Mentiras, ajuste y pagos de la deuda

En un presupuesto totalmente “dibujado”, donde el gobierno podrá mover partidas a su gusto, sólo queda claro lo falso del desendeudamiento y que los costos seguirán cayendo sobre los trabajadores.

Axel Kicillof, el economista estrella K, presentando el presupuesto 2013

Ya hace varios años que leer la ley de presupuesto se torna un ejercicio aburrido por lo inútil. Primero y principal: como el gobierno tiene “superpoderes”, en realidad no importa lo que se vote. A posteriori, el Jefe de Gabinete puede “reasignar” todo, o sea, terminar usando la plata como le guste. Así, por ejemplo, año tras año se fue incrementando la partida de subsidios a las empresas privatizadas (en particular a los buitres del transporte, como Cirigliano) hasta llegar a los 80.000 millones de pesos que se gastó este año.

Pero además, el gobierno suele colocar números absolutamente inverosímiles en sus proyecciones económicas. Así, nos enteramos que la inflación de 2013 “será del 10,8%” o que el dólar terminará el año que viene a 5,1 pesos. Todo con el objetivo de subestimar la recaudación impositiva (en particular del IVA, que crece siguiendo la inflación real), para después quedarse con esa diferencia y poder usarla sin tener que dar cuenta a nadie.

Pero el “dibujo” de este año contiene un dato gravísimo: el gobierno calcula que el PBI 2012 crecerá al 3,4%. Este valor, además de falso, significará que automáticamente Argentina tendrá que pagar el año que viene 3.000 millones de dólares más por el cupón atado al aumento del PBI. Es decir, Cristina está a punto de “regalarle” ese monto a los buitres acreedores. Y ya lo presupuestó, al anunciar que el Fondo de Desendeudamiento (reservas del Banco Central que se destinan al pago de deuda) del año 2013 será de 7.967 millones de dólares, muchísimo más que los 5.674 millones de este año. Cabría entonces, por primera vez, preguntarse: ¿No era que nos estábamos desendeudando?

Alguien podrá pensar que, “a lo mejor”, el gobierno no trucha tanto los números y no tenemos que pagar el Cupón. Puede ser, pero para eso Cristina ya se cubrió: en ese caso, ese monto de dinero podrá ser utilizado para “gastos de capital en dólares”; léase, para cubrir el déficit energético del saqueo petrolero.

Pero además del Fondo de desendeudamiento, hay que sumar las partidas para pagar los servicios de deuda que se sacan del gasto corriente. El monto no es menor: de un total del presupuesto de 628.629 millones de pesos, se destinan a deuda 55.495 millones (un 23,3% más que este año). Simplemente para comparar, este monto es superior a lo que se destinará a Educación (47.710), Salud (24.983), Promoción Social (12.369), Ciencia y Técnica (10.245), Agua Potable (8.494), Vivienda (5.873) o Trabajo (3.952). Entonces, por segunda vez, nos preguntamos: ¿no era que nos estábamos desendeudando?

Pero, si seguimos desenmarañando el texto, nos sorprenderemos al encontrar que el proyecto de presupuesto 2013 habilita a un nuevo endeudamiento de 48.000 millones de dólares, al cual se le podrá adicionar otras operaciones de crédito por 34.341 millones de dólares. ¡Hay “permisos” para endeudarse por más de 82.000 millones de dólares! Y por tercera vez, volvemos a preguntar: ¿no era que nos estábamos desendeudando?

El peso de la deuda no es gratis. Por más que el gobierno quiera esconderlo con números truchos, se le ven las costuras al ajuste. Veamos algunas “perlitas”.

El Anses y el Pami seguirán siendo utilizados para financiar todo esto, por un monto de 23.062 millones de pesos. Mientras tanto, sólo se pagarán este año 25.000 de los 500.000 juicios de jubilados por malas liquidaciones por apenas 4.015,7 millones. La proyección del cobro de impuesto a las ganancias muestra que no se piensa aumentar el mínimo no imponible, por lo que dos millones de trabajadores y 150.000 jubilados seguirán siendo robados por ese impuesto. El monto del Fondo Nacional de Incentivo docente permanecerá congelado en los mismos valores de 2012, por lo que la Nación está proyectando no poner un centavo para aumentos a los maestros, “tirándole” la pelota a las provincias. Para los empleados públicos nacionales se presupuesta un incremento del 13%, totalmente por debajo de la inflación real. Y, por si todo esto fuera poco, se “autoriza” a cargar los mayores costos de importación de energía a las tarifas residenciales, abriendo el paraguas para un eventual tarifazo en luz y gas.

Manzano: Un burgués K

Quien fuera ministro del Interior de Menem y uno de los más grandes empresarios que lo apoyó, hoy es una de las figuras centrales dentro del empresariado vinculado al gobierno kirchnerista. Nos referimos a José Luis Manzano, uno de los fundadores y accionista de la empresa inglesa Andes Energía, quien en la actualidad es socio del segundo grupo de multimedios más grande del país, el Grupo Uno. Éste cuenta con 40 medios en todo el territorio nacional (incluyendo gráficos, radiales, televisivos y digitales) y posee, además, inversiones en la industria energética, vitivinícola y de indumentaria, entre otras. A su vez, hace pocos días le prometió al gobierno invertir 50 millones de dólares en YPF. Otra clara demostración que estos personajes se sienten muy cómodos dentro del peronismo. Ayer con Menem, hoy con Cristina. ¿Dónde quedó el combate de los años 90 del gobierno “nacional y popular”?

Scioli y Macri por el mismo camino

Tanto los presupuestos de la Ciudad como de la Provincia de Buenos Aires muestran que ambos gobernantes están dispuestos a hacerle pagar el ajuste a los trabajadores y al pueblo de ambos distritos.

En la Provincia, mientras Scioli busca desesperadamente “recaudar más”, presenta un presupuesto que no contiene ninguna pauta de aumento salarial para empleados públicos, sean administrativos, maestros o trabajadores de la salud. Scioli no se escapa del “doble discurso”: mientras viene “anunciando” incrementos impositivos para los sectores de mayores ingresos (aunque en el Inmobiliario Urbano el “impuestazo” será para todos), lo único concreto es el congelamiento de sueldos y partidas sociales, y el planteo que necesita 300 millones en nuevos impuestos para poder abonar el aguinaldo a fin de año. Lo que sí está contemplado en el nuevo presupuesto son 9.700 millones de pesos para el pago de la deuda provincial.

En la Ciudad de Buenos Aires, Macri no se queda atrás con el impuestazo. Ya tiene “votado” (con el favor del kirchnerismo) otro aumento para el ABL (que terminaría subiendo el 90%), al que le piensa sumar otros impuestos (ingresos brutos, sellos, automotores). Mientras tanto, la deuda de la Ciudad sigue creciendo astronómicamente (355% desde que asumió Macri) y ya alcanza a 6.400 millones de pesos. La contrapartida de todo esto es la forma en que Macri “usa” las partidas de gastos: directamente no las ejecuta, no importa lo que haya sido votado en la Legislatura. Un ejemplo patético es Vivienda. En una ciudad con un astronómico déficit habitacional, en el año de la crisis del Indoamericano (2011) apenas ejecutó el 53% del presupuesto del sector y en 2012 lleva ejecutado menos aún (19%). Con respecto al subte, mientras sigue la pelea con la Nación, Macri, que hasta ahora sólo “se hizo cargo” de subir el boleto de 1,10 a 1,25, “anuncia” que no prevee fondos para ese rubro, por lo que valor del viaje podría pasar a valer… 5 pesos.

J.C.

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