El
Socialista es una publicación de Izquierda Socialista
Escribe:
Atilio Salusso
¡Abajo el boletazo en el subte!
El gobierno nacional traspasó el subte y lo primero que hizo Macri fue subir el boleto un 127 % (de $1,10 a $2,50). La culpa es compartida entre ambos gobiernos (ver El kirchnerismo autorizó…). Se dio un paso positivo al conformarse una multisectorial encabezada por el Sindicato del Subte que impulsó una campaña recogiendo la adhesión de miles de usuarios. Pero lamentablemente, ante el fallo judicial que avaló el aumento, no se le dio continuidad, negándose a impulsar una gran movilización.
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El aumento en el subte es el adelanto de lo que se viene en el resto del transporte |
El brutal aumento del boleto fue una barbaridad, teniendo en cuenta que la gran mayoría que usa el subte son trabajadores y estudiantes. La culpa es compartida entre Macri y el kirchnerismo. El apuro del gobierno nacional por el traspaso tuvo el objetivo de que Macri pagara el costo político.
El gobierno nacional acusó al macrismo por “lo indiscriminado” de la medida, pero la dejó correr. El propio acta de traspaso establece explícitamente la libertad de acción para modificar las tarifas a gusto y piacere de los funcionarios del PRO y la empresa concesionaria.
Para mantener la campaña “contra la derecha y el neoliberalismo de Macri”, sectores afines al kirchnerismo presentaron medidas cautelares exigiendo una audiencia pública previo a cualquier suba.
Por su parte, el sindicato del subte -cuya conducción mayoritaria responde a la oficialista CTAYasky- liberaron los molinetes para que los usuarios pasen gratis e inmediatamente llamaron a todas las organizaciones que se quisieran sumar a una campaña en común. Una iniciativa muy positiva, aunque de entrada tuvo limitaciones.
El planteo fue movilizarse por dos puntos: no al tarifazo y el pedido de una audiencia pública. Campaña encaminada sólo contra Macri, sin decir nada de la complicidad del Gobierno Nacional, ni que esta lucha tenía que ir ligada a la pelea por la reestatización del subte, como planteamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda. No obstante ello, nuestro partido impulsó la campaña, garantizando en varias estaciones junto a compañeros del subte la liberación de los molinetes y juntando parte de las 150 mil firmas en contra del aumento.
Al no denunciar al gobierno nacional, el reclamo quedó desligado de la necesidad de preparar el terreno para los futuros aumentos de tarifas y del transporte que prepara el kirchnerismo. Por eso es que se necesitaba darle continuidad a la pelea. No necesariamente que se siga por tiempo indefinido con la apertura de molinetes, sino continuando la campaña de recolección de firmas, preparando una gran movilización unitaria para entregar las miles de firmas al gobierno de la Ciudad, llamando a sumarse a los usuarios que ya se pronunciaron firmando el petitorio, u otras acciones de protesta. Sin embargo, este martes, en una nueva reunión de la multisectorial, la conducción del subte junto a la CTA oficial y agrupaciones kirchneristas plantearon pasar el reclamo para más adelante, llevando el planteo a los Centros de Gestión y Participación de la Ciudad (CGP). Pasándose de seis días de liberación de molinetes al planteo de hacer foros de debate. Seguramente bajo presión oficial, ya que, si se empantana el aumento del subte, puede pasar lo mismo con los futuros aumentos del kirchnerismo.
El día anterior, el dirigente Néstor Segovia había dicho “si la justicia falla en contra, hicimos todo lo posible y ellos mandan” (Clarín, 17/1), adelantando el fin de la protesta. No obstante ello, llamamos a seguir la campaña. En especial a los trabajadores del subte, para que sigan impulsando el petitorio, preparándose para posibles nuevos aumentos de Macri, enfrentar a Metrovías y las paritarias que se vienen. Y a su conducción a que cambie y que llame a las distintas organizaciones y cuerpos de delegados e internas del transporte para planificar un rechazo unificado contra el aumentazo de Macri y el que preparan desde el gobierno nacional.
