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GenocidioEl juicio más grande de la historiaEl viernes 2 de julio se inició el juicio a los represores Videla y Menéndez en la ciudad de Córdoba. Se los acusa, junto a otros 29 imputados, por 31 asesinatos sucedidos en la cárcel San Martín durante abril y octubre de 1976, y de persecución y tormentos a integrantes de las fuerzas policiales. En Tucumán, Menéndez fue condenado por cuarta vez a cadena perpetua.
Este es el proceso judicial por delitos de lesa humanidad de mayor envergadura del país y un gran triunfo de quienes hace años venimos luchando en defensa de los derechos humanos. El martes 13 se reanudó el juicio, que durará al menos seis meses. Las causas denominadas UP1 y Gontero involucran cerca de 150 testigos y, a diferencia de juicios anteriores, en ellas saldrán a la luz las complicidades civiles que facilitaron y encubrieron estos delitos. La más destacada es la Justicia Federal Cordobesa, de quien dependían las víctimas, ya que fueron detenidas antes del golpe del 76. En esta línea está también acusado un médico civil. Tampoco estará ausente de este juicio la complicidad de las autoridades de la Iglesia Católica. Por todo esto es que podemos decir que se trata del juicio más grande de la historia. Además del número de imputados, su importancia reside en que en él se juzga a una de las principales figuras del golpe, Jorge Rafael Videla, quien desde hace 25 años no había sido procesado. Videla había sido indultado en el año 90 por Menem. Junto con él, se encuentra Luciano Benjamín Menéndez, quien acaba de sumar una nueva condena a perpetua en Tucumán, sumada a las tres que arrastraba anteriormente. Reivindicando lo actuadoEn su primera declaración durante el juicio, el dictador Videla reivindicó su actuación durante el golpe, a la vez que asumió todas sus responsabilidades, desligando de los hechos a los miles de cómplices civiles y militares. Señaló que no podía ser juzgado por los mismos hechos dos veces. Por eso mismo es que, hacia el final de su declaración, reivindicó también las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. En el mismo tono intervino Menéndez, arguyendo que, con su accionar, se había defendido a las instituciones del “terrorismo marxista”. Ambos reivindicaron la muerte y el terrorismo de Estado, lo que generó una justa bronca entre los que estuvimos en la sala. Un triunfo importante ante la impunidad reinanteEl jueves siguiente de iniciado el juicio, Menéndez tuvo que asistir a Tucumán, donde fue condenado por cuarta vez a cadena perpetua por los asesinatos cometidos en la Jefatura de Policía de la provincia. Sin duda que esta cuarta condena, así como el juicio en Córdoba, son una muestra cabal de la enorme lucha que desde hace años se viene desarrollando en nuestro país en defensa de los derechos humanos. Sin embargo, pese a las importantes conquistas, continúa la impunidad. Por eso es que de 779 civiles y militares acusados, sólo han sido enjuiciados 123, de los cuales 13 resultaron absueltos. Y del total de detenidos, que suman 464, el 39% se encuentra bajo prisión domiciliaria. El gobierno suele responsabilizar por esto a la justicia, a quien le pide “celeridad” en los juicios. Sin embargo, poco ha hecho para que los juicios avancen. Más bien lo contrario. Como decía una madre ante los resultados del juicio a Menéndez en Tucumán: “Saludamos la condena, pero lamentamos que no se dé en el marco del genocidio”. Es decir, el kirchnerismo se ha negado a incorporar al código penal esta figura, lo que permitiría encauzar al conjunto de los acusados de manera global y unificar pruebas contra lo que fue una política sistemática e integral. Hasta ahora, por el contrario, asistimos a juicios en los que, de manera aislada, los genocidas son condenados por delitos particulares, como si fueran delincuentes comunes. Aún así, producto de la lucha de Madres, Hijos, Familiares, Abuelas y partidos de izquierda como el nuestro, hemos dado importantes avances y llegado a este día. Después del juicio a las Juntas en 1985, éste volverá a mostrar a Videla como jefe máximo del exterminio, pero quedará también clara la participación de la justicia, la iglesia, los empresarios y los políticos patronales que colaboraron, para quienes hay impunidad y contra quienes tenemos que ir. Por eso, como decimos en las marchas de cada 24 de marzo: “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”. Para lograr cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas y sus cómplices civiles. |
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