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Todo sube menos los salarios

¿A dónde va Moyano?

La semana pasada Cristina Kirchner recibió el aplauso de grandes empresarios. Paolo Rocca (Techint), Pagani (Arcor), Cirigliano (TBA), Eskenazi (YPF), Biolcati (Sociedad Rural) y el banquero Gabbi, ovacionaron el discurso de la presidenta en la UIA cuando la escucharon decir que no está dispuesta a aprobar la ley que reclama la CGT de reparto de las ganancias empresariales y que no iba a prohibir a ninguna multinacional que siga sacando sus utilidades del país. Mientras, días después, la primera mandataria -en momentos que inauguraba en Aeroparque un viejo hangar remodelado haciéndolo pasar por nuevo- trató de “cínicos” a los gremios aeronáuticos, mandó a los dirigentes a “trabajar” y sigue adelante con el pedido de quite de personería del sindicato de los técnicos (APTA).

No descartamos que esta crítica de la presidenta a los dirigentes sindicales pueda confundir a muchos trabajadores honestos que están hartos de una dirigencia sindical burocrática que pacta a espaldas de sus bases. Pero no hay que engañarse. La embestida contra los dirigentes sindicales tiene que ver con una sencilla razón: el gobierno quiere hacer pasar un tarifazo y nuevos techos salariales y cuestiona a quién se le oponga, sea del color que sea. En el caso de Aerolíneas, lo hace para defender la desastrosa gestión de su gobierno a través del “joven brillante” de La Cámpora , Mariano Recalde, justificando el achique de la empresa, la militarización de los controladores y la política antisindical que está llevando adelante.

Aunque nosotros tenemos profundas diferencias con dirigentes como Ricardo Cirielli de Aerolíneas, no aceptamos que la presidenta ni el gobierno sean los que digan quiénes deben ser los dirigentes de los gremios. Por eso rechazamos cualquier intento de quite de personería u otra sanción al sindicato que representa Cirielli. Cristina, en realidad, le está cuestionando a los trabajadores aeronáuticos el derecho a reclamar. Un mensaje para todos los trabajadores.

La sobreactuación de la presidenta protagonizando varios actos por día y haciendo una profusa propaganda mediática para que la gente renuncie a los subsidios en las tarifas públicas trata de encubrir, los problemas del “modelo”, como la inflación. El gobierno volvió a autorizar distintos aumentos en vez de apelar al control de precios y castigar a los monopolios que los forman. Después de las elecciones, 33 compañías de alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza obtuvieron la aprobación oficial para concretar nuevas subas de precios en centenares de productos y marcas. En algunos casos, incluso, representan el tercer incremento que se les otorga en lo que va del año. Son grandes multinacionales, como Bimbo, Coca-Cola, Quilmes y Aguas Danone. A esto se le agrega la suba en taxis, peajes, prepagas y televisión por cable.

La presidenta habló de la “inflación” después de años, pero no para combatirla. Esto trae aparejado otro tema: el salario. Cuando se refirió el otro día a lo que ganan los distintos trabajadores de Aerolíneas, en el acto hubo murmullos y también silbidos. Es que Cristina dijo, por ejemplo, que un maletero ganaba… ¡11.500 pesos! Y cuando señaló que una azafata percibe $ 12.000, desde el gremio le contestaron que el promedio está en la mitad.

Con esto, además, Cristina encubre que la mayoría de los ingresos no cubren la canasta familiar que ya ronda en 6.000 pesos. Mientras dice que este gobierno es vanguardia en el “trabajo decente” y en “blanco”, de los 4.000 trabajadores del ministerio de Trabajo que comanda Tomada, 3.000 (el 75%) son contratados, sin estabilidad laboral. Lo mismo ocurre con el 50 a 60% de los trabajadores estatales.

Ante todo esto: ¿qué está haciendo Moyano? El titular de Camioneros y de la CGT viene criticando parcialmente al gobierno (siempre aclarando que “lo apoya”) llegando incluso a enfrentamientos públicos. Está pidiendo un adicional para fin de año de 2.500 pesos (aunque sólo para Camioneros), la suba del mínimo no imponible para que los salarios paguen menos impuesto a las Ganancias, la ley de reparto de ganancias empresarias vía el Parlamento y, le agrega ahora, una “reforma tributaria”. Tiene previsto hacer un acto el 15 de diciembre en el día del Camionero en la cancha de Huracán. Y dicen, incluso, que Moyano estaría pensando en reeditar el MTA (Movimiento de Trabajadores Argentinos) de los años ´90 con sindicatos del transporte, y que le rondaría la idea de impulsar un partido político “vinculado a los trabajadores” dentro del propio peronismo.

¿Por qué este cambio? Porque el gobierno, como parte de su política de intentar aplicar un ajuste, tiene que recortar también parte de los millonarios fondos que le pasaba a la dirigencia sindical empezando por la de Camioneros. Hasta se ha rumoreado que estaría en carpeta revisar el control de las millonarias cajas de las obras sociales. Las declaraciones y toma de distancia de Moyano y su sector, se explican porque no aceptaría esa pérdida de poder económico y sindical. Ya los barrieron de las listas de diputados.

Moyano sabe que el gobierno quiere su recambio en la CGT -postulando al burócrata Caló de la UOMy hasta aliándose con los “gordos” como Lezcano o Cavalieri. El gobierno necesita disciplinar a la dirigencia sindical, con Moyano o sin Moyano, para que pasen las medidas antipopulares que se vienen.

¿Hasta donde va a ir Moyano? ¿Va realmente a romper con el gobierno y convocar a un plan de lucha? ¿O va a terminar nuevamente negociando con él? Por ahora viene haciendo críticas al gobierno y algunos reclamos. Sin embargo, días atrás dijo: “Los trabajadores actuamos con absoluta responsabilidad, porque más allá de las peleas, la sangre nunca llegó al río: y esto va a seguir pasando” (Clarín, 24/11). ¡Efectivamente la sangre nunca “llegó al río”! A tal punto que el último paro general de la CGT-Moyano fue en diciembre de 2001, en pleno gobierno de la Alianza. Desde allí nunca hubo una medida nacional, ni por aumento de salario, ni por nada. Ahora critica cosas parciales, pero no pasa de los dichos a los hechos.

Moyano dice que en las paritarias no tiene que haber pisos ni techos y que se va a guiar por “el INDEC de los supermercados”. Pero el tiempo pasa y las medidas de acción nunca llegan. Tampoco Moyano apoya las luchas -más allá de las de Camioneros- muchas de ellas para capturarle afiliados a otros gremios. Podría hacerlo ahora, cuando pelean docentes en varias provincias, entre otros trabajadores que reclaman.

Como dijimos más arriba, nosotros no apoyamos ni creemos en los dirigentes como Moyano o Cirielli. Luchamos por nuevos dirigentes y la democracia sindical.

Mientras seguimos esa pelea, llamamos a los trabajadores a reclamarle a Moyano y a la CGT que abandonen su pasividad. Que llamen a un plan de lucha por un aumento de emergencia para todos los trabajadores, no sólo para Camioneros. Y por todas las medidas que, aunque insuficientes, plantea Moyano. Ya que sólo se podrán imponer vía la movilización.

Mientras tanto hay que apoyar las luchas en curso y reclamar asambleas y plenarios de delegados para debatir y tomar medidas a tal fin.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

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