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Declaración de la UIT-CI sobre Libia

¡Basta de Bombardeos! ¡Fuera la intervención imperialista! ¡Armas para el pueblo rebelde libio para derrotar a Kadafi!

Esta declaración de la UITCI (Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional) es del 21 de marzo, dos días después del inicio de los bombardeos europeos y yanquis a Libia. Posteriormente, Hezbollah -Líbano, el partido islámico de masas de la resistencia libanesa que enfrentó a Israel- se declaró solidario con el pueblo rebelde libio. Por otra parte, los Emiratos Arabes Unidos y Qatar, ambos países árabes, enviaron aviones de guerra subordinados a la coalición imperialista, en vez de ofrecerlos como apoyo a la resistencia que combate contra Kadafi.

El pueblo rebelde sea reconocido como fuerza beligerante

El pueblo rebelde sea reconocido como fuerza beligerante

El ataque militar de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y otros países imperialistas a Libia, con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, no va para salvar al pueblo libio de la dictadura de Kadafi, sino a intentar una “solución” favorable al imperialismo ante la crisis de Libia.

La resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU es suficientemente vaga y amplia -zona de “exclusión” aérea y proteger “por cualquier medio” a los civiles- como para permitir la libertad de maniobra de los atacantes que, reiteramos, no van para defender al pueblo libio, como dicen, sino a intervenir para frenar el proceso revolucionario en ese país, el proceso revolucionario árabe y preservar sus intereses petroleros.

Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que están masacrando al pueblo afgano y paquistaní, no son ninguna garantía para “defender a los civiles” libios, como dicen. Sus regímenes aliados árabes, como Yemen y Barhein, están masacrando a los manifestantes desarmados y, en el caso de Barhein, con ayuda del ejército de Arabia Saudita, sin que Estados Unidos (que da enorme ayuda militar a Yemen y tiene una base militar en Barhein) haga nada para defender a los civiles.

La intervención imperialista busca liquidar la rebelión popular libia

Por eso, aun cuando podamos comprender la confusión de sectores populares árabes y especialmente a los propios resistentes libios, denunciamos a esa intervención y exigimos la retirada de los imperialistas de futuro. En los Balcanes, en la década de los 90, se demostró claramente que la intervención de la OTAN y de los EEUU sirvió para imponer sus bases militares y su dominio.

Recién después de que la revolución derrocó al régimen de Ben Alí en Túnez, al de Mubarak en Egipto y comenzó la insurrección popular contra Kadafi, los medios y gobiernos imperialistas comenzaron a criticarlo porque ya no les sirve. Sin embargo, permitieron que las transnacionales petroleras siguieran comprando y pagando el petróleo que Kadafi aun podía seguir extrayendo hasta hace una semana.

También permitieron en los hechos, sin hacer ninguna denuncia, que las dictaduras de Argelia, subordinada al imperialismo francés y Marruecos, subordinada al imperialismo español, y también Siria, enviaran armas y mercenarios a Libia. Esto sucedió sin que la ONU, que prohibió el envío de armas a Libia, dijera nada. La prohibición de armas, en la práctica, afectó sólo a los rebeldes, pero no a Kadafi. De esta forma pudieron justificar su intervención militar ante los pueblos árabes y ante los pueblos de Europa y Estados Unidos, con el para buscar controlar la situación, así sea llevándose por delante a quien fuera su aliado: a Kadafi. Quien desde hace años pactó con el imperialismo, el FMI y las multinacionales del petróleo. En realidad, el imperialismo busca liquidar la revolución antidictatorial libia e imponer un gobierno libio aliado y bajo su control.

Los responsables de la intervención imperialista son Kadafi, sus aliados y los gobiernos árabes

A Kadafi no le queda nada de su pasado antiimperialista. Aún bajo el ataque imperialista, Kadafi no está defendiendo a su país, sino a sus propias riquezas y su poder personal y familiar contra la insurrección popular, y sigue masacrando a su propio pueblo. Antes del ataque imperialista y aún después, Kadafi dice que está combatiendo contra “terroristas de Al Qaeda” (así llama a los rebeldes) y que Occidente “debería apoyarlo”.

