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¡Fuera TBA y Reestatización!Renunció Schiavi. Pero la política ferroviaria sigue siendo tan desastrosa como antes. La intervención dispuesta por el gobierno nacional no es salida. Se tiene que ir TBA y los trenes tienen que pasar a manos del Estado bajo control de trabajadores y usuarios. Y se tiene que castigar a los verdaderos responsables. Para ello hay que redoblar la campaña unitaria que hemos lanzado junto a otras organizaciones Después de que la presidenta dijera que iba a tomar medidas recién cuando se expidiera la justicia, tuvo que disponer la intervención de TBA y la renuncia del secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi. Con ello intenta “descomprimir” el repudio popular por la masacre de Once. Pero la situación en el Sarmiento sigue igual o peor. Millones de personas siguen sufriendo un servicio deplorable. De 23 formaciones, se sacaron 9 para reparaciones, dándonos la razón a los trabajadores cuando decíamos que esto así no podía funcionar. La implementación de colectivos para transportar al pueblo trabajador desde la zona Oeste con micros de los mismos dueños de TBA, los hermanos Cirigliano, a través del Grupo Plaza (otro negocio para éstos), es un caos, obligando a los usuarios a viajar durante mucho más tiempo que en el tren. A su vez, los subsidios se siguen destinando a estos empresarios delincuentes de TBA a través de una financiera ligada a ellos, como lo dispuso Schiavi dos días antes de ser internado, mostrando la complicidad del gobierno en beneficio de esa patronal. Mientras, no hay plata para comprar ni siquiera un tornillo. Renunció Schiavi pero siguen en funciones Antonio Luna, el burócrata de la Fraternidad que oficia como sub secretario de Transporte, y Antonio Sícaro, de la CNRT -Comisión Nacional de Regulación del Transporte-, entre una decena de personajes a quienes el juez, en otra medida cosmética, les impidió salir del país, pero ni los imputó. El gobierno puso en reemplazo de Schiavi al intendente de Granadero Baigorria, Alejandro Ramos. El ministro De Vido aprovechó el anunció de la medida para “ratificar todo lo actuado” en materia de transporte -en sintonía con lo dicho por Cristina Kirchner-, defendió a Schiavi -que fue ovacionado por los seguidores K- y dijo que ahora “comienza una nueva etapa”. Habló de un “recambio generacional” -por la edad del nuevo funcionario, de 36 años-, quien viene del riñón kirchnerista. Lo mismo dijeron cuando pusieron a “jóvenes” de La Cámpora a manejar Aerolíneas, una gestión que está llevando a la empresa al vaciamiento. De Vido también señaló que de ahora en más “la gestión será transparente”, admitiendo que antes no lo fue. Pero el problema no es si un funcionario es joven o viejo, o si hay más o menos transparencia (cosa que no la hubo ni la habrá si no hay cambios de fondo), sino la política que se está llevando adelante. En relación a esto, hay que decir que el gobierno ha tomado medidas cosméticas por la presión popular y el repudio a su política ferroviaria (y del transporte en general), pero sin cambiar las reglas de juego. Se sigue adelante con un sistema ferroviario que viene de la década menemista, sosteniendo al asesino Cirigliano y anunciando obras -algunas faraónicas como el soterramiento del Sarmiento-, las mismas que se vienen promocionando desde años atrás. Para los trabajadores ferroviarios -que lo hemos ratificado en una gran asamblea del Sarmiento y logramos imponérselo a la Verde en el Mitre (ver nota)-, el Cuerpo de Delegados y los compañeros de la Bordó nacional, hay que exigir ya mismo la rescisión de la concesión a TBA y que los trenes pasen a manos del Estado (empezando por el Sarmiento), bajo control, gestión y administración de los trabajadores ferroviarios y organizaciones de usuarios. Para ello venimos impulsando una campaña junto a otras organizaciones, las cuales nos hicimos oír en la importante marcha unitaria que protagonizamos el pasado viernes 2 de Congreso a Plaza de Mayo. En la misma reclamamos castigo para los verdaderos responsables de la masacre, comisión investigadora independiente, que se vaya TBA y la reestatización de los ferrocarriles bajo control de trabajadores y usuarios. Este lunes acordamos junto a otras organizaciones seguir con la campaña con un acto el próximo jueves 22 en Once, a un mes de la masacre, movilizarnos el 24 de marzo y seguir impulsando el petitorio, entre otras actividades (ver recuadro). Llamamos a seguir coordinando acciones en común entre los trabajadores ferroviarios, familiares de las víctimas, usuarios, diputados, personalidades y distintas organizaciones sindicales -como hicimos con la CTA-Micheli en la relatada marcha y Proyecto Sur-, y demás organizaciones sociales y políticas. Extendiendo la campaña al resto de los trabajadores, llevándola a escuelas y barrios. Porque sólo con unidad y lucha podremos seguir dando pasos para lograr los objetivos que nos hemos planteado. |
