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Con la crisis mundial…Volvió la “sintonía fina”Días atrás trascendió que una empresa inglesa se está preparando para imprimir dracmas -moneda griega-, en caso de que Grecia salga del euro. ¿Qué tiene en común esta noticia con el intento de implementar bonos en las provincias argentinas -cuasimonedas- para pagar sueldos a los estatales? ¡La crisis mundial! Que, con distintos ritmos, los gobiernos intentan descargar sobre las espaldas de los trabajadores. Si bien el pico de la crisis está en Europa, ya impacta en el país. Cristina lo negó en las pasadas elecciones diciendo que su “modelo” estaba blindado, pero ahora se despachó diciendo que “la crisis mundial se nos cayó en la cabeza”. El problema no pasa por reconocer que hay crisis mundial -a ojos vista de todo el mundo-, sino quién la tiene que pagar. Si los trabajadores y el pueblo, o quienes la provocaron.
El gobierno kirchnerista a través de la famosa “sintonía fina” delineó a principio de año un ajuste aprovechando el 54% de los votos de las elecciones. Tildó de vagos a los docentes y embistió contra los trabajadores que pedían aumentos. Quiso quitar los 80.000 millones de pesos en subsidios planificando un aumento del transporte (tarjeta SUBE de por medio) y de las tarifas en Capital y Provincia de Buenos Aires. Pero estuvo obligado a postergarlo para no echar más leña al fuego ante la masacre de Once. Posteriormente compró el 51% de Repsol en YPF apresurado por los problemas de caja, no por “defender los intereses nacionales”. Una medida insuficiente cuando se necesitaba que YPF pasara a ser 100% estatal y bajo control de trabajadores y técnicos. Pero pasados los papelitos de colores de la expropiación, volvió la cruda realidad. La economía se desacelera, cae el consumo y la inflación sigue haciendo estragos en los bolsillos populares. Las provincias están en rojo amenazando con emitir bonos para pagar salarios en vez de imponer impuestos a los ricos, terratenientes y grandes empresarios. Cristina llama a los trabajadores a la “sensatez” para que no reclamen salarios dignos, política pro-patronal para que se firmen en las paritarias acuerdos salariales menores a la inflación. El gobierno ya no habla de sintonía fina, -sinónimo de ajuste y achique-, pero las consecuencias ya se sienten: salarios por debajo de la inflación, quitas de plus como a los estatales nacionales, despidos y suspensiones en fábricas y establecimientos, pagos atrasados y desdoblados como en Santa Cruz. Mientras sigue el saqueo de los recursos naturales, la megaminería, el 80% del petróleo en manos de multinacionales a pesar de la compra de YPF, grandes ganancias de bancos y grandes empresarios y, a tres meses de la masacre de Once, nadie puede creer que no haya ningún empresario o funcionario preso y siga Cirigliano recibiendo subsidios en vez de haber sido echado de TBA. Con este modelo los empresarios se llevan la plata en pala, como lo reconoció la presienta, y los trabajadores empiezan a pagar la crisis. Por eso hay que luchar para que la paguen los capitalistas, multinacionales y banqueros, no los trabajadores.
Este es el mar de fondo (el achique de la torta) de las peleas palaciegas en el gabinete (Kicillof contra De Vido; Boudou contra Randazzo; Marcó del Pont y otros contra Moreno); en el peronismo (los arribistas de La Cámpora contra el viejo PJ; Mariotto contra Scioli), y las divisiones en la CGT entre distintos sectores burocráticos que se pelean por el sillón, alejados de las necesidades de sus bases, y de las luchas, con dirigentes que pactan con las patronales sin consultar, opuestos al sindicalismo combativo y democrático que se está gestando, encarnado por el “Pollo” Sobrero y el cuerpo de Delegados del Sarmiento, y las oposiciones en gremios como docentes, la Alimentación, Gráficos, entre tantas otras. Los efectos de la crisis mundial y las peleas en las alturas -en el gobierno, el peronismo y la CGT (que demuestran un descontento por abajo)-, son el escenario donde los trabajadores tendrán que seguir librando las presentes y futuras luchas. Lo mismo para los sectores juveniles y barriales. Llamamos a apoyar a los que reclaman. A librar la dura pelea en las paritarias exigiendo un salario igual a la canasta familiar. Enfrentando el ajuste y las rebajas salariales, despidos y suspensiones. Exigiendo a Moyano, sin depositar ninguna confianza, un paro y plan de lucha nacional. Peleando por un modelo económico que priorice las necesidades de los trabajadores y el pueblo. Que recupere el patrimonio nacional exigiendo una YPF 100% estatal, que se vaya TBA y se reestaticen los ferrocarriles. Que se deje de pagar la deuda externa y se aplique un impuesto a las patronales que se enriquecen, para volcar esos fondos a salario, trabajo, vivienda, salud y educación. En ese marco hay que desarrollar el sindicalismo combativo, fomentar listas únicas de oposición en los gremios para echar a la burocracia y seguir impulsando esa importante herramienta política que representa el Frente de Izquierda, como lo demostró el 1° de Mayo, postulándolo como una alternativa al gobierno y a la oposición patronal. |
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