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Con la movilización liberamos al PolloEl martes por la noche, luego de horas de espera, el Pollo y Leonardo fueron finalmente liberados. Enorme fue la emoción de sus compañeros ferroviarios y de los distintos trabajadores y organizaciones políticas que se habían acercado a prestar su solidaridad. Su liberación es un triunfo enorme de la movilización unitaria que jaqueó el intento del gobierno por encarcelar a un delegado sindical combativo.
Largos fueron los últimos días para quienes nos movilizamos desde el mismo viernes por la liberación del Pollo Sobrero y de Leonardo Portorreal. El martes, ante el rumor de que posiblemente serían liberados ante la inconsistencia de las pruebas, una cantidad enorme de trabajadores ferroviarios, de docentes colegas de Leo, familiares, compañeros de lucha como los choferes de la línea 60 o del cuerpo de delegados del Hospital Garrahan, entre tantos otros, y organizaciones políticas nos dirigimos a la Superintendencia de Investigaciones Federales en Lugano. Allí aguardamos durante todo el día, hasta que finalmente fueron liberados por la noche. Todos los medios reflejaron la emoción con que fueron recibidos por sus compañeros. No era para menos; acabábamos de quebrar el intento del gobierno por “poner en caja” al movimiento sindical combativo y antiburocrático. Una campaña amplia y unitaria Apenas enterados de la detención de su compañero, los trabajadores ferroviarios del Sarmiento se reunieron el viernes mismo en una masiva asamblea y resolvieron convocar a un paro y a una concentración en los galpones de la estación Castelar. Pese a que la empresa decidió garantizar un servicio mínimo con personal jerárquico y con miembros del sindicato de maquinistas La Fraternidad, en la Unión Ferroviaria del Sarmiento el paro fue absoluto. Durante el día se fueron acercando cientos de trabajadores de distintos sectores y organizaciones sociales y políticas para prestar su apoyo. Ese mismo día, los trabajadores del Sarmiento lanzaron, en boca de Reynoso, una convocatoria amplia y sin restricciones para derrotar el intento del gobierno de encarcelar a sus compañeros. La solidaridad no se hizo esperar y a lo largo de todo el día fueron llegando innumerables muestras de apoyo de trabajadores de todo el país y del resto del mundo. Los combativos docentes santacruceños, incluso, realizaron cortes en su provincia en solidaridad con los detenidos. La causa fue tan burdamente armada y la solidaridad tan grande que obligó a sectores alineados con el kirchnerismo a pronunciarse en su contra. Así, además de la CTA-Micheli, recibieron el apoyo de la CTA-Yasky y de la propia CGT, cuyo pronunciamiento fue firmado por Piumato y por el propio Moyano. El lunes, ante la citación a declarar de nuestros compañeros en los tribunales de San Martín, nos movilizamos nuevamente, organizando un acto en la puerta del recinto con amplia participación. Por la tarde, tal como habían resuelto los trabajadores del Sarmiento en asamblea, se llevó a cabo una multitudinaria movilización desde el Congreso hasta Plaza de Mayo. Se destacó la columna de trabajadores ferroviarios -principalmente agrupados en la Bordó Nacional- encolumnados detrás de la bandera del Cuerpo de Delegados del Sarmiento y acompañados por trabajadores de las líneas Belgrano Norte, Mitre y Roca. Participaron también compañeros del Subte, de la línea 60, del Hospital Garrahan, Kraft, una delegación de Zanón y otros sectores combativos del movimiento obrero. Al finalizar la marcha, se realizó un acto en el que Reynoso instó a la CGT y CTA a que, en caso de que nuestros compañeros no fuesen liberados, convocaran a un paro general. La movilización fue tan grande que no pudo ser ocultada por ninguno de los medios oficialistas. El propio Aníbal Fernández, que hasta el momento había defendido a capa y espada la acusación, debió llamarse a silencio y el Juez, quien por la mañana habría dicho que existían pruebas contundentes para mantener a nuestros compañeros encarcelados, decidió atenuar su discurso, dejando abierta la posibilidad de la excarcelación. Si bien la lucha no termina, la liberación de nuestros compañeros constituye un triunfo enorme. Es necesario ahora continuar la lucha por derribar la causa -que aún continúa en pie- y por terminar con el resto de las causas abiertas a los más de 5.000 luchadores procesados por este gobierno. La amplia unidad forjada en la pelea por la excarcelación del Pollo y Leo es el camino a seguir. Un sindicalista de base
