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Lucha contra el genocidioApropiadores con sentencia firmeHace cuatro años, el Tribunal Federal N° 5 de San Martín, Buenos Aires, juzgó a Luis Ricchiuti y Élida Herman y los condenó a 13 años y medio y 8 años de prisión, respectivamente. Fueron querellados por Abuelas de Plaza de Mayo y por nuestra compañera Juliana García por la apropiación de su hermana, Bárbara, nacida en cautiverio en el Centro Clandestino de Detención de Campo de Mayo. El papá de Juliana, Antonio García, fue asesinado por un grupo de tareas de la dictadura en su casa de Villa Adelina, delante de Juliana y su mamá, Beatriz Recchia, quien fue llevada a Campo de Mayo, embarazada de cinco meses. Allí nació Bárbara, quien fue entregada a Ricchiuti (del temible Batallón 601 de inteligencia) y su mujer Herman, quienes la robaron y anotaron como hija propia. Juliana y sus familiares la buscaron incansablemente desde Abuelas de Plaza de Mayo hasta que, finalmente, 32 años después, recuperó su identidad y se reencontró con sus familiares. Ricchiuti y Herman le decían que era hija propia. Hace pocos años le dijeron que “la encontraron en el asiento trasero de su auto, abandonada y que, como nadie la reclamaba y ellos no tenían hijos, decidieron ponerla a su nombre”. La lucha de Juliana, su familia y las Abuelas, acompañadas por el reclamo social, permitió el reencuentro y la sentencia. Los apropiadores apelaron el fallo a la Cámara de Casación, pero ésta ratificó la sentencia y hoy rechazó un recurso para apelar a la Corte, por lo que la sentencia quedó firme y de cumplimiento efectivo. Saludamos este nuevo triunfo contra los genocidas, otro paso para terminar con la impunidad. |
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