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Lo que dejó la muerte del genocida VidelaEl final de un genocida. Los cómplices civiles. El kirchnerismo y su autoadjudicación de una lucha popular. Lo que queda pendiente. Murió Videla. Así, sin más, se fue este ser despreciable. Fue uno de los “símbolos” de la dictadura genocida que asoló al país. Quedará grabada en nuestras retinas la imagen terrorífica del dictador diciendo: “no está vivo ni muerto; está desaparecido, no tiene entidad, no existe”. Será nuestra obligación repetir esa imagen, una y mil veces, a las nuevas generaciones, para que nunca se olviden que esto pasó en la Argentina. Pero Videla no fue un monstruo que surgió de la nada. Ascendió a Comandante en Jefe del Ejército nombrado por Isabel Perón. Siete meses después juraba como presidente, tras el golpe militar, luego de que el peronista Luder firmara los decretos que daban vía libre al “aniquilamiento de la subversión”, y que el líder radical Ricardo Balbín hablara de la necesidad de terminar con la “guerrilla fabril”, señalando como objetivo de la represión a miles de luchadores clasistas y antiburocráticos. La dictadura fue apoyada por el conjunto de las patronales -que pedían “orden” contra el movimiento obrero-, de la jerarquía de la Iglesia Católica -que bendecía a los represores- y del imperialismo -que aportaba los préstamos del FMI y la logística para el genocidio con el Plan Cóndor-. Se trató de un plan sistemático para quebrar a toda una vanguardia de luchadores, obrera, popular y estudiantil, que venía desde el Cordobazo. ¿Videla estaba preso por los Kirchner? Videla murió preso en una cárcel común. Se trata, sin duda, de un triunfo popular, fruto de la lucha de varias generaciones. Recorriendo un hilo que comenzó con los que se jugaron la vida con las primeras denuncias y marchas en plena época de la dictadura, los que se opusieron al Punto Final, la Obediencia Debida y los indultos, hasta cuando, impulsado por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y presentado por la izquierda en el Congreso, se logró anular las leyes de impunidad. Por eso resulta indignante que el gobierno kirchnerista quiera adjudicarse la prisión de Videla. Quieren tapar, detrás del gesto de bajar su cuadro del Colegio Militar, lo que es una verdad indiscutible: los Kirchner no fueron parte de toda esta lucha. Jamás los vimos en ninguna de las marchas contra la impunidad. Que Videla haya muerto preso no es mérito ni de Néstor, ni de Cristina. Tampoco de la justicia. Y no debemos olvidar que lo hizo con sólo una condena efectiva en su contra. Tampoco que, si bien estuvo 20 años detenido, 10 de ellos los pasó en su casa, en “prisión domiciliaria”, incluso bajo el gobierno kirchnerista -recién ingresó al Penal de Magdalena en 2008-. Refiriéndonos a los juicios en general, a treinta años del final de la dictadura, más de la mitad de las causas contra los genocidas no pasó todavía la etapa de la instrucción, apenas el 25% tienen sentencia firme, y de ellas sólo el 15% han sido confirmadas por la Corte Suprema. Por eso, cuando Cristina dice que de los genocidas “se debe encargar la justicia”, está garantizando la impunidad. Si realmente este gobierno luchara para combatirla, promoverían la unificación de las causas -evitando el “peregrinar” de los testigos de tribunal en tribunal, generando situaciones como la que terminó con la desaparición de Julio López- (¿cómo que ahora no hay desaparecidos, señora presidenta?). Pondría el genocidio en el Código Penal. Abriría los archivos secretos de la dictadura, entre tantas medidas que el kirchnerismo niega. Luchar contra la impunidad, también es terminar con la violación de los derechos humanos de hoy, donde se asesina a los Qom en Formosa o a Mariano Ferreyra, se criminaliza la protesta social con más de 