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El “capitalismo” de CristinaEl capitalismo es consumo”, dijo la presidenta en el exterior. Intenta mostrar que Argentina es distinta a Europa. Que allá hay ajuste y acá bondades. Pero si el capitalismo es “consumo”, algo anda mal. Primero, porque en Argentina se está consumiendo menos. Segundo, porque en el mundo hay miles de millones que no consumen las mínimas calorías para subsistir, o viven con 2 dólares por día o están desocupados o sumidos en la pobreza. El capitalismo es eso: hambre, explotación y saqueo fruto de que un puñado de multinacionales se quedan con la mayor parte de la torta que generan los trabajadores y pueblos del mundo. Capitalismo manejado por los mismos empresarios chupasangres a quienes Cristina elogió. No escatimó palabras para expresar loas a Monsanto (felicitando las “inversiones” que supuestamente hará en Córdoba, la misma provincia donde se sustancia el primer juicio penal contra los agrotóxicos). Los elogios siguieron para Carlos Slim, el magnate megamillonario que se acaba de quedar con parte de YPF. “En Argentina hay 50 millones de celulares”, le dijo la presidenta, la sintonía que Slim quería escuchar como acreedor de semejante negocio. Luego le siguió Walmart, Cargill y Dreyfus. Todo en presencia de representantes de petroleras yanquis Exxon, Chevrón, y directivos de la Ford, General Motors y el Citi. Cristina se vanaglorió de que Argentina tiene el privilegio de ser el país que más libertad otorga a las inversiones extranjeras del continente. Por eso la mayoría de nuestra economía está extranjerizada, donde actúan 500 empresas estadounidenses. La fruta del postre la puso el ministro De Vido. Se reunió con Peter Munk, el titular de la Barrick, promocionando, por supuesto, otras “inversiones” para el proyecto Pascua Lama. Y la Yamaha Gold. Mineras saqueadoras, automotrices explotadoras, banqueros gananciosos y multimillonarios que se la llevan en pala a costa de la explotación obrera. A ellos les prometió seguir con el saqueo en nombre del capitalismo “de consumo”. Es decir, una Argentina que estos “consumen” a su antojo. Los viajes al exterior de Cristina son como un pergamino donde se inscribe con mayor nitidez su doble discurso. Mientras dice acá que su “modelo” combate a las corporaciones, cuando el Tango 01 traspasa las fronteras, todo cambia. Aunque la película es la misma: beneficiar a los de arriba, aunque en sus actos hable de los desposeídos emulando a Evita. Por nuestra parte seguiremos combatiendo al capitalismo y luchando por el socialismo, para expropiar a estos buitres y poner las riquezas del país al servicio de satisfacer las urgentes necesidades populares. |
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