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La Intervención a TBA no es la soluciónConversamos sobre la situación del ferrocarril después de la intervención con Mónica Schlothauer, delegada de limpieza del ferrocarril Sarmiento y dirigente de Izquierda Socialista. Esto nos dijo: “Creo que se ratifica lo que denunciamos al principio; la intervención no vino a salvar a los trenes, sino que vino a intentar salvar a los responsables. El servicio sigue pésimo. Ante la evidencia del estado deplorable en que han dejado el servicio de transporte los Cirigliano, en vez de quitarles la concesión, el gobierno los sostiene y están preparando nuevos negocios de la mano de la intervención. El rol de los Cirigliano en el saqueo es evidente; saquémoslo y después veamos hasta dónde avanzamos en cuanto a las responsabilidades penales. Pero esta gente no puede seguir controlando los trenes. Hoy están montando un negociado sobre la masacre de Once. La intervención anunció que venía con 500 millones de pesos para recomponer el sistema ferroviario. ¿Qué están haciendo con esa plata? Se la están dando a COMSA, una empresa de Jaime y Macri encargada de reparar las vías. Es decir, le están dando la plata a uno de los principales responsables del desastre ferroviario y, peor aún, se trata de una empresa tercerizada. El resto se lo darían a EMFER, una de las empresas del holding de los Cirigliano, para renovar los trenes. Ya en 2008 les dieron mil millones para renovar el conjunto de la flota. EMFER hizo sólo cinco formaciones y, con el cuento de que no le alcanzaba para más, se tragó el resto de la plata. Ahora se la vuelven a dar para que haga esos vagones de dos pisos que, como venimos denunciando, son un peligro completo. No es más que cartón pintado. Se hacen sobre la estructura de vagones viejos, sin paragolpes, con materiales inflamables y sin cumplir ningún requisito de seguridad. Los propios trabajadores mecánicos lo han denunciado. Pero el negocio no termina acá. Como los Cirigliano no largan los repuestos para poder arreglar los trenes que han quedado fuera de servicio, la intervención pretende resolver el problema poniendo más servicios de colectivos que, curiosamente, son del grupo Plaza, de los Cirigliano. Recién ahora logramos que nos traigan dos trenes diesel del Roca, para poder paliar la situación. Pero si fuese por la intervención, seguían con los colectivos Plaza. Si de verdad quieren recuperar el sistema ferroviario, deberían hablar con los trabajadores, que somos los que hemos denunciado la destrucción de los ferrocarriles en todo este tiempo. Pero hasta ahora, en cambio, no han hecho más que volcar toda la plata hacia los mismos responsables de la masacre”. El sindicalismo combativo por dentro: Masiva asamblea del Sarmiento vota campaña
El miércoles 29 de febrero se llevó a cabo una masiva asamblea de los ferroviarios del Sarmiento en la Seccional de la Unión Ferroviaria de Haedo. Fue convocada por el combativo Cuerpo de Delegados encabezado por el “Pollo” Sobrero, Edgardo Reynoso y tantos otros valiosos compañeros, para debatir cómo responder ante la masacre de Once. La asamblea se inició con un minuto de silencio en homenaje a las víctimas y fue una de las más importantes de los últimos tiempos, con alrededor de 800 compañeros. También se hicieron asambleas en otros ramales, como reflejamos en estas páginas. Hablaron decenas de ferroviarios y el debate duró más de dos horas. Un compañero arrancó diciendo “yo soy kirchnerista, ustedes lo saben, pero esto no lo puedo aceptar”. La gran mayoría condenó a la empresa y coincidió en la necesidad de salir a plantear al conjunto de la población lo que vienen reclamando desde hace años: que se vaya TBA y la reestatización del sistema ferroviario bajo control de los ferroviarios y usuarios. Pero no para