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Sobre Plataforma 2012Un grupo muy amplio y heterogéneo de intelectuales, entre ellos algunos adherentes o votantes del Frente de Izquierda (FIT), dio a conocer en enero una declaración bajo el nombre Plataforma 2012. Se trata de duras denuncias al gobierno sobre la criminalización de la protesta, el ataque a las libertades de expresión, la relación del gobierno con las multinacionales como la Barrick o el ataque al derecho de huelga, entre otros puntos. En el FIT y entre los miembros de la Asamblea de Intelectuales del Frente ha surgido un debate sobre como actuar ante este nuevo hecho.
En primer lugar, queremos aclarar la postura de Izquierda Socialista. Para nuestro partido se trata de un paso muy positivo que intelectuales y trabajadores de la cultura de distintas expresiones y posturas políticas o ideológicas, se hayan unido para expresar el repudio a la política del gobierno nacional en puntos democráticos tan sentidos, por ejemplo, como los asesinatos de luchadores, entre ellos el de Mariano Ferreyra. La declaración “Para la recuperación del Pensamiento Crítico” (ver versión completa en http://plataforma-2012.blogspot.com/) denuncia al gobierno y a sus portavoces de Carta Abierta. Y se centra en puntos mínimos que deberían ser tomados como una base para proponer una amplia unidad de acción con ellos contra el accionar del gobierno. Denuncian que existe un “encarnizamiento represivo”; que las “ultimas muertes” están ligadas a la defensa del “proceso de concentración de la propiedad de la tierra y la soja-dependencia”; denuncian la política de privilegios del gobierno hacia las corporaciones de la megamineria (Barrick Gold y Cerro Vanguardia), la automotriz General Motors, las cerealeras, los bancos o las petroleras; que “la brecha de la desigualdad se profundiza”; denuncia el ataque al derecho de huelga y la sanción de la ley antiterrorista como un intento de castigar o de “estigmatizar” toda disidencia. Y terminan señalando que es su “responsabilidad como intelectuales y trabajadores de la cultura romper el silencio que pretende amordazar el pensamiento crítico y promover un debate transformador”. En momentos en que el gobierno K avanza en la represión a los conflictos, siguen los juicios a luchadores (Pollo Sobrero, Vilma Ripoll, Néstor Pitrola, los trabajadores de Kraft), el canal oficial censura en Cosquín a los artistas que apoyan la lucha de Famatina o que en Santa Cruz una patota kirchnerista apalea a un periodista critico, es necesario unir voces y fuerzas para parar el accionar del gobierno nacional. Desde este punto de vista, consideramos que el FIT y los intelectuales, artistas y profesionales que lo apoyan, deben tomar como algo positivo la declaración de Plataforma 2012, más allá de las posturas políticas diferentes que se tengan con muchos de los firmantes y llamarlos a desarrollar acciones comunes. Las posturas sectarias son equivocadas y no ayudan Por todo esto consideramos muy equivocada la postura asumida públicamente por los compañeros del PO y el PTS, a través artículos en su prensa partidaria de sus dirigentes Jorge Altamira y Christian Castillo. El centro de ambas posturas es denunciar a Plataforma 2012. Christian Castillo (19/1/12) por no delimitarse del gobierno nacional “desde un punto de vista clasista, anticapitalista, socialista”. Jorge Altamira (PO 1209) porque supuestamente oponer al del gobierno otro “relato” que “oculta al servicio de qué intereses sociales se coloca”.Por eso, ambos priorizan denunciar que la declaración no nombra a Binner, al FAP y al gobierno de Santa Fe. El compañero Altamira llega al extremo de exigir que la “intelectualidad” debe “formar Partido y tomar Partido (…) lo que significa la transformación socialista a partir de gobiernos de trabajadores” De allí, lamentablemente, se pasa a una descalificación directa de los firmantes. Altamira, por ejemplo, llega a definirlos como un “frente oportunista” con un “discurso encubridor”. Christian Castillo los acusa de estar “jugando para proyectos tan anti obreros, pro sojeros y pro mineros como los que encara el gobierno nacional /.../ sin una ruptura revolucionaria que permita la conquista de un gobierno de los trabajadores”. Es totalmente equivocado exigirle a Plataforma 2012 que adopte un programa de clase y revolucionario. Es casi decirles que lo único válido es ser del FIT o de algunos de sus partidos. Desde ya queremos que centenas de intelectuales se acerquen a posiciones revolucionarias, que sean del FIT, adhieran al trotskismo o entren a nuestro partido y se conviertan “intelectuales orgánicos”. Pero no creemos que estás sean las únicas vías para que un intelectual pueda jugar un rol políticamente