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Padura en Argentina“Escribir la realidad que no aparece en la prensa”El escritor cubano Leonardo Padura, autor de la novela El hombre que amaba a los perros, entre otras, visitó recientemente nuestro país.
Durante su estadía, Padura participó de un cóctel organizado por la revista académica Nueva Sociedad, en el cual se hizo presente nuestro dirigente José Castillo junto a otros miembros de la asamblea de intelectuales del Frente de Izquierda. También brindó una entrevista abierta en el marco de la Feria del libro y una charla en la librería Hernández, de la cual participamos desde la redacción de El Socialista. Resumimos algunas de las ideas vertidas en sus exposiciones, que permiten no sólo acercarse a su obra, sino, fundamentalmente, a la historia y a la actualidad cubana. Su acercamiento a Trotsky “Muchas veces el desconocimiento obligatorio induce a la curiosidad y ésta nos lleva a tratar de conocer. Fue lo que me pasó con Trotsky”, sostuvo Padura. “Su figura no existía en Cuba. Era la misma política que se había seguido en la Unión Soviética, donde había desaparecido incluso de las fotos históricas. Entonces dije: ‘Quiero saber por qué este personaje es tan terriblemente malo’. Y fui a la Biblioteca Nacional a ver qué literatura había sobre él y encontré que existía uno de los tomos de su biografía, Mi vida, y dos libros publicados en la URSS. Uno se llamaba Trotsky el traidor y el otro Trotsky el renegado. A su vez, el escritor se refirió a la relación entre la figura del revolucionario ruso y la del “Che”. “Hacer comparaciones entre dos épocas y personajes tan distintos es complicado. Como Trotsky, además de ser un hombre de acción, el ‘Che’ era un intelectual. Tuvo una postura antiestalinista. Hay textos sobre eso, aunque en Cuba se han difundido muy poco. No se puede decir que si hubiera habido un Trotsky en la revolución cubana hubiera sido él, porque sería una especulación absoluta. Pero sí hubo puntos de contacto y también está comprobado que el ‘Che’ tenía una relación de simpatía con los trotskistas cubanos de esa época”. La literatura como herramienta de denuncia “Los periódicos cubanos han dicho tanto sobre las bondades de la salud pública, por ejemplo, que repetirlo sería redundante. Pero hay cosas que no se han dicho. Creo que por eso la literatura reciente, no solo la mía, se ha ocupado de esos problemas. Por ejemplo, del fenómeno del resurgimiento de la prostitución en Cuba. El gobierno lo negó durante años. Lo mismo la corrupción. Mi novela ‘Pasado perfecto’, donde hablo de un funcionario corrupto, no fue premiada porque los organizadores del concurso consideraron que no decía lo que ‘revolucionariamente’ debía decirse. Creo que el escritor cubano ha debido asumir una responsabilidad que es la de escribir la realidad que no aparece en la prensa”. La censura Padura se refirió a la persecución y la censura de artistas cubanos durante los años 70 y los 80. Aunque sostuvo que hoy “se han movido los niveles de tolerancia”, condenó los distintos mecanismos de control de la información que aún perduran. “Hay problemas de carácter técnico que complican el acceso a Internet. Se decía que se solucionarían con la extensión de un cable desde Venezuela. Pero ahora se dice que hay otros problemas. Yo creo que tiene que ver, fundamentalmente, con la intención de controlar la información. No sé hasta que punto el gobierno no se da cuenta que limitando el acceso a las nuevas tecnologías está condicionando el futuro. Creamos un hombre culto, pero le negamos el acceso a la información”. Al final de su exposición, Padura citó a Trotsky para graficar su concepción de los artistas. “Como Trotsky en su llamamiento a los intelectuales progresistas del mundo que redactó junto a Bretón -pese a que él no lo firmó-, creo que para el arte no hay ningún otro compromiso que el de su libertad absoluta. Muchas veces se les exige a los artistas compromisos que terminan lastrando su propia capacidad”. |
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