Bajo ese título, la edición del sábado de Página/12 publicó un artículo firmado por Adriana Meyer en el que relata la tradición militante del Pollo y la experiencia sindical de los trabajadores del ferrocarril Sarmiento. A continuación, reproducimos algunos extractos: Rubén Darío “Pollo” Sobrero -50 años, divorciado, cuatro hijos, vecino de Haedo e hincha de River-lidera desde hace una década el combativo cuerpo de delegados de la ex línea Sarmiento y es un referente del sindicalismo de base, opositor al histórico líder de la Unión Ferroviaria, José Pedraza. “La democracia sindical no es un delito”, dijo el dirigente, que milita en Izquierda Socialista, durante el juicio que le iniciaron en 2004, uno de los veinte procesos que tuvo por las diferentes acciones gremiales. Hace seis años fue acusado por Aníbal Fernández de haber protagonizado los incidentes derivados de la furia de pasajeros por el mal funcionamiento de los trenes, pero al momento de los desmanes Sobrero estaba en Mar del Plata en las marchas de repudio al ex presidente norteamericano George Bush. Sobrero entró en el ferrocarril en 1995. Fue varias veces candidato en distintos frentes de izquierda, aunque en estas elecciones no se postula él, sino su compañero ferroviario y del partido, Edgardo Reynoso, como primer candidato a senador nacional. “Desde que le ganó a la misma burocracia que hace casi un año asesinó a Mariano Ferreyra se propuso poner el sindicato al servicio de los trabajadores y el ferrocarril al servicio del pueblo”, explicaron sus compañeros. El planteo era “reestatizar todo el sistema ferroviario bajo control de trabajadores y usuarios, para que brinde un transporte digno y vuelva a unir al país”. Desde 2001, Sobrero y la Bordó fueron reelegidos cada dos años, por amplia mayoría, y tras diversas luchas lograron que los salarios pasaran de ser de los más bajos de la historia a los mejor pagos del sector. Además, desde que la Bordó conduce no hubo más despidos. En los intensos conflictos de 2003 y 2005 en defensa del convenio colectivo de trabajo, la Bordó se negó a firmar acuerdos con la empresa si no eran votados en asamblea. En 2003, junto a la Comisión Salvemos al Tren, repudiaron la Emergencia Ferroviaria del gobierno de Duhalde. Al año siguiente, cortaron las vías para que se les reconozca el derecho de presentar la lista Bordó en las elecciones. Esa pelea se ganó, pero Sobrero y otros 23 ferroviarios fueron judicializados. En 2009, cuando fueron absueltos, Sobrero denunció a Pedraza. “Es parte del directorio del Belgrano Cargas, es un empresario que junto a Macri y Roggio comparte jugosas ganancias; mientras el menemismo despedía a 90 mil compañeros, este personaje no movió un músculo, firmó convenios permitiendo que la empresa despida y liquidó todos los policlínicos ferroviarios donde nacían y se curaban nuestros hijos”, dijo. “Y ahora puso a Antonio Luna, de La Fraternidad, en la Secretaría de Transporte, para gestionar los subsidios que recibe del Estado”, agregó. En casi todas sus entrevistas suele recordar que “Tomada fue abogado de Pedraza”, y que “el propio Roberto Dromi reconoció que la privatización de los trenes no se habría concretado sin el apoyo de la UF”. Maturano: “vocero” de Aníbal FernándezDistanciándose de la declaración impulsada por la CGT, el secretario general de La Fraternidad -sindicato de maquinistas del ferrocarril-, Omar Maturano, avaló la causa iniciada contra el Pollo Sobrero. “Estamos de acuerdo con la actuación de la Justicia, para que se determine si participó o no en la quema de los vagones”, señaló durante una entrevista, poniendo un manto de duda sobre la culpabilidad de los ferroviarios en la causa. Es más, el propio viernes, cuando los trabajadores de la Unión Ferroviaria del Sarmiento habían dispuesto el cese de actividades, fue La Fraternidad quien, junto a la empresa, resolvió garantizar el servicio. La actuación de Maturano no sorprende. Se trata de un dirigente de fuertes lazos con el gobierno nacional y, al igual que Pedraza, uno de los empresarios negreros que se han venido beneficiando con la tercerización laboral dentro de los ferrocarriles |
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Una causa trucha Sobrero la definió como “berreta”. Las supuestas “pruebas contundentes” contra él se derrumbaron como un castillo de naipes. Una causa pergeñada para embestir contra el sindicalismo combativo y embarrar a la izquierda.
