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Miguel SoransEscribe:
Miguel Sorans
Dirigente de Izquierda Socialista y de la UIT-CI

Corea: ¿es posible una nueva guerra?

Desde hace un mes crecen las amenazas militares mutuas entre el gobierno de Corea del Norte versus Corea del Sur y los Estados Unidos Corea del Norte declaró que está en “estado de guerra” y preparada para lanzar misiles si es atacada. Los aprestos militares crecen. ¿Cuál es la raíz del conflicto? ¿Realmente se puede iniciar una guerra en el sudeste asiático?

Corea del Sur y los Estados Unidos realizan ejercicios militares anuales

Corea del Sur y los Estados Unidos realizan ejercicios militares anuales

Pocos creen que se pueda llegar a una guerra total, más allá de alguna de las tantas escaramuzas que se vienen produciendo en los últimos años. Pero tampoco se lo podría descartar completamente debido al carácter irresponsable y criminal de los contrincantes. Por un lado, un régimen dictatorial de viejo cuño estalinista, odiado por su pueblo, y, por otro, el imperialismo yanky que quiere mantener su rol de gendarme mundial a toda costa.

¿Cuál es el origen de este conflicto? El marco histórico es la división de Corea en dos países, producida después de la Segunda Guerra Mundial y de la guerra de 1950, con el armisticio de 1953, que consolidó esta partición y los conflictos posteriores. Ahora el imperialismo pretende poner toda la carga del peligro de una guerra en el gobierno norcoreano, aprovechándose de su carácter dictatorial e imprevisible. Pero en realidad es el imperialismo quien desde hace años viene cuestionando el derecho soberano de Corea del Norte a desarrollar energía nuclear. En febrero, ante el anuncio de un nuevo ensayo nuclear, la ONU impuso por unanimidad, incluido el voto de China, duras sanciones económicas a Corea del Norte, destinadas a congelar sus activos en el exterior. De esta forma, China tomó distancia de su aliado norcoreano y se sumó a las sanciones. Al mismo tiempo, los Estados Unidos y Corea del Sur hicieron maniobras conjuntas con aviones bombarderos B52 y B-2 con capacidad nuclear. Ante esto, el régimen de Kim Jong Un anunció el desconocimiento del armisticio de 1953 y lanzó todo tipo de amenazas de lanzamiento de misiles y de posible inicio de guerra si era agredido militarmente.

Una dictadura “comunista” capitalista

Desde ya, los socialistas revolucionarios no le reconocemos ningún derecho al imperialismo y sus lacayos de cuestionar a nadie por sus decisiones soberanas. Son ellos los primeros agresores del mundo y promotores de todo tipo de armamento asesino atómico y nuclear. Por eso, si finalmente se produjera una agresión, estaremos del lado del pueblo coreano del Norte.

Esto no significa darle ningún apoyo a la dictadura del denominado Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, una dictadura de partido único que gobierna con mano de hierro desde hace más de 60 años. Un régimen que sigue venerando a Stalin, que ha llegado al colmo de transformarse en una “ dinastía comunista”, ya que se inició liderada por Kim il-Sung, abuelo del actual presidente, el joven Kim Jong Un. Que a su vez heredó el cargo de su padre, el asesino Kim Jong -il. Es tarea del pueblo norcoreano terminar con esta dictadura capitalista de corte estalinista.

El derrumbe de la ex URSS y el proceso de restauración capitalista allí y en China la dejaron política y económicamente aislada. Esto, sumado a dos años seguidos de catastróficas inundaciones -en 1995 y 1996- y una administración burocrática y corrupta, produjo una grave escasez de alimentos en 1997, llegando a una hambruna que dejó el saldo de cerca de cuatro millones de muertos.

Mientras esto ocurría, la burocracia cívico-militar gobernante seguía con sus altos salarios y privilegios, creando la locura de una “industria nuclear”. Mientras, por otro lado, el país se iba derrumbando, con escasez de alimentos, cortes eléctricos permanentes y casi sin movimiento de transporte por el continuo desabastecimiento de combustible.