progresivo. La historia y la actualidad están plagadas de ejemplos de intelectuales críticos, como puede ser el caso de Jean Paul Sartre, Albert Eisntein, Eduardo Galeano o Noam Chomsky, que jugaron o juegan un rol progresivo en movilizaciones o denuncias puntuales democráticas o antiimperialistas, pese a sus posiciones políticas más generales. Por eso no hay que poner una barrera infranqueable entre los adherentes a Plataforma 2012 y el FIT y la Asamblea que lo apoya. O lo que sería peor, por esa vía descalificar o cuestionar a intelectuales que han votado o simpatizan con el FIT y firmaron Plataforma 2012, como Roberto Gargarella, Pablo Alabarces, Diego Rojas y otros. Con los criterios equivocados de PO y el PTS tampoco podríamos saludar la postura positiva y valiente de Raly Barrionuevo que fue censurado en Cosquín. O de León Gieco, Soledad, Natalia Oreiro y otros trabajadores de la cultura, que han salido a diferenciarse del gobierno apoyando la lucha contra megamineria de Famatina. La declaración de Plataforma 2012 sostiene puntos progresivos y no explicita apoyo político alguno, sea a Binner, al FAP o a la centroizquierda. El día que eso suceda lo criticaremos duramente. Pero mientras tanto debemos convocarlos, desde el FIT y la Asamblea, a ser consecuentes con los puntos que levantan para confluir en acciones unitarias de la intelectualidad, los artistas y trabajadores de la cultura. Por ejemplo, sería un gran paso que coordinemos un gran acto de ese espacio en apoyo al pueblo de Famatina contra la megaminería. Esto no se contrapone a que desde la Asamblea y el FIT se sigan haciendo los debates políticos e ideológicos sobre la salida socialista que proponemos, diferenciándonos tanto del gobierno, como de Macri, Binner y demás alternativas políticas patronales, o diferenciándonos de muchos de los firmantes que hablan de “cosas positivas” del gobierno, como la ley de medios u otras. Pero en el marco del respeto y de un llamado a concretar una unidad de acción en los puntos que coincidamos contra la política del gobierno kirchnerista. “Una polémica mal encarada”Reproducimos párrafos de una nota que lleva este título del académico y periodista Guillermo Almeyra, ex profesor en la UNAM y en Francia, columnista del diario La Jornada de México y adherente al FIT, que polemiza con Jorge Altamira y Christian Castillo sobre Plataforma. [...] Curiosamente, el candidato a presidente y el candidato a vicepresidente por el FIT no sienten la necesidad de que la asamblea de intelectuales que apoya a éste, tercie en el debate y actúan sólo a través de sus respectivos partidos sin buscar que la pelota ruede y otros participen en un juego que debería ser colectivo pues colectivo es el interés del tema. Altamira, incluso titula su artículo, con desprecio, “Querella de intelectuales”, pues evidentemente para él éstos, por definición, incluso los que apoyan al FIT, tendrían en su ADN la impotencia innata y la charlatanería. Los argumentos de ambos dirigentes son escasos y más bien elementales aunque sean indiscutibles. En realidad, quieren derribar a patadas una puerta abierta. Dicen, en efecto, que los intelectuales no son un grupo homogéneo y que cada sector político y social tiene sus representantes (o servidores) entre ese sector particular de las clases medias. Agregan que Carta Abierta cubre y embellece al gobierno [...]; que Plataforma, voz parlante del PCR, calla la represión en Santa Fe y es a Binner lo que Carta Abierta es al gobierno nacional; que ninguno de esos grupos es revolucionario o anticapitalista (cosa, dicho sea de paso, que jamás pretendieron ser [...] Sin embargo, abandonan el tema donde empieza el problema. ¿Por qué ahora diversos grupos de intelectuales deciden ponerse a la izquierda del gobierno -salvo los del Partido Comunista banquero siempre “desde adentro del proceso y detrás de la Presidenta”- y plantear críticas tímidas pero no muy veladas como las de Carta Abierta a la ley antiterrorista, a la minería en Famatina, a la represión, a la política del Opus Dei en ministerios y gobernaciones que impide el aborto legal a una niña de 11 años violada? [...] ¿Por qué no argumentar fraternal y didácticamente con esos demócratas y hasta vagamente izquierdistas para, como se dice, “separar la paja del buen trigo”? [...] Encerrarse en una posición propagandística no ayuda a convencer ni siquiera a uno de los que aún no son socialistas, no sólo entre los intelectuales sino sobre todo entre los trabajadores, o sea, a quienes deben ser convencidos tomando la iniciativa política e intelectual, con respeto y sin poner etiquetas a nadie, para proponer acciones comunes que ayuden a cambiar la actual relación de fuerzas. |
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