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panorama político2010 con final abiertoDiez asesinados en seis meses. Falta de vivienda y represión. “Modelo de crecimiento” para los de arriba. Punteros políticos y barrabravas que juegan con las necesidades populares. Electoralismo barato mientras no se resuelven los problemas de fondo. Tres jóvenes asesinados en junio, en Bariloche, por la represión policial. Mariano Ferreyra, víctima de la patota de Pedraza. Dos aborígenes ultimados en Formosa -gobernada por el ultrakirchnerista Gildo Insfrán-, al reclamar por sus tierras, en manos de estancieros. Cuatro vecinos de Soldati masacrados y decenas de heridos por pedir techo. Así está transcurriendo el final de 2010. “Tenemos que oxigenarnos”, dicen desde la Casa Rosada, viendo que se está dilapidando el repunte en las encuestas que Cristina logró luego de la muerte de Néstor Kirchner. Versiones indican que Aníbal Fernández sería obligado a renunciar. Si despiden a quien, junto a De Vido, vino prestando servicios desde la primera hora al kirchnerismo, es para que el gobierno se lave la cara al caerse su careta de que “no reprime la protesta social”. Dicen, además, que estarían en la cuerda floja Schiavi (el sucesor del corrupto Jaime) y Echegaray, de la ONCCA. Ya han dado de baja a algunos jefes policiales. Y ahora Macri y Cristina anunciaron un plan de vivienda parcial y confuso para descomprimir en Soldati y evitar que se propaguen las tomas de terrenos. Seguramente, a estos políticos les vienen a la mente sucesos de años atrás, cuando Duhalde perdió la gobernabilidad tras el repudio por los asesinatos de Kosteki y Santillán. El estallido en Soldati ha generado una grave crisis institucional. Por 72 horas y luego del fracaso del primer desalojo (a pesar de los asesinados), hubo una parálisis política. El gobierno nacional y el de la Ciudad no esperaban que esa Argentina oculta -poblada de familias hacinadas, superexplotadas, sumidas en la pobreza y marginalidad- se iba a expresar tan abruptamente. Las órdenes judiciales no se cumplieron. La Metropolitana de Fino Palacios estaba, pero era desbordada. La Federal ya tenía las manos manchadas de sangre para actuar de nuevo. Las patotas de los punteros y barrabravas atacaban cobardemente con una completa impunidad. Macri las envalentonó, al igual que a vecinos de la zona, diciendo que quienes viven en las villas son inmigrantes, narcotraficantes y delincuentes. Mientras, Cristina daba cátedra de derechos humanos con Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto en la casa de gobierno, anunciando la creación del Ministerio de… ¡Seguridad! El conflicto, a pesar de las promesas y de que los vecinos abandonen el parque, no está del todo resuelto, porque el problema habitacional abarca a miles de personas. Los ocupantes saben que hay tierras disponibles y plata que no se usa para construir las casi 5 millones de viviendas que hacen falta. Son lo mismo Los ríos de tinta y largos discursos mostrando las diferencias entre el progresismo K y la derecha de Macri se diluyeron en pocas horas. El accionar de punteros políticos y barrabravas y la represión, desenmascararon por igual a ambos sectores políticos. Quieren sacar ventajas electorales a costa de muertos que salen de las entrañas del pueblo. El verso K -de que encarna un “modelo de crecimiento con inclusión” y de derechos humanos- quedó hecho trizas. Y la “eficiencia” en la gestión de Macri volvió a mostrar que es sólo para garantizar el negocio inmobiliario, mientras la población en las villas se duplicó en cinco años. Es tá claro. Macri y Cristina gobiernan para los grandes empresarios, las multinacionales y el imperialismo. Y lo hacen con represión. Cristina ha reforzado su política pro-patronal y conciliadora con los empresarios, adoptando el libreto de la oposición patronal. Junto a Macri, Binner, Das Neves, Sapag y Ernesto Sanz, estuvieron en las oficinas de Repsol aplaudiendo a los ejecutivos de la multinacional saqueadora cuando anunciaron el descubrimiento de una reserva de gas por 50 años en Neuquén. Es decir, cinco décadas más de robo. Todos muestran acuerdo en que vuelva el FMI y se siga pagando la deuda externa de la dictadura, como la del Club de París, y en que se cumplan las exigencias del G20. La revelación de los cables de Wikileaks ha confirmado que el gobierno es fiel a las políticas de los yanquis. Prueba de ello es que Cristina se opuso a que saliera una declaración contra el espionaje norteamericano en la reciente cumbre de Mar del Plata, sin que Solá, Carrió o Duhalde digan lo contrario. Todos coinciden en mantener a la burocracia sindical, sea con Moyano, los Gordos, Barrionuevo o Yasky. Todos se juegan a mantener el robo de las privatizaciones. Todos, en definitiva, mas allá de sus peleas electorales, quieren mantener este capitalismo semicolonial, dejando que los resortes de la economía sigan beneficiando a una minoría privilegiada. Un nuevo momento tras el asesinato de Mariano Ferreyra La explosión en Villa Soldati no es un rayo en cielo despejado. El enorme repudio nacional contra el asesinato del joven militante del PO -con miles movilizados arrancando un paro