En realidad, esta dictadura no tiene nada de comunista ni de socialista, salvo el nombre. Porque desde los años 90 ha empezado un curso de restauración del capitalismo siguiendo el ejemplo de su vecino y asesor China. Con salarios de 60-80 dólares, sin sindicatos ni derecho a huelga, la inversión directa extranjera fue autorizada desde 1999. Así se fueron instalando en el norte del país empresas capitalistas chinas, en el sur se creó un complejo pactado con la Hyundai, multinacional de Corea del Sur, y en el resto del país ya hay inversiones de Fiat, Siemens y capitales de Rusia, Pakistán, Singapur y Tailandia. Que se vuelcan al sector minero, petróleo, energía nuclear, electrodomésticos, vías férreas, etcétera, con “dificultades” para los capitalistas por los cortes de energía y la mala infraestructura (hay menos del 10% de carreteras pavimentadas).

La entrada del capitalismo no ha hecho más que profundizar la explotación y miseria de las masas norcoreanas y la crisis económico social. Por eso la dictadura vive usando el “chantaje” de su “industria nuclear” y sus “ensayos” para buscar una negociación con el imperialismo yanqui, para obtener concesiones como la entrega de alimentos masivos (ocurrió varias veces, bajo el gobierno de Clinton) y buscando pactar un status capitalista y comercial tipo China o Vietnam.

El imperialismo usa a Corea del Norte para fortalecer su presencia militar en la región

Estados Unidos tiene una presencia militar permanente desde 1953, con casi 40 mil soldados instalados en bases de Corea del Sur, su cabeza de playa en el sudeste asiático. Y hace tiempo ha declarado al régimen norcoreano como unos de los “ejes del mal”, como un Estado “terrorista”. Y se niega, desde la era Bush, a cerrar un acuerdo económico-político, mientras lo ha hecho con China y Vietnam.

En realidad, el imperialismo exagera el supuesto poderío norcoreano para tener el justificativo para seguir fortaleciendo su presencia militar en Corea del Sur y en toda la región. Cada “amenaza” norcoreana le ha servido para aumentar su presencia en tropas, aviones y navíos en una región clave. Cuando se sospecha que Corea del Norte no tiene el poderío nuclear y misilístico que declara y que, si lo usara, se le terminaría rápidamente, ya que es un país muy retrasado en infraestructura y tecnología industrial.

Obama sigue la “doctrina” de Bush de crear los “ejes del mal” y de tener a Corea del Norte como unos de sus chivos expiatorios preferidos para seguir usándolo en su carrera armamentista. Fue un ministro de Bush, el general Colin Power quien dijo, luego de la guerra del Golfo, “me estoy quedado sin malvados. No tengo más que a Castro y a Kim Il Sung”. (Citado en libro Corea Del Norte y del Sur, de John Feffer, página 10).

Los socialistas revolucionarios, sin prestar ningún apoyo político a la nefasta dictadura norcoreana, exigimos el fin de las sanciones económicas de la ONU a Corea del Norte, rechazamos cualquier agresión militar imperialista sobre ese país y reclamamos el inmediato retiro de la presencia militar imperialista en Corea del Sur y de toda la región.


La división de Corea

Corea estuvo ocupada por Japón hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. En la Conferencia de Yalta-Postdam de 1945, los aliados, incluida la URSS, pactaron dividir en dos a Corea. El norte para la influencia soviética y el sur para los yanquis. En junio de 1950 se desató una guerra apoyada por el pueblo coreano. China apoyó a los norcoreanos. Luego de tres años de guerra, los surcoreanos y las tropas norteamericanas, al mando del general Mac Arthur, fueron derrotados. Pero igual se impuso el acuerdo de la ONU, pactado entre EE.UU y la URSS, obligando a ratificar la división de Corea, por el paralelo 38. Desde entonces, el conflicto quedó abierto (*)

 

(*) Ver más Mercedes Petit, El Socialista, Nº 169, junio 2010)


Población de Corea del Norte: 24.589.122 (Julio 2011)
Población de Corea del Sur: 48.860.500 (Julio 2011)


El gran negocio de Hyundai

El plan más avanzado de capitalismo en Corea del Norte es el conglomerado Hyundai, la principal multinacional surcoreana, que levanta un complejo industrial en Kaesong, en una zona especial a siete kilómetros de la frontera con Corea del Sur. Allí hay 123 fábricas que emplean a 54.000 obreros. Elaboran ropa, calzado, componentes electrónicos y relojes durante 48 horas semanales por 57,5 dólares al mes. Pero los trabajadores no reciben directo el pago. Sino una parte, que se hace al estilo cubano, vía el Estado, que recibe el dinero de las empresas. O sea, que la explotación es mayor. Para ver la ganancia de Hyundai y compañía, hay que tomar en cuenta que un trabajador surcoreano percibe salarios de entre 2 mil y 3 mil dólares mensuales.


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