5.000 luchadores populares procesados, se espía con el Proyecto X, se votó la Ley Antiterrorista, entre un largo etcétera. Terminar con el “modelo” económico que viene de la dictadura La muerte de Videla también nos debe hacer reflexionar sobre otro aspecto: sus cómplices civiles. Cristina se la pasa haciendo campaña sobre la participación en la dictadura de los Blaquier o los Noble, pero mientras tanto no salda las cuentas con el pasado. Porque la dictadura inauguró un modelo económico de saqueo, entrega y superexplotación de los trabajadores que los gobiernos posteriores siguieron aplicando. Aún hoy siguen vigentes las leyes de Inversiones Extranjeras y de Entidades Financieras promulgadas por Martínez de Hoz, verdaderas piedras angulares para el saqueo posterior. Y los Kirchner, como todos los gobiernos posteriores a la dictadura, reconocieron, renegociaron, avalaron y pagaron dólar sobre dólar la deuda externa inmoral e ilegítima contraída por Videla. Por eso la lucha por Memoria, Verdad y Justicia sólo se completará cuando, además de juzgar a todos los genocidas y a sus cómplices, podamos instaurar otro modelo económico obrero y popular. En lucha por otro país y un mundo, sin explotadores ni explotados, como lo hicieron nuestros asesinados y desaparecidos del PST. Lucha que reivindicamos con todas nuestras fuerzas. Murió Videla. Contra la impunidad de ayer y de hoy, seguimos luchando. Nuevo aniversario de la Masacre de Pacheco (PST)La noche del 29 de mayo de 1974, quince criminales irrumpieron a balazos en el local de Pacheco del Partido Socialista de los Trabajadores (antecesor de Izquierda Socialista) y secuestraron a seis militantes. Tres de ellos -Oscar Meza, Mario Zidda y Antonio Moses- fueron asesinados. El resto (tres compañeras) fueron puestas en libertad bajo amenazas. Veinte días antes habían asesinado al obrero metalúrgico “Indio” Fernández, también del PST. Fueron las primeras acciones de la banda parapolicial “Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina), alentada y apoyada desde el Ministerio de Bienestar Social por José López Rega, mientras Perón aún era presidente. Los compañeros del PST fueron uno de sus blancos principales por su presencia consecuente en las luchas y en la organización antiburocrática, junto a otros dirigentes, delegados y activistas obreros, intelectuales y opositores. Contra la Triple A hay una causa abierta en los Tribunales de Comodoro Py, la cual no prescribirá, porque es considerada de lesa humanidad. Como parte de ella, se investiga a los asesinos de la Masacre de Pacheco. Cualquier testigo que pueda aportar pruebas debe concurrir al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n° 5 (a cargo del juez Oyarbide), Secretaría 10, 3er Piso, expediente 1075/06/40, caratulado: “Almirón y otros/ Asociación ilícita”. Acto por Ana María MartínezEl próximo 29 de mayo, fecha en que se produjo la Masacre de Pacheco y se recuerda al Cordobazo, se llevará a cabo un acto por Ana María Martínez, militante del PST, secuestrada el 4 de febrero de 1982 por la dictadura y posteriormente asesinada. El acto se llevará a cabo en Ruta 9 (vieja 9) y 197, Pacheco, a las 18 horas. Hablaran familiares, amigos y compañeros de Ana María. Reclamando “contra la impunidad de ayer y de hoy, por la verdad y condena a sus asesinos”. Convoca: Comisión por Ana María Martínez, de la cual forma parte Izquierda Socialista. “Mona” Sosa, ¡presente!Este 4 de junio se cumple un nuevo aniversario de la muerte de nuestro compañero Oscar la “Mona” Sosa. Oriundo de Córdoba, la “Mona” militaba bajo la clandestinidad en el PST y se había trasladado a Caleta Olivia para realizar un trabajo militante. En 1982 falleció en un accidente automovilístico. Compañero Sosa, ¡hasta el socialismo siempre! |
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