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Escribe:
Mercedes Petit
Fue uno de los fundadores de la FORJA
Recordando a Raúl Scalabrini Ortiz
El 30 de mayo de 1959 fallecía este gran intelectual antiimperialista. Primero depositó esperanzas en el radicalismo, luego en el peronismo y el frondicismo, pero sus denuncias de la penetración imperialista en la Argentina alimentan la lucha revolucionaria por la definitiva liberación nacional y social de nuestro país.
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Portada del libro de Scalabrini Ortiz (foto izq.) sobre nuestros ferrocarriles |
Scalabrini Ortiz nació en 1898 en Corrientes. Luego se trasladó a Buenos Aires y se transformó definitivamente en un “porteño”. En la década del `20 formó parte de una inquieta juventud intelectual que recibía influencias del modernismo, el anarquismo y la Revolución Rusa. Participó de la revista Martín Fierro. En 1931 publicó un ensayo, El hombre que está solo y espera, que consolidó su carrera de investigador, escritor y periodista.
La década infame y FORJA
Con el golpe de Uriburu que derrocó al radical Yrigoyen, la Argentina se transformó en una semicolonia del imperialismo británico. Raul Scalabrini Ortiz, junto con Arturo Jauretche y otros intelectuales, enfrentaron esta situación, reivindicando al radicalismo. Formaron la FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Juventud Argentina -ver recuadro), cuya consigna era “Somos una Argentina colonial, queremos una Argentina Libre”.
En 1936 publicó Política Británica en el Río de la Plata, en el Nº 1 de los Cuadernos de FORJA. Investigó y denunció la ingerencia colonialista británica en la formación de la flota mercante argentina. En 1938 publicó un trabajo sobre la entrega del petróleo. Sostuvo el neutralismo ante la segunda guerra mundial, contra la creciente presión del imperialismo yanqui, que quería el alineamiento militar del país con los aliados. En 1940 publicó su obra más importante: Historia de los ferrocarriles argentinos, que sigue siendo un referente fundamental en ese tema. Su investigación mostraba el surgimiento de los primeros ferrocarriles nacionales y su pronta transformación en el gran negocio e instrumento de dominación sobre el conjunto de la economía nacional por parte de los ingleses.
Su apoyo al peronismo
Entre los militares del GOU (la logia Grupos Oficiales Unidos), entre los que estaba Perón, se leían los trabajos de Scalabrini Ortiz. Apoyó la movilización del 17 de octubre y se entusiasmó con la nacionalización de las empresas de los ferrocarriles, la electricidad, teléfonos, y otros.
En 1948, en una conferencia en memoria de Hipólito Yrigoyen, se autocriticaba de su apoyo al radicalismo en la década anterior, diciendo que ya no era “una vía de expresión de los anhelos del pueblo: era un instrumento más de la oligarquía, es decir, un eco de la voluntad extranjera de sojuzgamiento y expoliación.”*
De todos modos, no ocupó cargos oficiales, y decía que había que “estar con Perón contra Federico Pinedo” (representante de la derecha conservadora oligárquica, proimperialista y antiobrera). Luego del golpe gorila de 1955 se sumó a la resistencia.
En 1958 depositó esperanzas en Arturo Frondizi, que llegó a la presidencia con el voto de los trabajadores, ordenado por Perón desde el exilio. Incluso colaboró con la revista de Rogelio Frigerio, Qué, y luego la dirigió unos pocos meses.
Frondizi comenzó rápidamente la entrega de YPF a las multinacionales extranjeras, seguida de un duro ataque al movimiento obrero y la represión. Cuando se firmaron los contratos petroleros en julio de 1958, Scalabrini Ortiz los criticó y se alejó. Ya lo aquejaba otro mal tremendo, un cáncer. El 30 de mayo de 1959 falleció, cuando hacía poco había cumplido los 61 años. Lo recordamos como un intelectual siempre activo y honesto, un ejemplo de antiimperialismo consecuente.
Solo el nombre de una avenida
En mayo de 1974, el gobierno de Perón cambió el nombre de la avenida George Canning, de la Capital, por Raúl Scalabrini Ortiz. Merecido reconocimiento, que borró del mapa porteño ese humillante homenaje a un jefe de la diplomacia inglesa en nuestras tierras.
Pero en los noventa, otro gobierno peronista, el de Carlos Menem, consumó un escandaloso saqueo del patrimonio nacional. Privatizó a precio vil el petróleo, los ferrocarriles, teléfonos y demás empresas estatales. Actualmente, el gobierno peronista de Cristina Kirchner mantiene intactos aquellos negociados. En el 2009, hizo un “Año de homenaje a Raúl Scalabrini Ortiz”, pero mantuvo la traición a su legado.
Para acercarnos a la “Argentina Libre” que reclamaba FORJA, hay que luchar por la reestatización bajo control de los trabajadores y usuarios de los ferrocarriles, el petróleo, y todas las empresas privatizadas.
* Citado por Nahuel Moreno: Método de interpretación de la historia Argentina. Pluma, 1975.
Nahuel Moreno sobre FORJA
[…] surgió una oposición pequeñoburguesa también frágil, pero de gran vigor desde el punto de vista intelectual, que planteó con claridad la problemática nacional y denunció al imperialismo, aun cuando las soluciones propuestas no eran viables. Se trata de FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Juventud Argentina), el sector político más reivindicable de la década infame, pues dedicó sus esfuerzos a esclarecer los negociados del imperialismo y los que con el mismo hacían personeros nacionales. Así, inició los primeros estudios serios, profundos, y se lanzó a la denuncia pública. No hizo de sus investigaciones una cuestión de gabinete. Carne, ferrocarriles, gas, petróleo, etcétera, cayeron bajo la picota de estos intelectuales revolucionarios. […]. El punto débil de FORJA era su programa. El primero que expuso revela su carácter pequeño burgués, pues planteaban la recuperación del radicalismo en manos de los alvearistas. Nunca llegó a formularse a fondo el problema de qué clases u organizaciones sociales o políticas pueden terminar con el dominio oligárquico. Por eso, FORJA no pasó de una agitación casi sin eco popular. No fue más allá de un valiente y talentoso núcleo de intelectuales a los que se los debe reivindicar por su consecuente posición antiimperialista.” (Método de interpretación…).
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