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Editorial
Frente de Izquierda
Faltan billetes y monedas. Hubo cortes de luz. No hay nafta en muchos lugares. Los trenes chocan o llegan a destino con horas de retraso. Millones no tienen vivienda. La inflación sigue haciendo estragos en los hogares populares. Parten del país aviones con cientos de kilos de droga sin control. El corrupto ex secretario de Transporte Ricardo Jaime fue autorizado a salir del país para veranear en Brasil. El funcionario encargado de cuidar el dinero para los viáticos de la comitiva presidencial de viaje por Oriente Medio fue asaltado…
Mientras esto ocurre -mostrando una cruda “postal” de la Argentina de hoy-, los candidatos del gobierno y la oposición patronal están lanzados anticipadamente y de lleno a la campaña electoral en vistas a las elecciones presidenciales previstas para octubre de este año.
Se empieza a ver a políticos del peronismo kirchnerista, el PJ Federal, la UCR, PRO y Coalición Cívica en plena campaña. Scioli jugando al fútbol en Mar del Plata, Sanz (UCR) recorriendo playas, De Narváez jugando a las bochas con jubilados, Duhalde presentando un libro, Macri “recorriendo” barrios bajo 40 grados, mientras las mayorías populares siguen sufriendo los graves problemas estructurales.
Pese a que el gobierno dice que “no está de campaña”, se retomó el operativo clamor para que Cristina se presente para la reelección -puesto que estaba reservado para su ex marido y otros aspiran a que lo pueda ocupar Scioli-. Cristina sigue pregonando su modelo de “crecimiento con inclusión”, paseando por Oriente Medio ofreciendo a Argentina para “hacer negocios”, llevando de viaje a casi 100 empresarios para tal fin. Paga la deuda externa de contado y con reservas. Y mantiene el robo de las privatizaciones consumado por el gobierno menemista.
El gobierno intenta lavarse la cara cambiando algunos funcionarios para tomar oxígeno y afrontar en mejores condiciones la contienda electoral. Se apoya en una reforma política proscriptiva y antidemocrática, -que permite las colectoras y demás maniobras repudiablesy en fondos millonarios para mostrar “obras” que muchas veces nunca llegan, para intentar ganar en primera vuelta.
Los Alfonsín, Macri, Duhalde, Carrió, Solá, De Narváez, por su parte, están lanzados de lleno a la captura de votos. Sus críticas al oficialismo son para “mostrarse distintos”, no para combatir los males aquí descriptos, ya que, en lo esencial, coinciden en seguir manteniendo los pilares de este modelo al servicio de las multinacionales y banqueros usureros.
Ante ello, la tarea primordial de los trabajadores y la izquierda es luchar por salarios y demás necesidades primordiales. Pero también es vital que la izquierda empiece a preparar una alternativa electoral, dando pasos en conformar un Frente de Izquierda. Un frente que levante medidas de fondo y sea un polo de referencia para aquellos que quieran enfrentar a los candidatos del gobierno y de todas las variantes de la oposición patronal. Incluso a las medias tintas de la centroizquierda, como la que está pergeñando Pino Solanas, quien sigue tentando a Binner, Juez y Stolbizer para aliarse “contra el bipartidismo”, es decir, con sus restos, desprendimientos o ex socios.
Sólo un Frente de Izquierda puede levantar un programa y un modelo político distinto y transformador. Luchando para que se deje de pagar la deuda externa, se reestaticen las privatizadas, se termine con las tercerizaciones y el trabajo en negro y se avance en terminar con el saqueo del petróleo y demás recursos naturales.
La izquierda viene ocupando un importante espacio en el sindicalismo combativo, ganando internas, cuerpos de delegados y centros de estudiantes. Sus columnas se ven en cada marcha, como las que exigen justicia por Mariano Ferreyra o las del pasado 20 de Diciembre en conmemoración de un nuevo aniversario del Argentinazo. Esa fuerza en las calles hay que llevarla al terreno electoral. Unidad que sigue siendo un justo reclamo de miles de luchadores.
Este año se agrega un elemento adicional para intentar lograr la unidad: la necesidad de combatir la nefasta reforma política aprobada por Cristina y la UCR, que intenta reflotar el bipartidismo y proscribir a la izquierda de las presidenciales. Si no se da un frente electoral entre todas las organizaciones que se reclaman de la izquierda combativa, existe la posibilidad que, de mantenerse las enormes trabas para las internas obligatorias, no se logre superar el piso que exige como condición previa para poder presentar candidatos a cargos nacionales. Solamente si la izquierda se une puede dar en mejores condiciones esta dura pelea por alcanzar ese porcentaje y poder participar.
Llamamos a la unidad, especialmente a los dirigentes del Partido Obrero. Llamado que proponemos hacerlo junto a los compañeros del PTS y el nuevo MAS, con quienes hemos conformado los únicos frentes de izquierda en las pasadas elecciones de 2007 y 2009, obteniendo las mejores votaciones de la izquierda, por el alto reconocimiento que merecen los pasos unitarios ante miles y miles de luchadores. Unidad que debe hacerse extensiva a otras organizaciones de izquierda, a la izquierda no partidaria, a los luchadores sociales y a todos aquellos que consideren que la unidad es un paso fundamental.
Nuestro partido pone su voluntad política para lograr que haya candidaturas únicas para conformar un Frente de Izquierda. Convencido que si se priorizan los puntos en común, se puede avanzar.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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