general a los dos sectores de la CTA-, cambió el mapa del país. La represión, en aquel entonces, le jugó en contra a la burocracia sindical y al gobierno. Días después se logró el gran triunfo de los tercerizados del Roca al pasar a planta permanente. Develando el gran negocio de las tercerizaciones que mantenían oculto el gobierno, empresarios mafiosos y dirigentes sindicales vendidos. Ahora estalló otro grave problema, el déficit habitacional, que ninguno resuelve de fondo. Como tampoco se resuelven los salarios y jubilaciones de pobreza, el trabajo en negro, los servicios públicos deplorables, la inseguridad y los graves déficits en salud y educación. Sólo se saldan las exigencias de banqueros y grandes empresarios. Cristina, según las encuestas, subió unos puntos, pero en las luchas hace agua. Es decir, no puede frenarlas. Lo confirma lo ocurrido con los tercerizados del Roca. Ahora lo intenta en Soldati después de un alto costo. Una cosa es lo que pasa en las alturas y, otra, en las peleas cotidianas. El gobierno sigue en su debilidad, con crisis en el PJ y la burocracia sindical. Más aún tras la pérdida de Néstor Kirchner, el hombre de recambio, jefe máximo del peronismo gobernante, quien pergeñaba las componendas con intendentes, gobernadores y burócratas sindicales para mantenerse en el poder. El Pacto Social que teje con la UIA y Moyano es para garantizar las ganancias empresariales y maniatar al movimiento obrero. Pacto que se firmó en el sector petrolero, después en el minero y se prepara en otras ramas “estratégicas”. Una medida preventiva para frenar los reclamos salariales en un año electoral. “No puede haber 40 millones de rehenes por medidas de fuerza fuera de la legalidad”, dijo Cristina. Y, para quedar aún mejor con las patronales, refiriéndose a los trabajadores señaló: “Si llegan a cortar algo, se arma lío, los mato a todos o van todos presos”. ¡Si alguien le hubiera adelantado lo que ocurriría días después! El objetivo del pacto no es contener la inflación, sino los aumentos salariales. Aunque ya hubo un primer traspié con la toma de oficinas y el paro por tiempo indeterminado del personal jerárquico de los petroleros de YPF Santa Cruz, contra los despidos y por una equiparación salarial, cuestionando el acuerdo. El gobierno cuenta a su favor con una situación económica favorable que le permite otorgar algunas concesiones (500 pesos a los jubilados y algunos otros anuncios que hará hasta fin de año). Y, esencialmente, con la división y crisis de la oposición burguesa. El peronismo disidente se dividió en varios sectores (Duhalde, Solá-Das Neves, Rodríguez Saá y se fue Reutemann). Carrió rompió el acuerdo con los radicales. La UCR va a una interna con tres competidores. Y a Macri, cuando pensaba adelantar las elecciones, le estalló Soldati. Pero la crisis, que siempre está a la vuelta de la esquina, le sigue embarrando la cancha. Apoyar las luchas y Frente de Izquierda La lucha en el Roca obligó a que el gobierno equipare sus salarios a los del convenio ferroviario; le dio un golpe mortal al negocio de las tercerizaciones en ese ferrocarril; incentivó la lucha por encarcelar al jefe político de la patota, José Pedraza, y, con sus asambleas y poniendo delegados genuinos al frente, dio impulso al surgimiento de dirigentes combativos que se sumarán al nuevo sindicalismo que está surgiendo. La crisis de la CGT por sus traiciones, negociados y apoyo al gobierno, y la división de la CTA -mostrando el rotundo fracaso de su proyecto político sindical de espaldas a las luchas y siendo furgón de cola de variantes patronales-, han dejado un enorme espacio para que sea cubierto por nuevos dirigentes, donde también tiene peso la izquierda. El triunfo obtenido por la Bordó en las elecciones a cuerpos de delegados ferroviarios en el Sarmiento (donde se le ganó a la lista Verde de Pedraza por paliza) y en el Belgrano Norte; la inscripción del sindicato del subte; la importante elección del único frente opositor que quedó a 23 votos de ganar la seccional docente neuquina de ATEN-Capital; el triunfo opositor en el cuerpo de delegados de la VW en Córdoba y los tres nuevos centros ganados por la izquierda en las elecciones en la UBA, muestran que ese espacio se puede disputar. Todo indica que se avecinan nuevas luchas y cambios políticos y sindicales de magnitud. Los trabajadores, luchadores y la izquierda deben llamar a la más amplia unidad y coordinación para apoyar cada reclamo por salario, trabajo, vivienda, salud y educación. Obligando a que los gobiernos destinen la plata para resolver los urgentes problemas sociales, no para pagar la deuda externa o subsidiar a grandes empresarios. Luchando por sacarse de encima a la burocracia sindical. Impulsando una campaña nacional por cárcel a Pedraza. Apoyando al sindicalismo combativo. Y dando pasos en la conformación de un Frente de Izquierda. Para enfrentar a los políticos patronales y a la reforma política proscriptiva. Brindando a miles y miles una alternativa político-electoral para 2011. En el camino de ir conformando una nueva conducción sindical y política de y para los trabajadores. |
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