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Paro general
¡Que Moyano y Micheli le pongan fecha!
El llamado a superar “el odio, la envidia y soberbia” por parte del Papa, dicen, llevó a reflexionar a empresarios y sindicalistas que lo fueron a visitar. “No es para venir a discutir las paritarias a Italia, obviamente”, se atajó el titular de la Unión Industrial, Ignacio De Mendiguren. Los trascendidos señalan que le habrían pedido al sumo pontífice “que los ayude a armar algo acá”. ¿A qué se referían? A intentar enhebrar un Pacto Social que, como ya se sabe, es para resguardar las ganancias de las patronales y apaciguar los ánimos de los trabajadores, para que acepten salarios por debajo de la inflación real, como pretende el gobierno con el techo del 20%. Algo que no pueden lograr desde hace años, porque los trabajadores saben que todo acuerdo que salga de las patronales, la burocracia y el gobierno, termina metiéndoles las manos en sus bolsillos. La presidenta, después de anunciar algunas medidas en Semana Santa, convocaría a apoyarlas a empresarios y sindicalistas. No hay que permitirlo. Porque mientras Cristina habla de “unidad” para apoyar al “modelo”, es para forzar acuerdos paritarios a la baja, por más de un año (como ya hizo Luz y Fuerza), con porcentajes muy por debajo de la inflación real. Se juegan a que la paritaria de la UOM sea el caso testigo para el resto de los gremios, la cual sería por 15 meses, por un 30% de aumento y en varias cuotas, cuando ese porcentaje corresponde a la inflación de un año. Y si encima se paga en cuotas, el aumento será mucho menor. Por ejemplo, el 22% ofrecido por Scioli a los docentes, al ser en cuotas, termina siendo de un 17% real.
Según un comentario periodístico, “Hugo Moyano no descarta abrir un compás de espera en su plan de lucha porque intuye que la Presidenta, tras la elección de Francisco, podría llegar a replantear algunas medidas de su gobierno” (Clarín, 18/3). Si ése es el pensamiento de Moyano, se equivoca. Porque ningún replanteo gubernamental va a ir a favor de los trabajadores. El gobierno está jugado a hacer pasar el ajuste y descargar la crisis económica sobre el pueblo trabajador. ¿O no es eso lo que vienen denunciando Moyano y Micheli en estos meses? Los reclamos centrales que se hicieron sentir en el paro general del pasado 20 de noviembre no han sido cumplidos por el gobierno al día de hoy. Por eso siguen los paros por salario, como el de los docentes, trabajadores de hospitales, judiciales y estatales de la provincia de Buenos Aires contra el ajuste de Scioli y Cristina. Los docentes de Chaco fueron reprimidos. Siguen de paro los docentes de Neuquen y otras provincias. Algunos gremios de docentes universitarios pararon. Los ferroviarios de la Seccional Oeste y el cuerpo de delegados del Sarmiento encabezados por el “Pollo” Sobrero y Edgardo Reynoso están haciendo asambleas llamando a luchar por salarios dignos. Los trabajadores del subte denuncian falta de seguridad en las boleterías y tercerizaciones en los talleres. Y empezaron los despidos ante la desaceleración de la economía, como en Vale (ver recuadro) o en Materfer Córdoba, donde dictaron la conciliación.
El 50% de los trabajadores está preocupado porque sus salarios pierden ante la inflación y por miedo a perder la fuente laboral. Situación que afecta a los trabajadores de todo el país, tanto donde gobierna el kirchnerismo, como en donde lo hace Macri, la UCR, los disidentes como De la Sota o la centroizquierda de Binner.
El pasado 14 de marzo hubo una marcha al Ministerio de Trabajo convocada por la CGT Moyano y CTA Micheli. En la misma, Micheli llamó a “construir” un paro general. Moyano no dijo nada al respecto. Pero hasta el día de hoy -y cuando más se necesita esa medida para apoyar las luchas por salario y enfrentar los despidos- aún no se ha convocado. Llamamos a hacer asambleas y plenarios de delegados para reclamar un paro general y un plan de lucha nacional a la CGT Moyano y CTA Micheli. Por aumento general de salario, no al techo en las paritarias, abajo el impuesto al salario, no a los despidos y el fin del trabajo en negro y precarizado, entre otras medidas para frenar el ajuste de Cristina y los gobernadores.
¡Hay que nacionalizar la multinacional Vale!
Alegando pérdidas por el dólar, la multinacional brasilera Vale, que venía explotando el mayor yacimiento de potasio del mundo (Río Colorado, Mendoza), un recurso no renovable, cerró sus puertas y dejó en la calle a 6.800 trabajadores. La ciudad de Malargue pasó a ser un “pueblo fantasma”.
Vale es la mayor productora de hierro del mundo -una de las tres mineras más grandes del planeta- con un ingreso en 2012 de 58.990 millones de dólares y ganancias por 22.885. Pasando del puesto 363 al 159 de las 500 empresas más grandes del mundo (Suplemento Cash, 17/03).
El gobierno anunció con bombos y platillos la “inversión” años atrás. Pero después de poner 2.000 millones, Vale pidió que se le reconocieran 3.000 millones de dólares por adelanto del IVA y otras exenciones para cubrir el “déficit” que, alega, tiene en sus cuentas mundiales, dejando a miles de familias en la calle. ¡Quiere que los trabajadores argentinos se hagan cargos de sus supuestas pérdidas!
El gobierno dictó la conciliación obligatoria, pero la empresa está desmantelando la planta. Para resguardar los puestos de trabajo hay que nacionalizar a esa multinacional, impidiendo que se lleven las máquinas, poniéndola en manos del Estado, bajo control de sus trabajadores.
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