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¿Qué intereses defiende el peronismo?Los “pergaminos” de Cristina“Siempre he defendido los intereses de los trabajadores” dijo Cristina Kirchner ante 900 grandes empresarios. Seguramente muchos trabajadores crean sinceramente que es así. Sin embargo, la presidente ha sido, es y será la gran defensora de los intereses de las multinacionales y la gran patronal.
La presidenta repite a menudo que “no es neutral”, que está del lado de los trabajadores, de los desposeídos, para lograr la “redistribución de la riqueza” y la inclusión social. El martes 22 de noviembre, en una distendida reunión en el Hilton Puerto Madero con los grandes empresarios agrupados en la UIA y parte de su gabinete (véase editorial), dijo: “Creo que tengo pergaminos suficientes para acreditar que siempre he defendido los intereses de los trabajadores”. Millones de trabajadores la han votado y, seguramente, piensan que es así. Tienen presentes medidas como la asignación por hijo, los pequeños reajustes a las jubilaciones mínimas, el “fútbol para todos”. O la relativa estabilidad de estos años y los acuerdos salariales logrados por numerosos gremios (que no incluyen a docentes, ni a estatales, ni a los en “negro”) que les han permitido hacer frente aunque sea en parte a la inflación. Pero todo esto, en realidad, no ha sido una dádiva del gobierno, sino conquistas logradas por las luchas del pueblo. “La chancha, los 20 y la máquina de hacer chorizos” Una vez más insistiremos en que en estos ocho años el kirchnerismo ha sido el gran defensor de los intereses de la patronal nacional y extranjera, que se han quedado con la mayor tajada de lo que ha entrado al país fruto de una coyuntura económica relativamente favorable. Esos “pergaminos” solo existen en el doble discurso de la presidente. Lo poco logrado por los trabajadores no tiene punto de comparación con las ganancias enormes obtenidas por las empresas privatizadas, comenzando por Repsol y las telefónicas, o por las multinacionales mineras y automotrices, los agroexportadoras, o sus amigos del juego, algunos multimedios y los laboratorios farmacéuticos. Por eso, en la distendida reunión, anticipándose a alguna queja, y entre gestos amistosos al “Vasco” (el presidente de la UIA, José De Mendiguren) apeló al viejísimo dicho criollo de la chancha y los 20, proponiendo dedicarse a la “sintonía fina” con los empresarios Y los tranquilizó asegurando que no se baraja ninguna ley para coartar el giro de utilidades ni ninguna otra medida que pueda inquietarlos. Más allá de los discursos, la presidenta, el kirchnerismo y los grandes empresarios (incluyendo a los del campo) son los que se quedan con la chancha, los 20 y, por supuesto, son los que tienen la máquina de hacer los chorizos. Así es el peronismo Cristina repite también el discurso tradicional del “diálogo entre empresarios y obreros”, de la conciliación entre las clases propio del peronismo, que ganó el apoyo de los trabajadores cuando en los años cuarenta lograron históricas conquistas económicas y sociales, en un período en que la Argentina estaba riquísima. El costo ha sido sostener desde entonces un movimiento patronal como el justicialismo. Hace poco Cristina les reclamó a los empresarios hacer un capitalismo “serio”. El único capitalismo es explotador, sea más o menos “serio”, y el peronismo es su agente. Por eso, no pasó nada con aquella consigna de “liberación o dependencia”, ya que se han sucedido los gobiernos peronistas y seguimos siendo una semicolonia. La primavera camporista terminó en el nefasto gobierno de Isabel Perón, que fue enfrentado por la movilización obrera del Rodrigazo y la huelga general. O el menemismo, que utilizó el voto de los trabajadores y el pueblo para la entrega de las privatizaciones, con miles de cesantías y aplastando a los trabajadores ferroviarios y telefónicos, entre otros. A medida que se siga desarrollando la crisis capitalista mundial y se vaya complicando la situación económica del país, se irá haciendo más evidente que Cristina no defiende los intereses de los trabajadores. El tarifazo en ciernes, el ataque al salario ya anunciado y la inflación creciente, están anticipando esta perspectiva. Por todo esto, mientras seguimos organizándonos y luchando para defender nuestros intereses, seguiremos debatiendo. Como dijo hace meses el Frente de Izquierda (FIT), Cristina y sus amigos empresarios pretenden que la crisis la paguen los trabajadores. Llamamos a nuestros lectores a sumarse a Izquierda Socialista, para fortalecer una alternativa política de independencia de clase como el FIT y pelear por los cambios de fondo que permitan poner las inmensas riquezas del país al servicio de los intereses de los trabajadores y el pueblo. |
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