Voces
A lo largo de las jornadas compartidas con los compañeros del Subte, nos fueron dejando algunas “perlitas”.
Sobre el aumento nos dijeron: “El aumento del 127% es una animalada. Alguien que tiene horario partido y hace viajes en el día va a gastar 10 pesos sólo en subte. Y esto encima va a traer que a fin de mes lleven el boleto de colectivo a dos mangos; de acá disparan para todos lados. Esto estaba arreglado desde arriba desde el poder, con el traspaso.”
En relación al grupo Roggio- Metrovías, señalaron: “El sistema de prevención de incendios, unas tuberías coloradas que se ven en los andenes y desembocan en las mangueras, se encuentra en perfecto estado, salvo por un solo problema… no tienen agua. Están todas las conexiones perfectas, todo pintado de los colores correspondientes, pero no hay bombas para alimentar con la presión de agua necesaria a las tuberías. Un incendio sería un desastre. Cromañón sería chiquitito al lado de esto.”
“Los ascensores están pero no anda ninguno, la gente con movilidad reducida no puede viajar en el subte. Todo se hace para la foto: están las tuberías pero no hay agua, hay ascensores pero no andan. Las formaciones, el año próximo cumplen 100 años... todo es así”.
El kirchnerismo autorizó el tarifazo de Macri
La Prensa Oficial de la Secretaria de Transporte de la Nación, en una noticia aparecida el 3 de enero de este año, señala: “El Gobierno Nacional y la Ciudad efectivizaron hoy, mediante la firma de un acuerdo, el traspaso de la concesión de la totalidad de la red de subterráneos y del premetro a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires… A partir de la firma, la Ciudad tendrá la potestad tarifaria, incluyendo la facultad de establecerla por decisión unilateral...”. ¡El boletazo lo acordaron entre el gobierno kirchnerista y Macri!
Las críticas del kirchnerismo hoy pasan porque el aumento habría sido muy de golpe, sin cuestionar el propio aumentazo. Una revelación más del doble discurso K.
Escribe:
Juan Rivera
¡Fuera Metrovías!
Al momento del traspaso del subte, el gran ausente en el debate fue -curiosamente- la empresa concesionaria. Tanto el Gobierno Nacional como el de la Ciudad se unieron para salvar las ganancias de Metrovías-Grupo Roggio, salvaguardando su concesión privada hasta 2017.
El subte se encuentra desde 1993 en manos de Metrovías, del Grupo Roggio. El negocio no podía ser más redondo. El Estado se hace cargo del grueso de los salarios de los trabajadores y de las principales obras de infraestructura. En 2011, por ejemplo, se otorgaron 826,8 millones de pesos en concepto de subsidios estatales. Metrovías, por su parte, no sólo se embolsa gran parte de lo recaudado sin tener casi ningún costo de inversión, sino que, además, ha creado empresas paralelas que son contratadas por ella misma. Así, Benito Roggio Transporte es contratada por Metrovías -ambas del mismo grupo- como asesora en el manejo de la empresa. A cambio recibe un 2,6% de los ingresos por la venta de pasajes, que a septiembre de 2011 ascendían a 238,7 millones de pesos anuales. Lo mismo ocurre con otras empresas del grupo. A su vez, la explotación de locales y de publicidad al interior del subte corre por cuenta de la empresa. La gestión de Roggio fue premiada por el kirchnerismo, quien lo introdujo en el negocio de los ferrocarriles.
Mantener un servicio barato y de calidad exige romper con algo que ni el gobierno nacional ni el de la Ciudad están dispuestos a hacer. Es necesario terminar con la concesión y reestatizar el subterráneo, poniéndolo a funcionar bajo control de sus trabajadores y organizaciones de usuarios. Todo como parte de un sistema de transporte unificado y estatal para Capital y Gran Buenos Aires, financiado por los tres presupuestos (Nación, Capital y Provincia). En camino a que sea plenamente integrado -tren, subte y colectivo-, al que se acceda con el mismo boleto, subsidiado para los trabajadores, jubilados y estudiantes.
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