que el ferrocarril vuelva a ser como antes, cuando era estatal administrado por políticos patronales corruptos que lo vaciaron para justificar su privatización, sino para que los trenes, controlados por sus trabajadores y usuarios, vuelvan a ser seguros y presten un servicio eficiente y accesible. Dos décadas después de las privatizaciones menemistas de los años 90, una asamblea obrera llamó a una campaña nacional para terminar con ese robo y plantear al conjunto de los trabajadores y el pueblo la necesidad de empezar a luchar por la reestatización. Al final se puso a votación la campaña, aprobándose por unanimidad. Una vez más se llevó a cabo el principio de la democracia sindical. Los dirigentes del Sarmiento no dan pasos sin consultar a sus bases. Práctica que vienen enarbolando desde que le arrebataron el Cuerpo de Delegados al burócrata asesino José Pedraza. Una muestra de lo que puede hacer el sindicalismo combativo, democrático y de lucha. Asambleas en el MitreEn el Mitre-Victoria, la burocracia de la Verde-Pedraza estuvo obligada a citar a una asamblea convocada de boca en boca por los delegados. Fue para tratar la situación de la empresa después de lo de Once y el salario. Concurrieron 300 compañeros. Tras varias preguntas por el tema salarial, Jorge Urruchúa, dirigente de la Bordó nacional, intervino para señalar que el debate central debía girar en torno al fracaso de las concesiones privatizadoras, y sobre la necesidad de reestatizar los ferrocarriles bajo control de los trabajadores. Un compañero se anotó para coincidir, señalando “no tengo respuesta ante los reclamos de los usuarios por el mal servicio que se presta”. Después de una hora de debate en la que habló también Juan Suppa de la Bordó, la mesa tuvo que tomar la propuesta de Urruchúa, que fue aprobada por unanimidad. Aclarando éste que era necesario coordinar con otros sectores para llevarla adelante, como el Cuerpo de Delegados del Sarmiento, hacer campaña en los medios y entre los usuarios. Urruchúa nos dijo “es la primera vez que en el Mitre una asamblea se pronuncia por la reestatización”. En el otro ramal del Mitre, también la Verde convocó a una asamblea sólo por salario, con 150 compañeros. Sergio Baena, de la Bordó, planteó lo mismo que se había planteado en la asamblea de Victoria, y fue ovacionado. También se terminó aprobando la campaña por la reestatización. Hay que garantizar estas votaciones coordinando con el Sarmiento, porque la Verde no lo va a hacer. |
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Reestatizar no es volver al pasadoLa masacre de Once ha puesto al desnudo cómo el lucro empresarial -con la venia del gobierno- ha llevado al sistema ferroviario al desastre. Por tratarse de un servicio esencial, los ferrocarriles no pueden estar atados a la lógica de la ganancia. Es sobre este funcionamiento que se han montado los grandes negociados de los grupos concesionarios que decantaron en una política grosera de desinversión, como terminó de evidenciarse en estos días. El tren, al igual que una escuela o un hospital, es un bien social estratégico para el desarrollo de un país. Por eso no puede ser tomado como fin de lucro o medir su aporte social por si da o no ganancias. Aunque aún cuando eran estatales, a fines de 1800, daban ganancias pese a que sus tarifas eran 50% inferiores a la de los ferrocarriles particulares (Salvemos al Tren, publicación del Cuerpo de Delegados TBA, enero 2006). Y si tomamos el enorme beneficio social que brinda un sistema ferroviario, siempre “da ganancias” indirectas. “Su obligación no será la de servir un capital dado, sino la de servir la vida nacional en todas sus manifestaciones”, decía Scalabrini Ortiz en su libro Historia de los Ferrocarriles Argentinos. Para nosotros, la única salida que puede ayudarnos a desandar los años de vaciamiento y saqueo es la reestatización del conjunto del sistema ferroviario, bajo control de sus trabajadores y usuarios. Hay compañeros que, apoyándose en el desastre de las empresas estatales de principios de los ‘90, nos plantean dudas sobre si esa es la salida. Con razón, recuerdan la corrupción o la precariedad laboral que sufrían los trabajadores de esas empresas o sus bajos salarios. En realidad, los ferrocarriles no siempre funcionaron de esa manera. Hacia fines de la década del ‘80, los políticos de la UCR y el PJ avanzaron en un plan sistemático y