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Editorial
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El pasado 24 de marzo, a 35 años del golpe, miles y miles se movilizaron en todo el país. Si bien el epicentro se dio en Plaza de Mayo, todas las calles y plazas del interior también fueron surcadas por viejas y nuevas generaciones que no aceptan la impunidad, ni la de ayer, ni la de hoy.
El gobierno viene haciendo uso y abuso de su discurso “en defensa de los derechos humanos”. El descuelgue del cuadro de Videla ordenado por Néstor Kirchner es mostrado desde el peronismo oficial como prueba de que encarna un “gobierno distinto” en la materia. Miles de los movilizados seguramente lo habrán hecho con esa convicción. Con ellos queremos dialogar. Porque, en nuestra opinión, con Cristina sigue la impunidad. Así lo señaló en su convocatoria el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, espacio que llamó a marchar bajo la consigna “Con impunidad y represión no hay derechos humanos”. Por eso hubo dos actos en Capital: uno oficial y otro opositor.
La muestra de que el gobierno intenta copar esta fecha -la que transformó en feriado nacional intentando sin éxito quitarle su espíritu de lucha-, fue su renovado intento para que la marcha tradicional del Encuentro MVyJ, junto a cientos de organizaciones sociales y partidos de izquierda, no llegara a Plaza de Mayo. A pesar que este espacio convocó a marchar a las 14:30 desde Congreso -mucho antes de las 17:30 en que lo hizo el kirchnerismo-, su paso fue taponado en la Av. 9 de Julio. La Cámpora, Juventud Sindical Peronista, huestes de intendentes K como las de Ishii, el Movimiento Evita y Nuevo Encuentro de Sabbatella, entre otros, se pusieron enfrente, tratando de impedirlo. Pero no lo lograron. Eran miles quienes desfilaban en pos de llegar a la histórica plaza. Se pudo llegar, hacer el acto, leer el documento común y desconcentrar. Una clara derrota del gobierno, a pesar de que esta maniobra kirchnerista pasará desapercibida para los miles que se movilizaron, actitud que debemos develar para que se sepa la distancia que separan los dichos y los hechos que emanan de la Casa Rosada.
En los actos oficiales se destacó el protagonizado por el patotero Guillermo Moreno en el Mercado Central, junto al ministro de Economía Amado Boudou, otrora de la Ucedé. En el mismo, refiriéndose a Néstor Kirchner, dijo: “utilizó tanto el pecho que hoy es el 30.001”, refiriéndose a los desaparecidos. Y agregó: “la dictadura instaló un modelo económico que, con sus más y sus menos, llegó hasta el 2003”. Sería bueno que relate qué pasó después. Fue el propio Kirchner quien pagó de contado toda la deuda externa al FMI, siendo, junto a Cristina, el gobierno que más pagó. Recordemos que es deuda contraída por la dictadura. Hebe de Bonafini, quien también participó de ese acto, señaló: “Nos importa más que un niño sea feliz que meter preso a un milico” (Página12, 25/03), abandonando -lamentablemente- las banderas históricas de las Madres Plaza de Mayo.
Pero vayamos al tema del genocidio. Cristina hace tiempo que viene diciendo “que se encargue la justicia”. Esta política ya fue señalada como un nuevo “punto final”. Lo prueba el hecho que, desde que se anularon las leyes de Obediencia Debida y Punto Final -con lucha, no por voluntad del gobierno-, de los 820 militares procesados sólo 9 recibieron condena firme. Así, se necesitarán varias décadas hasta que se logre verdadera justicia, mientras muchos genocidas se siguen muriendo en la impunidad. O quienes son condenados, pasan sus últimos días en countrys o prisiones domiciliarias de lujo, como Menéndez, a pesar de que se le impusiera la sexta condena por asesino y criminal. A esto hay que agregar que los indultos menemistas siguen vigentes. El pacto del gobierno con Menem (ver página 3) es una bofetada para quienes tienen que seguir escuchando que este gobierno “combate” las políticas de los ´90.
El documento leído en Plaza de Mayo resumió los reclamos actuales: “Cada 24 de marzo, decimos: Juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales de los crímenes contra el pueblo. Cárcel ya a todos los genocidas. Restitución de la identidad a los jóvenes apropiados. Apertura de todos los archivos de la dictadura. Aparición con vida ya de Julio López. Nulidad de los indultos. Basta de represión estatal, paraestatal y patotas de la burocracia sindical. No a la criminalización de la protesta social. Libertad a Roberto Martino, Karina Germano, Carlos Olivera y demás presos políticos. Cierre de las causas y anulación de las condenas a los trabajadores, movimientos de desocupados y territoriales, ambientalistas, estudiantes, campesinos, originarios, militantes políticos y a todos los procesados por luchar. Basta de “gatillo fácil” y del asesinato a jóvenes en las barriadas populares. Juicio y castigo a todos los responsables. No a la baja de la edad de imputabilidad. Rechazo a la reforma electoral proscriptiva del gobierno K. Basta de bajos salarios, hambre y entrega. No al pago de la deuda externa. No a la intervención imperialista. Solidaridad con la rebelión del pueblo libio”. Finalizando con el tradicional: “30.000 compañeros y compañeras detenidos desaparecidos… ¡Presentes! ¡Ahora y siempre!”. Al finalizar, la columna de nuestro partido homenajeó, además, a los caídos, asesinados y desaparecidos del PST. Asumiendo un nuevo compromiso para seguir luchando. Porque, con Cristina, sigue la impunidad.
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