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La UCR ganó la intendencia en CórdobaMás de lo mismoEl radical Mestre ganó las elecciones municipales con la votación más baja desde el año 83 a hoy (35,6%). Segunda fue Olga Riutort, la ex mujer de De la Sota, apoyada por Cristina (27,6%). En tercer lugar quedó “Pichi” Campana (21,3%), el candidato del gobernador Schiaretti. Y en cuarto lugar se ubicó el juecista Domina (7,7%). El triunfo del radicalismo no cierra su crisis interna y la derrota del PJ alimenta sus roces internos y divisiones. En síntesis, continúa la crisis política, aunque recompongan momentáneamente el bipartidismo PJ-UCR, a expensas de un juecismo que recibió un nuevo golpe, ya que el 7 de agosto ganó en esta capital con el 39 % de los votos. El MST es parte de esta debacle. A pesar de su apoyo oportunista a Juez, no obtuvo ni un solo cargo provincial ni municipal. En el término de tres meses los cordobeses tuvimos tres campañas electorales importantes. La de gobernador y legisladores, donde el Frente de Izquierda logró la reelección de Liliana Olivero con el 5,5 % de los votos. Las internas del 14 de agosto donde superamos ampliamente la proscripción con el 2,8 %, y esta municipal, de menos de un mes de duración, con el 1,4 % de los votos. Lo que caracteriza a estas elecciones es en primer lugar la volatilidad del voto. En la primera ganó el PJ y en ésta dividió los sufragios entre el segundo y el tercero. En la primera, el juecismo ganó en Capital y en esta última salió cuarto. Recordemos que Juez es el candidato de Binner. Para la municipal, ninguno de los referentes más importantes pudo trasladar sus votos a los candidatos que apoyaban, a pesar de haber hecho esfuerzos mediáticos millonarios. El FIT, con recursos infinitamente más escasos, tampoco lo logró, a pesar de haber desarrollado una campaña intensa y absolutamente unitaria en cuanto a los materiales de propaganda y afiches. En este marco de volatilidad del voto -en el que primó el “voto útil o contra”, para que no gane tal o cual, concentrándose esencialmente en tres fórmulas patronales-; el poco tiempo de campaña y los escasos recursos del FIT, impidieron que pudiéramos instalar masivamente a nuestros candidatos, lo que explica nuestra votación. También nos perjudicó que la boleta única no permitía votar a diferentes listas para intendente y para concejal -es decir cortar boleta-, cercenando el derecho democrático de los electores. Mestre, por la antidemocrática cláusula de gobernabilidad que le otorga al que gana la mitad más uno de los concejales, obtuvo 16 y le hubiesen correspondido 12 concejales, es decir, no hubiese tenido mayoría en el Concejo. De todas formas, la perspectiva que enfrentará es muy difícil, por las consecuencias de una crisis económica mundial que se agrava y que tendrá repercusiones en el país, en la provincia y el municipio. Por eso tanto De la Sota como Mestre se preparan para gobernar colaborando uno con otro y con el gobierno nacional, para que los empresarios sigan ganado y los trabajadores paguen la crisis. Todo indica que navegarán en medio de la tormenta. Corresponsal |
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