La “semiplena prueba” argüida por el Juez Juan Manuel Yajl contra Sobrero para acusarlo de “asociación ilícita, incendio intencional y extorsión contra la empresa TBA”, quedará en los anales judiciales como una de las tantas carnes podridas que inventan jueces y gobiernos para perseguir, en este caso, a un luchador. El ministro de Cristina Kirchner, Aníbal Fernández, fue más allá: dijo que las mismas evidenciaban que el Pollo era el jefe de una banda que tenía por objetivo cometer delitos, en este caso, incendiar trenes. ¿Qué había en los nueve cuerpos del expediente? ¿Escuchas telefónicas, secuestros de bidones de nafta o filmaciones que los involucraran? Nada de eso. ¿En qué se basó entonces el Juez para ordenar detenciones de madrugada al mejor estilo de la dictadura? En nada. Así de simple. Por eso la pregunta del millón: ¿Cómo puede ser que un Juez de la Nación haya considerado a Sobrero -como me dijo un periodista- como “Jack el destripador” y luego de la indagatoria como “la hormiguita viajera”? Los empleados del Juzgado se preparaban para encontrarse con “dos monstruos”, según dijeron, confesando luego que se trataba de dos personas “normales”. Esta novela canallesca se cimentó con declaraciones de policías (que trabajan para la empresa), denuncias de TBA (las mismas de siempre) y, esencialmente, la de un indigente que duerme en los andenes de los trenes llamado Alan Skrobacki. Este pidió presentarse “espontáneamente” después de meses de estar en la cárcel, brindando una desopilante versión. Dijo que su trabajo es hacer cola en el hospital de Moreno para vender luego los turnos a los pacientes. Después de cobrar 50 pesos por ello, el día de la quema de vagones, comió un chori con una cerveza, cuando divisó a un tal Leo (que no es Portorreal, el cual dejó de ser ferroviario en 2007), quien le ofreció plata para incendiar trenes. Que el tal Leo se comunicaba por handy (que Sobrero no usa) con un tal Pollo (que no es Sobrero). Que Leo le dijo que todo esto era para ensuciar la campaña de Pino Solanas y le aseguró que no le iba a pasar nada. Preguntado sobre el tal Pollo, lo describió como de 1,80 cm de estatura (cuando es mucho menor) y con un piercing en la ceja izquierda (lo cual no es cierto). Y a Leo con físico de atleta, tez blanca y ojos claros, cuando su persona tiene características opuestas. Ante esta falsa descripción, el juez señaló ante los presentes que la “inteligencia había sido, como mínimo, chota”. ¡No podíamos creer lo que estábamos escuchando! A su vez, el testigo señaló, para sorpresa de todos, que el Pollo había “participado del asesinato de Mariano Ferreyra” y que había hecho un paro en el ferrocarril “pidiendo por la libertad de Pedraza”. ¡Una locura! Lo peor del caso de este testimonio armado fue que el Juez lo tomó como cierto y única prueba. Cuando es de público conocimiento que el Cuerpo de Delegados que dirige Sobrero fue el primero en parar en repudio al asesinato de Ferreyra y el que no paró cuando Pedraza llamó a una medida exigiendo su libertad. Además, el Juez acusó a Sobrero de extorsionar a la empresa con sabotajes para lograr prebendas (puestos de trabajo para sus familiares) y obtener reclamos sindicales. Pero el Pollo le demostró al magistrado que los trabajadores no hacen “sabotajes” para lograr conquistas, sino asambleas y medidas de fuerza. Y que los ferroviarios no incendian