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BrasilFracasa congreso de unidad sindicalLos días 5 y 6 de junio sesionó en Santos, San Pablo, un Congreso sindical (CONCLAT - Congreso Clasista de Trabajadores) que tenía como objetivo fundar una nueva central sindical clasista. Este evento unía a distintos sindicatos y corrientes sindicales antiburocráticas que se desprendieron de la CUT por sus traiciones pactadas con el gobierno de Lula y los empresarios. Lamentablemente, por ahora, la unidad fracasó por la autoproclamación, hegemonismo sectario y burocratismo de la corriente Conlutas, que dirige el PSTU (partido de la LIT-CI).
El evento fue muy importante y pudo haber dado un gran paso en constituir un polo alternativo sindical unitario, clasista y antiburocrático en Brasil. Se acreditaron 3.115 delegados de sindicatos de todo el país. Estuvieron representados 240 sindicatos de sectores metalúrgicos, químicos, alimentación, petroleros, profesores y empleados públicos, entre otros. Los agrupamientos más importantes eran Conlutas y la Intersindical, seguidos por Unidos para Luchar (CST-FOS, que fueron miembros de Conlutas), Movimiento de Avanzada Sindical y otros. Estuvieron presentes importantes delegaciones sindicales internacionales, entre ellas un dirigente de Grecia, Orlando Chirino de Venezuela, un miembro del Frente de la Resistencia de Honduras, etcétera. La ruptura se produjo sobre el final del evento, al momento de votar el nombre de la nueva central. El sector de Conlutas, que tenía una leve mayoría en el congreso, insistió en poner a votación el nombre Conlutas-Intersindical, pese a que ésta última se negaba rotundamente a que se incluyera su nombre. La Intersindical, con el apoyo de Unidos y otros agrupamientos y sindicatos, proponía un nuevo nombre (Central Sindical y Popular), mostrando a la base que surgía algo distinto y superior. Este sector -que representaba el 40% del congreso- buscaba que el nombre fuera fruto de un acuerdo. Pero el sector orientado por el PSTU se negó, buscando imponer su mayoría circunstancial. Era evidente que querían imponer que se mantuviera el nombre de Conlutas. La temperatura del congreso fue subiendo de tono ante esta cerrazón sectaria. Al punto que Zé Maria, el principal dirigente sindical de Conlutas y candidato a presidente por el PSTU, quien defendió la moción de mantener el nombre, fue abucheado y no pudo terminar de hablar. Forzada la votación, el 40% se retiro del congreso. No se rompe por el nombre, sino por la autoproclamación del PSTU Parece increíble que se haya roto y frustrado esta unidad por el tema del nombre. Pero la realidad es que la ruptura se da por responsabilidad de la autoproclamación y hegemonismo burocrático del sector Conlutas-PSTU. Esta corriente, que siguió “sesionando” como si no hubiera pasado nada, y votó en soledad, salió a denunciar que el Congreso se habría dividió porque un sector minoritario “no aceptó la democracia proletaria”. Esto es falso. El PSTU se toma de la formalidad de que ellos tenían mayoría, pero en un congreso de fundación de una central, donde confluían distintas corrientes, lo correcto es funcionar por acuerdos y consensos en temas como el nombre. La democracia obrera se debe aplicar, centralmente, para decidir sobre el accionar en la lucha de clases, por ejemplo, para votar si se va o no una huelga o a un plan de lucha, pero no para acordar un nombre. La causa de fondo de la ruptura ha sido el sectarismo de esa corriente que durante todo el congreso fue imponiendo sus criterios en todo, incluida la cuestión del nombre, para buscar que la nueva central fuera dominada y hegemonizada por Conlutas. El PSTU impuso un criterio policlasista El primer gran choque en el congreso fue la discusión y posterior votación sobre el carácter de la nueva central. El PSTU y sus dirigentes sindicales defendieron -contra la Intersindical y Unidos para Lucharque la nueva central debía incluir a estudiantes, grupos homosexuales, de negros y otros sectores no obreros. Unidos para Luchar, junto a la Intersindical, defendía el criterio de que la central debía ser obrera, de clase, y que la presencia con voto y miembros en la dirección nacional de los sectores no obreros distorsionaba su carácter clasista. Lo que no significaba negar la importancia de la unidad obrero-estudiantil o con otros sectores en la lucha cotidiana. La concepción del PSTU es similar que la que conocemos en Argentina con la CTA, que hasta permite la afiliación individual de esos sectores. De esa forma se distorsiona una central sindical hacia un carácter policlasista. Concepciones reformistas y anticlasistas que difunden las corrientes socialcristianas, entre otras. Con esos criterios, supuestamente “amplios”, estas nuevas burocracias buscan dominar los nuevos organismos. El mismo criterio esconde el PSTU, que impuso también en este punto su criterio policlasista, con el fin de meter estudiantes afines a su política -quienes, además, no tenían ni delegados en el congreso- para asegurarse la mayoría en los organismos nacionales de la nueva central. Con esas posturas claramente hegemonistas, el PSTU fue polarizando y llevando al estallido del congreso. Finalmente, el 40% de los delegados sindicales se terminaron retirando del mismo en repudio a estos manejos. Unidos para Luchar, junto a la Intersindical, Movimiento Avanzada Sindical, Tierra Libre y Pastoral Operaria Metropolitana de San Pablo, desconocen que se haya formado una nueva central como pretende el PSTU. Y convocan a que se retome el camino de la unidad clasista en base a dejar de lado el hegemonismo, no sólo imponiendo un nombre no acordado, sino un carácter policlasista incorrecto a una nueva central, exigiendo además un funcionamiento de respeto a todas las corrientes sindicales que participen en su interior. |
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