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Elecciones en VenezuelaEmpezó el declive del chavismoLos resultados de las elecciones del 14 de abril impactaron, porque pusieron en evidencia que el chavismo entró en su decadencia. Su candidato, Nicolás Madur, estuvo al borde de la derrota, cuando ya se daba por fácil ganador. Lamentablemente, se fortalece Capriles y la MUD. Maduro asume muy debilitado. ¿Hacia dónde va el chavismo sin Chávez?
En las elecciones celebradas el pasado 14 abril, Nicolás Maduro (PSUV) obtuvo 7.575.506 votos contra 7.302.641 de Henrique Capriles Radonski (Mesa de Unidad Democrática-MUD), ganando la presidencia por una diferencia de tan solo 272.865 sufragios. Este escaso margen anunciado por el CNE, la autoridad electoral, estrechamente ligada al gobierno, dio lugar a una crisis política. Miles y miles, no solo la cúpula de la MUD, salieron a reclamar por un recuento de votos. Hubo varios muertos. La crisis política solo se ha amortiguado debido al retroceso del gobierno y del CNE, que anunciaron una auditoria del 100% de las mesas, por la presión popular, hasta de sectores del chavismo, como de la OEA, que rápidamente reconoció a Maduro, y de los gobiernos del UNASUR, entre ellos Brasil y Ecuador, para evitar una desestabilización política. De producirse, esta situación no conviene a los intereses de las multinacionales del petróleo, que están asociadas al chavismo en PDVSA. Más de 700 mil votantes populares rompen con el chavismo El trasfondo de la crisis política está en que más de 700 mil personas que en octubre habían votado por Chávez abandonaron al chavismo y dieron su voto al candidato opositor. Se trata de votantes trabajadores y de sectores populares. Como lo dice la declaración del Partido Socialismo y Libertad (PSL), que encabeza Orlando Chirino, el descalabro electoral del chavismo “es consecuencia directa de la devaluación instrumentada por este gobierno el pasado mes de marzo, que de un plumazo redujo el salario real de los trabajadores en un 46%. Es expresión del cansancio de la población ante los continuos apagones, ante los bajos salarios, ante el deterioro de los servicios públicos y programas sociales, incluidas las Misiones, el empleo precario, la no discusión de los contratos colectivos, la criminalización de la protesta. Mientras, bajo un gobierno supuestamente ‘socialista’, siguen creciendo las ganancias de los empresarios y banqueros. Estas son las verdaderas causas de la crisis política”. Este proceso de ruptura de una franja de trabajadores y sectores populares en sus expectativas con el chavismo se venía dando ya en vida de Hugo Chávez. Se expresó, por ejemplo, en el alto índice de huelgas y protestas populares en 2012. Esta ruptura la pudo contener Chávez en las elecciones de octubre pasado, con su carisma, haciendo una campaña autocrítica, prometiendo el “oro y el moro” y que iba a “cumplir” los postergados compromisos. Entonces, esa franja volvió a votar por el chavismo con muchas dudas, dándole una nueva oportunidad. Chávez logró convencer que “peor” iba a ser la derecha gobernando con un “paquetazo” de ajuste. Pero fue el mismo chavismo, antes de fallecer Chávez, quien lanzó un tremendo “paquetazo”, con dos devaluaciones que hundieron el salario y el nivel de vida de millones de venezolanos. Entonces, este 14 de abril miles de votantes chavistas, ya sin Chávez y con un Maduro aplicando un ajustazo y hablando con “pajaritos”, cambiaron su voto. Es un hecho que la MUD y Capriles salen políticamente fortalecidos de las elecciones de abril. El fracaso del proyecto chavista, lamentablemente, ha llevado a que miles de trabajadores y sectores populares le den el voto a la coalición opositora burguesa proyanqui. No se trata de un “giro a la derecha” en la conciencia, sino un voto castigo al chavismo. No es un fenómeno nuevo, sino que pega un salto. En octubre pasado, la derecha había logrado un aumento de más de 2 millones de votos, aunque quedara a 11 puntos de Chávez. Ya entonces la extrema polarización electoral hizo que solo una pequeña franja de luchadores diera el voto por la candidatura clasista y socialista revolucionaria de Orlando Chirino. Por una alternativa política verdaderamente socialista La debacle electoral de Maduro muestra que el chavismo ha entrado en su etapa de decadencia. No se trata solo de una “mala campaña” de Maduro, sino que muestra el fracaso del falso proyecto del “Socialismo del Siglo XXI” que, durante 14 años, ejecutó el mismo Chávez. El paquetazo actual es la demostración de que en Venezuela no hubo nunca un “gobierno obrerista” ni “socialista”. Chávez nunca rompió con las multinacionales y los empresarios. Se volvió a demostrar que no habrá solución a los problemas de los trabajadores y el pueblo gobernando con empresas mixtas del petróleo, con las multinacionales o enriqueciendo a una nueva “boliburguesía”. En Venezuela sigue “vivito y coleando” el capitalismo. Por eso terminaron aplicando un ajuste típico de los gobiernos capitalistas, donde todos buscan que las crisis la paguen los trabajadores. La perspectiva, en medio de la aplicación de un nuevo ajuste y de las luchas obreras y populares, es hacia una mayor crisis del chavismo. El gobierno de Maduro asumió muy debilitado políticamente, en medio de una crisis económica y aplicando un ajuste. Sin la presencia de Chávez, le será más difícil frenar las protestas populares y la ruptura de sectores populares con el PSUV. No podemos descartar medidas represivas. Ya hay una campaña para intentar despedir a los trabajadores estatales que no hayan votado a Maduro. Como lo viene señalando el PSL, la salida para los trabajadores no será ni Capriles ni la MUD, sino seguir movilizándose por sus reivindicaciones y construyendo una alternativa política verdaderamente socialista y revolucionaria, de trabajadores, sin empresarios, militares o burócratas sindicales. Este es el gran desafío planteado en Venezuela. |
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