consciente de desmantelamiento de esas empresas para allanar el camino de las privatizaciones. Así se fue sembrando la idea de la “ineficiencia estatal” que posteriormente justificaría la entrega. Por eso, compartimos con estos compañeros que no van a ser esos mismos políticos quienes saquen a los trenes del desastre. En cuanto a la precariedad laboral y los salarios, vale recordar que, en el caso del Sarmiento, desde la concesión a TBA en el 95 hasta el 2001 -año en que asumió el Cuerpo de Delegados antiburocrático y combativo-, los salarios fueron los más bajos de todos los ferroviarios, no había estabilidad laboral y no se respetaba el convenio. Es decir, las condiciones de trabajo conquistadas por los ferroviarios fueron fruto de la lucha, no de la concesión a TBA. El proceso de privatizaciones fue, desde su origen, un proceso de entrega lisa y llana del patrimonio nacional. En el caso de los ferrocarriles, la Ley de Emergencia Ferroviaria -impulsada por Duhalde y prorrogada por Kirchner- no hizo más que recrudecer ese camino, facilitando ganancias fabulosas para los grupos empresariales. Por lo tanto, la reestatización debe hacerse sin ninguna indemnización para los vaciadores que han acumulado millones poniendo en riesgo la vida de los usuarios. A su vez, no se trata de cambiar a Cirigliano por otro empresario. La situación del resto de los ferrocarriles demuestra que sus manejos no distan demasiado. Tampoco es salida darle el Sarmiento a la UGOFE -una concesión mancomunada entre el Estado, los empresarios del transporte y la burocracia sindical-, como ocurrió en el Roca. O darle la gestión y control a La Cámpora, como se hizo con Aerolíneas, llevando a esta empresa a un verdadero vaciamiento. La única salida pasa por reestatizar el conjunto del sistema ferroviario bajo estricto control de sus trabajadores y usuarios, quienes han demostrado ser los únicos interesados en ofrecer un servicio de calidad y que han venido luchando consecuentemente contra el deterioro del servicio. La recuperación de los 37.000 kilómetros de vías cerradas desde las privatizaciones redundaría en una inmediata recuperación de las economías regionales y en la creación de numerosas fuentes de trabajo, aportando -ademásun elevado beneficio social. Un sistema único estatal, nacionalmente integrado y con impuestos especiales al traslado de cargas de las grandes empresas cerealeras y ganaderas permitiría recaudar los fondos necesarios para invertir en los ramales de pasajeros y ofrecer así un servicio accesible para la población de todo el país. Los trabajadores ferroviarios vienen planteando esta salida y ya han comenzado a dar los primeros pasos junto a otras organizaciones. Acompañémoslos en esta tarea. A un mes de la masacre: Acto en OnceEste lunes se reunieron nuevamente las organizaciones sindicales y políticas que están llevando a cabo la campaña unitaria impulsada por el cuerpo de Delegados del Sarmiento y la Bordó nacional, con los puntos que constan en el petitorio que se está haciendo firmar masivamente (ver texto). Entre ellas, la CTA-Micheli, Pino Solanas-Proyecto Sur, delegaciones sindicales y sociales de zona Oeste, personalidades y partidos de izquierda. Se consensuó convocar a un acto en la estación de Once el próximo jueves 22, a un mes de la masacre. Sacar un afiche. Participar de la audiencia pública que se realizará en el Congreso Nacional el 20 de marzo. Constituir una comisión técnica para hacer los lineamientos de una verdadera pericia, distinta a la del gobierno. Aportar pruebas por parte de los ferroviarios requiriendo ser parte querellante, entre otras acciones. Saludamos estos pasos unitarios en camino de impulsar en forma amplia la exigencia de cárcel a los verdaderos responsables, para que se vaya TBA y reestatización de los ferrocarriles bajo control de trabajadores y usuarios. Proyecto de nuestra diputada OliveroNuestra legisladora de IS-FITCórdoba, Liliana Olivero, presentó en la legislatura una declaración frente a los hechos ocurridos en la estación de Once. El texto exige “instar a los legisladores del Congreso Nacional en general, y en particular a los que representan a los cordobeses”, a votar e instrumentar una política para lograr lo que reclaman los ferroviarios. Hacé clic acá para descargarCharlas debateJueves 15/3 - 18 hs Mart es 20/03 - 19:00 hs. |
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