trenes porque el ferrocarril es su fuente de trabajo, donde viajen ellos y sus familias, igual que millones de trabajadores y usuarios. Que los sabotajes los denuncia la empresa para encubrir el colapso y vaciamiento del ferrocarril a pesar de cobrar subsidios millonarios por parte del gobierno kirchnerista. Y quien se beneficia con los desmanes e incendios es la propia TBA de Cirigliano, que mediante otra empresa de su grupo, EMFER, los arregla facturando sobreprecios del 3.000 por ciento al Estado. “Yo antes tenía una sola campana, ahora tengo la otra, la que dicen ustedes, los trabajadores, que es muy razonable, atendible y esclarecedora. Es un placer haberlo conocido”, le manifestó el Juez a Sobrero. La prueba cayó. Por eso Sobrero y Portorreal fueron excarcelados. Ahora hay que seguir la lucha para lograr el total desprocesamiento de ambos. Porque no se puede permitir más que se armen causas vergonzosas para criminalizar a quienes, como le dijo finalmente Sobrero al funcionario, “somos parte de un modelo sindical que tal vez usted, señor Juez, no conozca: un sindicalismo democrático, que da la cara y dice la verdad. Que no se calla ante el gobierno, las patronales y la burocracia. Eso encarnamos desde hace años y vamos a seguir haciéndolo en el futuro, como siempre nos hemos juramentado”. El Juez pidió ayuda a la SIDEEste martes, el Juez apartó de la causa a la Policía Federal y designó en reemplazo a la SIDE. ¡Ese organismo acusado de corrupción, represión y espionaje al servicio del gobierno! Un plato servido en bandeja para que Aníbal Fernández siga haciendo de las suyas. Otra medida fue disponer el reconocimiento de Portorreal por parte de quien lo incrimina, cuando Portorreal ya apareció por televisión el día que fue liberado. Con ello se intenta recolectar nuevas “pruebas” para mantener la grave acusación contra los imputados, cuando a esta altura lo que corresponde es dictar la absolución de los mismos. Llamamos a los luchadores que con la movilización arrancaron de la cárcel a Sobrero y Portorreal a seguir adelante con la campaña por su desprocesamiento. A un año de su asesinato: ¡Mariano Ferreyra, presente!El 20 de octubre se cumple el primer aniversario del asesinato del joven militante del PO Mariano Ferreyra, perpetrado por una patota ligada a la conducción de la Unión Ferroviaria. En esa ocasión fue también herida Elsa Rodríguez, quien actualmente continúa su recuperación. La enorme movilización popular con que se respondió al crimen terminó por poner a José Pedraza -quien desde hace más de 25 años lidera el gremio ferroviario- tras las rejas. Así, el kirchnerismo se vio obligado a soltarle la mano a uno de sus aliados de la burocracia sindical. El encarcelamiento del Pollo, principal referente de la oposición a la lista Verde de Pedraza, pretendía, de alguna forma, compensar a la burocracia: es decir, frente al encarcelamiento de la principal figura de la burocracia sindical de la UF, asestar también un golpe contra los sectores combativos de oposición. El triunfo logrado con la excarcelación del Pollo debe ser un aliciente en la pelea por expulsar a la burocracia del ferrocarril y recuperar los sindicatos para los trabajadores. Este 20 de octubre, todos a Plaza de Mayo para exigir el juicio y castigo a todos los responsables del asesinato de Mariano.
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