El principal responsable de la agresión imperialista a Libia es el asesino Kadafi, que prefirió ahogar en sangre el levantamiento popular contra su dictadura, favoreciendo los pretextos imperialistas. También son los Castro y Chávez, que se callaron frente a la masacre, apoyaron siempre a Kadafi y abogaron por una salida negociada. Así como los amigos de éstos últimos, los esclavistas chinos y el gobierno de Putin, que se abstuvieron en la votación del consejo de seguridad de la ONU, en vez de votar en contra. Desde distintas posturas, todos los gobiernos del mundo dejaron solos al heroico pueblo rebelde libio y con ello favorecieron la acción criminal de Kadafi y la intervención imperialista. La única manera de tener una postura realmente antiimperialista en Libia, es estar del lado del pueblo rebelde, contra la intervención imperialista y contra la dictadura de Kadafi.

¡Armas para el pueblo rebelde libio!

El pueblo rebelde libio está dando una batalla heroica. Aunque las fuerzas de Kadafi, basadas en superioridad militar, entraron en ciudades como Brega y Misrata e incluso atacaron Bengazi, no pudieron consolidar su dominio en ninguna de ellas, que se mantienen en manos de los rebeldes. Pero la diferencia de armamento es muy grande. El pueblo libio en rebelión necesita urgente ayuda en armas y de combatientes voluntarios, tanto para exigir la retirada inmediata de los barcos y aviones del imperialismo, como para enfrentar a Kadafi desde una posición de fuerza más favorable.

La batalla de Libia es fundamental para todo el proceso revolucionario de los países árabes. Y esta ayuda puede venir hoy en primer lugar de los países árabes. Es clave la movilización de los pueblos árabes, en especial del egipcio, para exigir a sus gobiernos que se reconozca a los rebeldes libios, con capital en Bengazi, como una fuerza beligerante y envíen inmediatamente todo el armamento que reclame el frente rebelde. Es urgente que el pueblo, los trabajadores y la juventud de Egipto, que acaban de derrotar a Mubarak, exijan a su gobierno que entregue aviones, cañones antiaéreos, tanques, armas y municiones a granel y que autorice el envío abierto de miles de combatientes voluntarios militares y civiles a combatir junto al pueblo libio. Que también los trabajadores y el pueblo tunecino exijan lo mismo a su gobierno y que abran las fronteras para enviar armas y combatientes voluntarios. Y que éste mismo reclamo lo hagan los pueblos de Irán, Siria, Jordania y de la Liga Arabe (que agrupa al conjunto de países árabes) que ha dicho que el régimen de Kadafi es “ilegítimo” y que ahora condena la acción imperialista porque se “desvía del objetivo”, pero no movió un dedo para apoyar al pueblo libio y permitió que Siria, Argelia y Marruecos enviaran ayuda a Kadafi.

Los trabajadores portuarios de los países árabes y de los países del Mediterráneo europeo deben sumarse a la causa del pueblo libio abasteciendo los barcos que vayan con alimentos y pertrechos militares para la resistencia y boicoteando cualquier envío con destino al dictador Kadafi. Hoy, más que nunca, hay que redoblar la movilización mundial contra la intervención imperialista y en apoyo al heroico pueblo combatiente libio para que acabe con Kadafi y su dictadura asesina.

¡Fuera la intervención imperialista en Libia! ¡Armas para el pueblo rebelde libio para derrotar a Kadafi! ¡Que sean reconocidos como fuerza beligerante! ¡Fuera las tropas de Arabia Saudita de Barheim! ¡Apoyo a la lucha de los pueblos de Barheim, Yemen, Siria, Marruecos y demás pueblos árabes! ¡Viva la revolución árabe!


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