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Todas somos Marita Verón¡Basta de impunidad!El fallo frente al caso de Marita Verón generó una gran indignación nacional. La movilización inmediata de miles de personas en todo el país demuestra la bronca de la población que reclama basta a la impunidad. A su vez, repudiamos la represión en Capital cuando se marchó a la Casa de la Provincia de Tucumán. Hace diez meses atrás, en las primeras jornadas del juicio por el secuestro para la explotación sexual de Marita Verón en el año 2002, su madre, Susana Trimarco, explicó con claridad los 10 años de ausencia de su hija: “Yo le estoy diciendo por qué Marita no aparece: por complicidad del poder político, policial y judicial”. Lamentablemente, esa misma complicidad se volvió a ocultar con la impunidad otorgada a los 13 imputados en la causa. Este martes 11 de diciembre, el tribunal tucumano de la Sala II de la Cámara Penal absolvió por “unanimidad” a Víctor Ángel Rivero, María Jesús Rivero, Irma Lidia Medina, sus hijos Gonzalo y José Gómez, Daniela Milhein, Alejandro González, Humberto Derobertis, Paola Gaitán, Mariana Bustos, Carlos Luna, Azucena Márquez y Domingo Andrada. Fueron 130 los testimonios presentados, entre ellos de varias jóvenes rescatadas de las redes de trata de todo el país que tuvieron el valor de denunciar a los proxenetas. Sin embargo, la “justicia” tucumana del gobernador ultrakirchnerista Alperovich señaló que las pruebas presentadas no eran concluyentes, dándole un claro guiño a esta inmensa red corrupta de proxenetas que incluye al poder político, policial y judicial, no sólo de Tucumán, sino de todo el país, y que lucra con el cuerpo y la vida de miles de mujeres, niñas y niños reducidos a esclavos sexuales. En la Argentina de Cristina, las mujeres no se pierden El caso de Marita no es un caso único en Argentina. Se estima que cerca de una mujer es secuestrada cada día por redes de explotación sexual y que otras miles son engañadas y captadas por las mismas. Mujeres migrantes, jóvenes, sin papeles, viviendo en situación de calle o extrema pobreza son las víctimas predilectas de estas organizaciones. Sin embargo, en todos estos años, el gobierno nacional ha hecho poco o nada por desbaratarlas. Aunque por un lado Cristina Fernández se vanagloria por haber premiado a Susana Trimarco con el premio Azucena Villaflor, por el otro mantiene una Ley de Trata de Personas (26.364/2008) que obliga a las mujeres mayores de edad a ser ellas mismas las que deben demostrar su secuestro. Cuestión por demás difícil. Encima, el gobierno dejó caer un proyecto de ley con media sanción del Senado que modificaba este y otros puntos que vulneran derechos de las mujeres, mostrando su complicidad ante la trata. Lo cierto es que hasta el momento ni una sola red fue desmantelada. Y eso no es casualidad, se trata de la complicidad de los gobiernos en los negocios mafiosos. Frente al mencionado fallo, la indignación fue inmediata, no solo de la madre de Marita, de la hija y sus familiares, sino de miles que nos movilizamos en distintos puntos del país para decir basta de impunidad, donde vergonzosamente hubo represión en Capital. Impunidad y represión parecen ser las consignas en esta Argentina de Cristina. Lejos de verse derrotada la exigencia de justicia, la bronca desatada desnuda la relación política, judicial y de la policía que sostiene las redes. También, esa bronca va a enfrentar el mensaje de amedrentamiento que los jueces quisieron dar a todas las mujeres rescatadas que se animaron y se animan a denunciar. Hoy más que nunca somos todas y todos Marita Verón. Hoy más que nunca decimos basta de trata. Desmantelamiento de las redes. El gobierno es responsable. |
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