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EditorialMacri y Cristina son los responsables13.333 personas arrojó el censo. Ése es el número del drama y la desesperación de miles de familias que tuvieron que ocupar el parque Indoamericano por no poder pagar un alquiler de $ 600-700 en una villa. Al cierre de esta edición, se anunció un acuerdo entre el gobierno nacional y el de la Ciudad, prometiendo un confuso y limitado plan de viviendas que no resuelve, necesariamente, el problema de fondo de todos los ocupantes. Frente a esto, y a la amenaza de un posible desalojo en caso de que no aceptaran, gran parte de las familias comenzaron a retirarse. Otras permanecen en el predio. Con el correr de los días se ira aclarando si la promesa del gobierno es satisfactoria o no. Y en caso de concretarse sería un primer paso de esta justa lucha por tener una vivienda digna. No obstante ello, estas familias, tantos las que quedaron como las que se fueron del parque, vivieron en un verdadero campo de concentración, teniendo que pedir permiso a la Gendarmería para poder salir, a pesar que el 95% está registrado como habitante de la Ciudad. Niños, embarazadas y abuelas recibieron alimentos a cuentagotas, menos de diez baños químicos, expuestos al frío, calor, lluvia y a enfermedades contagiosas, como la diarrea estival y el dengue. Todo transcurrió y aún transcurre en el “segundo pulmón verde” de la Ciudad -espacio público del que ahora se acuerda Macri-. 130 hectáreas transformadas en un basural contaminante y reservadas al negocio inmobiliario por este “eficiente empresario” devenido en político. “Y pensar que la única tierra que conseguimos hasta ahora es la que tapa a los cuatro muertos que nos dejaron”, dijo uno de los referentes días atrás. Tanto Macri como Cristina se acusan mutuamente de “conspiración” y “campañas desestabilizadoras”. Intentan tapar el grave problema habitacional que estalló, indisolublemente ligado a la pobreza e indigencia que crecen. Y, por ende, para no resolverlo de fondo. Desde la represión del pasado martes, efectuada conjuntamente por la Metropolitana de Macri y la Federal de Cristina, hasta hoy, ya suman cuatro los asesinados por reclamar un lugar donde vivir. Macri dio vía libre a su xenofobia al embestir públicamente contra los inmigrantes (cuando en las villas también viven muchos argentinos), diciendo que el único problema es “desocupar el parque cueste lo que cueste”, justificando el accionar de estas bandas asesinas. El gobierno nacional acusa a Macri, cuando el problema de vivienda irradia en todo el país. Prueba de ello son las ocupaciones en otros lugares del conurbano, donde los índices de hacinamiento, pobreza y desigualdad social crecen a diario, culpa de su modelo inflacionario que hace estragos en los hogares populares. “Nos ilusionaron primero y nos asesinaron después”. Eso dijo un representante de la Villa 20, haciendo referencia a que el Jefe de Gabinete porteño, Rodríguez Larreta, anunció que iba a darles títulos de propiedad, ocasionando que los dueños de las piezas que alquilaban expulsaran a los inquilinos por miedo a que un día eso pueda ocurrir, obligando a que éstos ocupen el terreno. La ley 1.770 dispuso que el gobierno porteño debía construir 1.600 viviendas en esa zona. Y Macri solo entregó este año 74 unidades habitacionales en toda la Ciudad. A ese paso, las mil seiscientas viviendas se construirían dentro de 22 años, mientras en la Capital hay 600 mil personas que no tienen donde vivir. ¡Una verdadera sinvergüenzada! Macri y Cristina son los responsables de que los vecinos se enfrenten entre sí. Son ellos los que apadrinan a los punteros barriales que luego usan contra la gente que reclama legítimamente. Macri tilda a la gente que vive en las villas de narcotraficantes y dice que el problema es la inmigración de países limítrofes. Y los funcionarios de Cristina hablan de que los inmigrantes vienen a ayudar al “modelo de crecimiento” del país, mientras los deja librados a patronales superexplotadoras que los usan como mano de obra esclava en talleres clandestinos. Llamamos a los trabajadores y al pueblo a no dejarse engañar. El problema no está en los hermanos de otros países que buscan honestamente en Argentina un futuro para sus familias. El problema es que, en una ciudad donde bancos y multinacionales facturan fabulosas ganancias y el metro cuadrado de construcción vale millones, los más pobres -sean extranjeros o argentinos-, no tienen donde vivir. Estos gobiernos patronales, sean kirchneristas u opositores, son lo mismo. Gobiernan para los de arriba con represión. Acompañados por la burocracia sindical que juega de cómplice. Hasta el día de hoy Moyano y Yasky no han movido un dedo para defender el justo reclamo de los sin techo. Como no lo hacen tampoco contra los salarios y jubilaciones de pobreza. A pesar del anuncio de Macri y Cristina para descomprimir, hay que movilizarse para exigir a estos gobiernos una inmediata solución habitacional para todos los habitantes precarios de Villa Soldati y Lugano. Basta de villas y asentamientos. Por un inmediato plan de viviendas populares para quienes no tienen techo, tanto en la Capital, provincia de Buenos Aires y todo el país. Que se destinen para ello los fondos que van a pagar la ilegítima y fraudulenta deuda externa. ¡Plata para viviendas, no para la deuda externa!, debe ser el reclamo actual. Para ello hay que movilizarse con la más amplia unidad entre vecinos, sean argentinos o de otros países. Exigiendo que la CGT y ambos sectores de la CTA convoquen a una movilización, como se hace en otros países cuando ocurren ataques racistas. Con los reclamos de ¡Basta de muerte y represión! ¡Exigimos vivienda para todos los vecinos! ¡Juicio y castigo a los asesinos y sus responsables políticos de los gobiernos nacional y de la Ciudad!, este martes se marchó a Plaza de Mayo entre organizaciones barriales de la zona afectada, la CTA-Micheli de Capital, la FUBA y partidos de izquierda. La convocatoria señalaba: “Ante esta situación de graves problemas sociales y represión a las demandas de los vecinos y vecinas, es urgente la unidad y movilización de los más amplios sectores del pueblo, exigiendo vivienda digna y el fin de la represión. También, la condena a los responsables del asesinato de cuatro personas sin techo: dos de ellas caídas bajo las balas de la policía Federal -por lo cual el gobierno nacional es responsable- y otras dos por el ataque de las patotas parapoliciales del macrismo. Seguimos repudiando las maniobras distractivas que intentan ocultar el reclamo histórico de miles de familias que viven en la ciudad de Buenos Aires y hacen aparecer lo sucedido como un enfrentamiento de pobres contra pobres… La solución de fondo no es la militarización, sino políticas públicas a favor de las mayorías, en lugar de seguir privatizando el territorio a favor de las corporaciones”. Política que hay que seguir impulsando hasta que se satisfagan globalmente los reclamos, más allá de las promesas de los gobiernos. |
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