión aumentó el poder adquisitivo y el consumo. ¡Mentira! Ni aumentó el consumo, mucho menos el poder adquisitivo y la inflación no tiene nada que ver con los salarios. Al contrario. Prueba de ello es que, cuando se dio el pico más alto de los aumentos, en diciembre y enero, todavía no habían comenzado las paritarias. Cómo explica que Buenos Aires sea una ciudad tan cara para vivir como Paris o Londres, cuando los salarios de los trabajadores de esas ciudades son 10 o 15 veces superiores a los de un trabajador argentino. Lo mismo ocurre en Miami. Allí, según un relevamiento de Página 12 publicado el 21/03, varios cortes de carne, leche, cereales, frutas y verduras, pan, galletitas y fideos, entre otros productos de la canasta básica, en Buenos Aires están desde un 7% hasta un 300% más caros que en esa ciudad de Estados Unidos. Recién ahora, después que todos los precios crecieron descontroladamente, el gobierno se ocupa tibiamente de hacer acuerdos con sus formadores. En lugar de combatir a los cuatro o cinco monopolios que los fijan especulando con la inflación, vuelven con su política de acuerdos, de cuyos resultados los trabajadores ya tenemos sobrada experiencia. Prometen, por ejemplo, que a raíz de un trato entre los frigoríficos y el secretario de Comercio Guillermo Moreno, volverán los cortes populares. Que uno de cada cuatro kilos de carne “debería venderse en las grandes cadenas de supermercados a precios más baratos”. Otras veces que hicieron acuerdos de este tipo, estos cortes populares casi nunca se encontraron en las góndolas. Para terminar de verdad con la inflación, los socialistas proponemos cinco medidas imprescindibles. Estas son: 1. Que aumenten los salarios, jubilaciones y pensiones. Nadie debe ganar menos que el valor de la canasta familiar, entre 4.000 y 4.500 pesos, con un reajuste automático según el alza del costo de vida. 2. Imponer precios máximos a todos los productos de la canasta familiar, para evitar que sigan subiendo. Nada de acuerdos con los monopolios especuladores. Se debe definir los precios de cada producto y deben ser rigurosamente respetados. 3. Sancionar a los remarcadores que no respeten estos precios máximos o retiren los productos controlados de las góndolas. Utilizar para ello la Ley de Abastecimiento vigente, que el gobierno se niega a aplicar. Ley que habilita a multar, clausurar o expropiar a quienes violen el control de precios o acopien mercaderías. 4. Eliminar el IVA de los productos de la canasta familiar, reduciendo así inmediatamente el precio de los productos en un 21%, a la vez que se evita que este impuesto sea pagado por los asalariados. Los impuestos los deben pagar las empresas con sus ganancias. Nunca aplicarse a los sueldos. 5. Fuera la intervención y los índices truchos del INDEC. Hay que saber cuánto aumentan los precios para combatir la inflación. Para esto, hay que terminar con la intervención del Indec y los índices truchos, normalizando de inmediato el Instituto, restituyendo en sus puestos a todos los trabajadores desplazados desde 2007. Dejar que ellos, los que saben, recalculen el índice de precios al consumidor, para que los trabajadores podamos usarlo en las futuras peleas por el salario. Cristina y la merluzaLa presidente nos recomendó que cambiemos nuestros hábitos alimenticios y consumamos menos carne y más merluza. Dijo que la encontraríamos a $12 el kilo y montó un show comprando en un carrito itinerante que Guillermo Moreno le puso cerca de la Casa Rosada. Pero en todos lados está entre $23 y $26. Esta recomendación -desoída por el propio gobierno ya que en la última reunión de Olivos con los diputados y senadores se comieron un flor de asado de vaca, pollo y cerdo-, generó que la Fundación Vida Silvestre publicara un comunicado en el cual advirtió que el país podría perder el 40% de los mercados para sus productos pesqueros, debido al agotamiento de la Merluza Hubbsi, y a no cumplir con los requisitos de la Unión Europea para su importación. Denuncia que están incluyendo en la captura a merluzas jóvenes, perjudicando la reproducción. Asegura que el 80% de las merluzas adultas desaparecieron del mar argentino por la sobrepesca y la captura de juveniles, acusando al gobierno de agravar esta crisis al autorizar un cupo de pesca superior en un 30% a los niveles recomendables para 2010 (Página 12, 22/03). Señora presidente: en vez de liquidar a las inocentes merluzas, ¿no tendría que dejar de mentir y acabar con los “pulpos” monopólicos que aumentan los precios, inflan sus superganancias con el hambre de millones y roban nuestros recursos naturales? |
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